Día 5. Dolor

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Hazbin Hotel no me pertenece.
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Alastor jamás imaginó que habría alguien más poderoso que él o Charlie en el hotel. Que equivocado estaba.

El demonio Radio no tardó mucho en decidirse a hacer un movimiento, al notar la ingenuidad y amabilidad de la joven princesa. Apenas unos días después de su llegada y en medio del proceso de restauración del hotel, se decidió a acabar con Charlie.

Había logrado hacerla salir hacia el jardín, sin compañía alguna. Empezó una charla amena con ella, cosa que hasta eso le agradaba; no era fácil para él, encontrar a alguien que pudiera entretenerlo por mucho tiempo con una buena conversación. Será una pena su perdida en ese aspecto.

Una vez se aseguró de que la chica estuviera con la guardia baja y, decidido a acabar con toda esa estupidez de la redención de una vez por todas, atacó sin más a la princesa, atravesando su pecho con ayuda de un arma sagrada, abriéndolo y arrebatandole literalmente el corazón.

Todo fue demasiado rápido para el gusto de Alastor. Él prefería por mucho, tomarse su tiempo para disfrutar torturando a sus víctimas, pero en esta ocasión tenía que ser rápido, pues lo más seguro es que Lucifer no tardaría en enterarse de la muerte de su preciada hija por lo que lo mejor era apresurarse para evitar una confrontación directa.

Aún así, ver el rostro de terror de Charlie, sus mejillas rojas pasar a un rosa pálido, sus ojos perdiendo poco a poco todo rastro de brillo; aquello fue más que suficiente para el demonio Radio. La sangre lo había salpicado, manchando su traje y rostro, cosa que ignoró, procurando dejar con cuidado el cuerpo de la princesa en el suelo, mientras la sangre seguía brotando del agujero en su pecho.

El corazón lo conservó en su mano tras guardar su arma entre sus ropas. Tenía mucho tiempo que no probaba un bocado así y apostaba a qué sería por mucho, mejor a cualquier cosa que hubiera probado en vida o en muerte. Se tomó algo de tiempo para degustarlo, pues no podía simplemente tragar aquel órgano sin saborearlo antes.

Justo cuando estaba dando el tercer mordisco, sintió algo extraño en el ambiente. Rápidamente, miró hacia los alrededores, observando llegar a Vaggie que parecío entrar en estado de shock ante la vista de su amada pareja en el suelo, muerta.

Alastor no pudo evitar reír. Dando el último bocado y limpiando burdamente la sangre en su rostro con la manga de su saco, solo logrando esparcirla más, dándole así un aspecto retorcido e intimidante. Se acercó a la demonio polilla con paso solemne, dispuesto a acabar igualmente con su segunda vida.

- De todas formas, su proyecto no iba a rendir frutos - dijo el más alto como si se excusarse, mientras sacaba nuevamente aquella arma sagrada y apuntaba en dirección de la chica de cabello blanco - Solo le hice un favor al no dejarla ver su inminente fracaso.

- Ella no iba a fracasar - escuchó decir a la polilla en un murmullo.

Aquello le extrañó, pues no era la reacción que esperaba de su parte. Había esperado que la chica lo atacara sin más, invocando una de sus armas; momento que él aprovecharía para poder apuñalarla igualmente, y así deshacerse de ella también.

Aún así, imaginó que aquello se debía a qué Vaggie continuaba en shock ante la escena, por lo que siguió con aire seguro, colocándose frente a la chica con cuchillo en mano, dispuesto a cortarle la garganta de un tajo.

- ¿Ah, sí? - preguntó burlón. Quería disfrutar un poco más de su dolor - ¿Y por qué estás tan segura? Hasta su padre pensaba que esto era una pérdida de tiempo, incluso no creo que tú hayas sido la excepción. Apuesto a que también pensaste que nada de esto funcionaría.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2020 ⏰

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