capítulo 7

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Shawn y Camila llegaron a la casa de Austin, al bajar del coche, Shawn cogió de la mano a Camila y besándola le dijo:

Shawn: Estás preciosa mi amor.

Camila sonrió y ambos se dirigieron a la entrada de la gran casa, como siempre en este tipo de reuniones, la psicóloga hacía un esfuerzo por departir amenamente pero en el fondo detestaba ese tipo de reuniones donde todo el mundo estaba más preocupado por quedar bien y guardar las apariencias que por ser uno mismo. Sin embargo, lo hacía por él, por Shawn, sabía lo mucho que significaba para el su trabajo y siempre que estuviera en su manos no dudaría ni un segundo en apoyarlo Como era costumbre en este tipo de reuniones y la cual Camila no terminaba de entender, en algún momento de la velada, en los salones se agrupaban siempre las mujeres mientras los hombres salían a la terraza.

Señora 1: Camila querida, ¿cómo está la pequeña Andrea?

Camila: Muy bien, gracias, creciendo a pasos agigantados

Señora 2: ¿Ya decidieron a que escuela la enviarán?

Camila: Eh.. no... aun no

Señora 3: Pues deberían ya pensar en eso y presentar la solicitud lo antes posible, esas cosas toman su tiempo

Señora 1: Eso es verdad, a mi Ricardo ya lo hemos inscrito en dos escuelas diferentes.

Camila: (sorprendida) ¿Con tanta anticipación? Pero si tu hijo tiene apenas un año ¿no?.

Mientras tanto en otro lado de la casa

Socio 1: Shawn, ven para acá, te voy a presentar. señores para quienes no lo conocen, él es nuestro abogado estrella.

Shawn: No exageres vamos, Tanto gusto, Shawn Méndez

Hombre 1: Hemos oido que eres tú quien está llevando el caso Mendizábal

Socio 1: Claro, quien más lo podría llevar si no es Shawn, si vieran a este muchacho en acción en la corte, no hay juez que se le resista, nunca he visto tal poder de convicción.

Hombre 2: Pues te felicito hombre, muchos abogados del pais quisieran tener ese caso en sus manos.

Shawn: Muchas gracias, si me disculpan un momento.

Shawn se acercó a Austin rápidamente.

Shawn: Austin ¿tienes un minuto? Quisiera hablarte de algo en privado.

Austin: Claro Shawn, ven conmigo a la biblioteca.

Media hora más tarde, Shawn terminaba de explicarle a Austin, quien lo escuchaba en silencio desde su sillón, sus razones para desconfiar y su intención de dejar el caso.

Cuando el joven abogado terminó de hablar, Austin lo quedó mirando fijamente, luego se levantó y se asomó por la ventana que daba a la terraza. Desde ahí pudo observar a un grupo de mujeres salir hacia el jardin entre las cuales se encontraba Camila. Sin dejar de mirar hacia fuera

Austin: Tienes una mujer encantadora Shawn, aparte de guapa, es inteligente, divertida, viene de buena familia y te ha dado una hija preciosa. Muchos envidiarian tu suerte ¿lo sabes?

Shawn: (confundido).

Austin: Tienes una gran responsabilidad hijo, mantener una familia así no es trabajo fácil, Andrea con apenas dos años y todo un futuro por delante del cual tú eres el mayor responsable, ¿por qué poner todo en riesgo por escrúpulos tontos?.

Shawn: No te entiendo Austin

Austin: (Girándose hacia el) Estás haciendo una carrera brillante Shawn, trabajas en el mejor estudio de abogados que te permitirá darle lo mejor a tu familia, a tu hija la mejor educación y tu mujer disfrutará de la vida a la que ha estado acostumbrada siempre. Y sin embargo ¿qué quieres hacer tú? ¿Dejar el caso? ¿Cómo le caeria eso a todo el directorio? que lo único que ha hecho es confiar en ti dejando en tus manos un caso de tanta trascendencia. ¿Dejar el estudio? Que estudio importante contrataría a un abogado que no tiene el temple para seguir un caso sonado, porque todo el mundo sabe ahora quien es Shawn Méndez y en lo que estás. ¿Crees acaso que el trabajar en un estudio miserable con un sueldo miserable será suficiente para afrontar tus obligaciones como padre y esposo? En la vida mi querido Shawn, a veces hay que hacerse de la vista gorda y el hacerlo no te convierte en malvado sino más bien en una persona práctica.

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