4:Intruso

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17 de octubre de 2018

Poco importaba que no fuera viernes, de nuevo habían escapado de sus deberes para estar en Bangkok.

Estando al lado de su mayor fue capaz de descubrir 3 gestos, 3 nuevas expresiones que lo hacían reír por lo bajo.

Él contrario esta aún dormido, el silencio y la contra luz que ofrece la luna no le molesta para seguir conversando con la figura dormida de Brigth.

Solo son leves susurros de cosas incoherentes, mantiene la almohada pegada a su pecho, como si se tratase de un niño pequeño asustado en busca de los brazos de su madre.

Cada rasgo del mayor era un paraíso distinto, como viajar a distintas galaxias. O probar distintos platillos.

Una sensación tranquilizante, inevitable e inexplicable.

Con total libertad a hecho a un lado el cuerpo del contrario para dormir con él.

Pero ¿porqué no han estado juntos desde un principio?
Sencillo, han tenido una pelea por las calificaciones de Win, Bright se ha enojado y dicho que no deberían de verse tan seguido, puesto que él también tiene deberes. Win no lo ha tomado bien, y al momento de pedir habitaciones han pedido separadas, cada uno hasta el anochecer no fue capaz de dirigir palabra alguna, encerrándose en las paredes del hotel.

Claro que Metawin no lo ha soportado, y movió contactos para conseguir la llave de Bright para entrar a su habitación.

Es exquisito el aroma que su mayor suelta, la menta lo tranquiliza, parece que ambos se hacen los dormidos, mientras que Bright posa uno de sus brazos en la cintura de Win para atraerlo más cerca, algo que es más que un instinto que desarrollo cada que duermen juntos, el contrario se resguarda en su pecho, pueden fingir estar descansando, pero las sonrisas los delatan.

Son sentimientos tan cálidos como una taza de chocolate, que no se quieren separar.

Mientras que un pecho late descontroladamente, la mete del otro solo divaga en su propio mundo.

— Lo siento he sido muy duro — murmura por lo bajo aún con los ojos cerrados, mientras deja leves caricias en los mechones del cabello de Win.

— No me gusta pelear contigo, casi no lo hacemos, y si pasa lo resolvemos — se aferra más a su mayor, la pelea le hizo entender cuanto depende de él.

— Pequeño mocoso, no me iré, no necesitas aferrarte — Al parecer se ha dado cuenta de la manera en que es abrazado, por lo que acaricia la mejilla de este.

— ¿Y si lo haces? No puedo, no quiero.

— Esta bien, sabes que  no puedo prometer, pero te daré un trataré que es más valioso.

— Por lo menos no sera una promesa.

Mantenían los ojos cerrados, no necesitan ver para saber que la sonrisa del contrario ha crecido, las caricias que deja Bright sobre el cuerpo de Win son como las nubes.
Lo suficientemente suaves para dormirlo.

La luna es su cómplice de nueva cuenta, es quien los observa hasta la llegada del sol. Quien los protege del mundo exterior.

Win es la luna de Bright, y Bright es el sol de Win.

Ambos no lo saben aún, lo sienten pero hacen vista ciega al saber del mismo.

Pareciera que el tiempo cuando ambos están juntos transcurre de una manera convenciera, ya es de mañana, ambos cuerpos permanecen en la comodidad que le ofrecen las colchas, están unidos el uno al otro, como un par de palillos.

Heather (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora