- Claro que no es justo y claro que es terrible - repuso el guardia - Es algo tan odioso que la gente se cuida mucho de hacer algo en contra de la ley, para no verse obligada a abofetear a unos pobres guardias inocentes. Vamos, pague su media multa, deme las dos bofetadas y vaya con cuidado.
- Pero yo no le quiero dar ni siquiera un soplo e. La mejilla; en lugar de unas bofetadas le haré una caricia.
- Siendo así es una desobediencia. No me queda más remedio que acompañarlo hasta la frontera - concluyó el guardia.
Y Juanito humilladísimo, fue obligada abandonar el País sin Punta. No obstante, Todavía hoy sueña con poder regresar algún día para vivir allí del todo, en un país tan especial, en una bonita casa de techos sin punta.
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La Culpa Es De La Vaca Para Niños.
PoetryUn libro muy bonito que deja muchas reflexiones para leer cuando estés aburrido y de viaje.