Los Guardianes del Mundo

Prologo 2: Donde el mas fuerte sobrevive (la chica)

El Universal. El periódico mas famoso de toda Midgard. Se encarga de cubrir absolutamente TODAS las cosas que suceden en la no tan pequeña ciudad. Y digo no tan pequeña porque, porque no era ni tan grande como una gran ciudad ni tan pequeña como para ser considerada pueblo. Era simplemente una ciudad no tan pequeña.

Midgard era la única ciudad en el marginado distrito de Er. Er es era un distrito cubierto con una gran muralla de acero para que nadie pudiera salir. Esto se hizo con la finalidad de evitar conflictos hace 200 años. Pero entonces, Er dejó de ser un distrito activo y sus únicas dos poblaciones son un pequeño pueblo en sus confines y la ciudad de Midgard. Nadie conocía el mundo exterior y aquel que tratara de salir era arrestado y confinado a la cárcel de Midgar.

Pero ya fue mucha historia del pasado, volvamos con nuestro asunto principal. Las instalaciones de El Universal estaban ubicadas justo en el centro  de la ciudad de Midgard. Era un edificio alto, pero no tanto con muchas ventanas. Tenia unas grandes letras rojas panorámicas que decían “El Universal”. Eran 54 pisos y en uno de ellos, el 53, eran las oficinas principales. Hay estaba la edición del periódico, la imprenta, mucho papeleo y justo a lado, la oficina de la jefa del periódico: la señorita Misaki Amano.

Maya Kamazewa, fotógrafa de apenas dos semanas de trabajo en el periódico mas prestigiado de su ciudad había sido citada por su jefa a una cita. Sin embargo, debido a que la jefa ya estaba ocupada, Maya estaba sentada en la banquita de afuera, esperando su turno. La puerta no se abría y ella estaba muy nerviosa. De repente, su amiga Nora, que también trabajaba en el periódico se le acercó:

-¿Qué te pasa, Maya?-

-Estoy muy nerviosa, Nora. La verdad tengo miedo de entrar- dijo Maya poniendo su mano en su cachete

-Ay ¿pero que es lo peor que te puede pasar? Haber dime ¿Qué hiciste?-

-Mas bien dicho, que no hice-

-¿A que te refieres?- preguntó Nora intrigada

-Ay Nora- dijo Maya triste –Si de verdad supieras que se siente ser una fotografa-

Nora se alejo algo indignada:

-Oye- le dijo Nora –Ser editora tampoco es fácil. Tienes que ser rápida, hacer que el periódico salga a tiempo y sin ninguna equivocación. Nada de fotos repetidas ni de pie de fotos mal escritos. No es tan fácil como tu crees-

-Tu no tienes que salir a buscar la foto de la primera plana- suspiró Maya –Hay 4 malditos fotógrafos aquí incluyéndome, y creo que de todos soy la peor-

Nora noto la tristeza y preocupación en la voz de su amiga. Nora sonrió y le dio unas cuantas palmadas en la espalda de su amiga:

-Todo saldrá bien, créeme- le dijo Nora

-Eso espero- dijo Maya tomando la mano de su amiga y sonriéndole. En ese momento, la puerta de la oficina se abrió y un hombre salió de ahí, dejando la puerta abierta. Nora miró a su amiga:

-Creo que sigues tu- le sonrió

-Eso parece- dijo Maya levantándose de la banca

-Mucha suerte y recuerda: ten fé- le sonrió Nora y le hizo un gesto afirmativo con las manos. Maya miró triste hacia el piso:

-A veces la fé no es suficiente para lograr algo- dicho esto, entró y cerró la puerta.

Maya entró decidida a la oficina de la señorita Amano y tragó saliva:

-Toma asiento- le dijo una voz pomposa

Maya se sentó enfrente del escritorio. La oficina de la señorita Amano se  conformaba de un escritorio, una alfombra y muchos estantes, donde había ediciones del periódico, que al parecer, fueron las que mas vendieron. Habia también una serie de graficas detrás de ellas. Y por ultimo, sentada en su escritorio estaba una señora gorda, vestida con su uniforme de trabajo, lentes, vieja, labios pintados exageradamente y una verruga que remataba todos los aspectos ya mencionados. Esa mujer era la señora Amano.