Día 3. Estilo

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Hazbin Hotel no me pertenece.
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El estilo de letra era sumamente diferente al suyo, empezando por qué estaba en cursiva. La escritura estaba perfectamente cuidada, procurando ir lo más recto posible y todo bien espaciado.

A Vaggie se le hacía bastante curioso que alguien con esa caligrafía la haya usado precisamente para contestar algo que ella había escrito sobre uno de los escritorios de la biblioteca escolar.

El día anterior había solicitado un par de libros para terminar su tarea de historia, pero al ser esa la materia que menos le gustaba, terminó pasando más tiempo del que debía en aquel lugar, pasando su atención a otras cosas, como algunos libros de literatura que encontró o a su teléfono celular. En algún momento y, revisando que no hubiera nadie del personal cerca, escribió con tinta sobre la madera del escritorio "Esto es aburrido como el carajo" remarcando mucho los trazos de manera un tanto burda.

Y hoy que había regresado (pues no terminó dicha tarea) descubrió que alguien había escrito algo debajo de su declaración.

"Bueno, sr. Aburrido, es un gusto conocerlo"

No se esperaba que su mensaje tuviera contestación pero, quizá por el aburrimiento que le generaba su tarea o tal vez, por simple curiosidad, decidió seguir la conversación.

"El gusto es todo mío. ¿Estudias para algo en particular?"

Una vez dejó el mensaje, Vaggie finalmente puso manos a la obra con su tarea.

Al día siguiente, decidió pasar nuevamente a la biblioteca. Por supuesto, ya no tenía nada pendiente para estar ahí, pero quiera ver si su nuevo mensaje obtuvo respuesta. Pidió un libro de literatura épica y fue al escritorio de siempre. Era uno de los más alejados y por ende, de los menos utilizados, sobre todo a esas horas de la mañana donde eran pocos los que iban a la biblioteca y decidían quedarse, por lo que se encontraba vacío al igual que el día anterior.

"Nada en particular. Disfruto el silencio y la quietud de la biblioteca. ¿Tú tienes algo pendiente?"

Nuevamente, esa caligrafía tan prolija resaltaba en la madera del mueble. Revisó que no hubiera nadie del personal cerca antes de decidirse a contestar, tratando de observar también si había alguien al pendiente de ella.

Por el tipo de letra, Vaggie se imaginaba que se trataba de una mujer quien le había contestado, pues difícilmente se imaginaba a un hombre con ese estilo de letra, salvo quizá una sola persona. Angel era de sus mejores amigos, y ella era de las pocas personas que sabía sobre su sexualidad. Por ello, había visto en ocasiones como escribía de manera un tanto similar, cuando se tratada de cosas que su familia no llegaría a ver.

"Tarea de historia. No se me da para nada bien"

Una vez contestó, decidió quedarse ahí por unos cuantos minutos, fingiendo leer el libro que había pedido, esperando notar a alguien querer acercarse a ese escrito en particular, aunque sin buenos resultados.

Durante el resto de esa semana y la siguente, continúo una conversación con la chica misteriosa. Aquello le divertía bastante a la vez que le daba cierto sentimiento de emocion, al tener aquel pequeño secreto que esperaba, nadie más conociera. Particularmente el bibliotecario.

La conversación no fue a mucho, enterándose solamente que la chica tenia un horario diferente al de ella, y que prefería pasar su tiempo libre ahí a estar en casa, ya que siempre estaba sola.

Poco a poco, la idea de conocerla tomaba más y más fuerza dentro de la mente de Vaggie, quien se debatía en si pedirle o no conocerse. Quería saber quién era, pero a la vez, temía que ella se llevara una decepción al verse, sobre todo por qué, aparentemente, ella parecía pensar que se trataba de un chico, pues continuó usando el apodo de "Sr. Aburrido" para referirse a ella.

Dulces y regalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora