Someone I loved [CASTIEL CDM]

CAPÍTULO I: Otra vez aquí

Busco en el bolsillo de mi chupa de cuero las llaves de casa. Finalmente, las encuentro y las saco del bolsillo derecho para abrir la puerta de casa:

- ¡Ya estoy en casa, mamá! - Grito mientras cierro la puerta tras de mi, me quito la chaqueta y dejo las llaves sobre el mueble de la entrada. Acto seguido, veo que mi madre se dirige hacia mi.
- Por fin llegas... - Me dedica una sonrisa y después me da un beso en la mejilla.
- Siento el retraso, mamá... Pero Ámber me dijo que si me quedaba a comer... Y me fue casi imposible decir que no... - Mentí. Mi madre piensa que he dormido en casa de Ámber, mi mejor amiga.
- No te preocupes... Bueno, cuéntame, ¿qué tal anoche? - Pregunta mi madre en su icónico tono curioso. Yo le explico cómo me fue, no le digo nada de lo de Armin, ya que no tiene demasiada importancia para mi. Fue una noche y ya. Una sola noche.

Después de un rato hablando con mi madre, voy a mi habitación para dejar mis cosas y acto seguido, me dirijo al baño para darme una ducha. Al salir de esta, me pongo el pijama y me cepillo en pelo. Voy a mi habitación y me dejo caer sobre mi cama; cojo el móvil por primera vez en todo el día y reviso las notificaciones. Tengo mensajes de Ámber, tanto por whatsapp como por instagram. Miro primero los de whatsapp porque estoy segura de que son más importantes que los de instagram: Estoy deseando saber detalles de cómo ha sido tu noche 😉❤.  Le contesto al mensaje rápidamente prometiendole que le contaré todos los detalles en cuanto nos viéramos. Después paso a ver las notificaciones de instagram. Son todo menciones en historias... No me apetece ni verlas, no quiero ver mi estado anoche después de las 2:30. Finalmente, las miro. Cada historia que veía, más desastrosa era. Cuando termino de verlas todas, sigo viendo otras de diferentes personas, como la de @cassleunam_ . Sale con una chica, seguro que es su novia... Al pensar en que puede ser su novia, esa sensación recorre todo mi cuerpo, esa sensación que tengo cada vez que veo algo de Castiel. No sé si de asco, añoranza, celos... No lo sé, pero siempre me pasa lo mismo... Trato de descartar la posibilidad de que sea de añoranza al recordar todo lo que ese cabrón me hizo pasar. Después de analizar la historia de Castiel inconscientemente por varias veces, sigo viendo otras hasta que me llega una notificación de un mensaje de Ámber diciéndome que si quedaba con ella en un rato. Acepto su propuesta y me arreglo. Opto por ponerme un body negro con unos mom jeans junto a las converse blancas. Me aplico un poco de máscara de pestañas y me hago el eyeliner, que para mi sorpresa, ha quedado genial. Después me secó el pelo y me hago un semirrecogido. Salgo de mi habitación ya lista para salir:

- Mamá, me voy con Ámber.
- Vale, Danna, no llegues muy tarde. - Le doy un beso en la mejilla a mi madre y salgo de casa dirección a una cafetería que está en el centro de la ciudad. Al llegar, estaba Ámber esperándome en una mesa para dos en la terraza:

- ¡Hola!
- Hola, Ámber. - Le abrazo y ella corresponde.
- Bueno... ¿qué tal anoche con Armin? - Pregunta Ámber en tono curioso.
- La verdad, es que bastante bien... Hacia mucho tiempo desde mi última vez.... La última fue con Castiel... - Este último comentario lo digo en un tono más bajo que el resto.
- Lo sigues queriendo, ¿verdad?
- ¿¡Qué!? ¡No! ¿Como voy a seguir queriendo a ese cabron? ¿Es que no te acuerdas de todas las putadas que hizo?
- Como para no acordarme... Nunca te había visto así de dolida en la vida... - Cuando pasó todo lo de Castiel, Ámber estuvo ahí, apoyándome, como lleva haciéndolo desde toda la vida.
- Bueno... Cambiemos de tema... ¿Cómo acabó tu noche?
- Llevándome a mi hermano a casa porque no podía llegar solo.
- Y yo que pensaba que te habías liado con alguno.... - Digo riendo leve.
- Ojalá.

Seguimos hablando durante más de dos horas. Cuando empieza a hacerse de noche, decidimos irnos cada una a su casa. Ámber y yo nos despedimos y nos vamos. Voy camino a mi casa por una de las calles del centro, la cual está prácticamente vacía. Levanto la vista de mi movil, ya que estaba hablando con mi madre para decirle que ya iba camino a casa, y veo por el rabillo del ojo a una pareja de un chico y una chica en la otra acera de la calle, el chico toma de la cintura a la chica y le besa. Al mirar más detenidamente a la pareja, identifico al chico, no es nada más y nada menos que aquel chico que tanto me enamoró en la época del instituto, Castiel.