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Todos estaban guardando cosas en cajas, debido a la humedad que había en las paredes la mayoría de ellos se habían enfermado, por lo que Chan decidió buscar otro lugar para vivir, ya que no era bueno que estuvieran en un lugar así.
— Hyung, ¿Sucede algo?— habló San, pasando por frente la puerta de la habitación del mayor, para verlo mirar la habitación.
—Yo... ¿Dónde están Min Gi y Seong Hwa?— San frunció el ceño y rió.
—¿Quienes son Min Gi y Seong Hwa?— MinHo frunció el ceño. —Hyung, no conozco a nadie con esos nombres.
—Quizás...— negó con su cabeza. —Olvídalo Sannie, gracias de todos modos.
San se encogió de hombros y asintió, para luego alejarse de la habitación. Jong Ho se sentó en la cama, si eso había sido un sueño ¿Por qué se había sentido tan real? ¿Por qué parecía que habían pasado meses? ¿Por qué soñó con Waken?.
Negó con su cabeza y se levantó de su lugar, para llevar un par de cajas hacia la entrada, para luego volver a su habitación y una foto que al parecer se había olvidado allí. Se acercó y luego frunció el ceño, ellos no tenían fotos así. Suspiró y miró la foto, estaban ellos siete y parecía una foto antigua, como de 2018 más o menos, lo recordaba por el cabello de Hong Joong. Alzó su vista y sonrió, para luego sobresaltarse al mirar el espejo.
—¿Perdiste algo?— Waken sonrió, mostrándose a sí mismo y a Seong Hwa, quien tenia sus labios cocidos.
—Hyung, ya nos vamos— habló Woo Young, adentrándose a la habitación, para luego tomar la mano del mayor y comenzar a caminar hacia la sala.
—¿Estás bien?—preguntó Yun Ho, mirando a Jong Ho.
—Sí hyung— sonrió y tomó su bolso y una caja para luego salir de allí.
Yun Ho fue el último en salir, cerrando con llave, después de todo tenía que entregar la llave al irse. La puerta se agrieto por su cuenta, las manchas de humedad desaparecieron, el lugar volvió a estar completamente iluminado, las habitaciones estaban en orden y sin nada en sus paredes. Todo volvió a su lugar. La puerta volvió a la normalidad, para luego ser abierta por el conserje del lugar, tenía que limpiar.
Frunció el ceño al ver todo completamente limpio, no parecía que alguien hubiese estado allí. Caminó por los pasillos y habitaciones, notando que las ciertas manchas de humedad no existían y que todo estaba en buen estado.
El dueño del edificio de adentro al lugar y frunció el ceño, para luego ir en busca del conserje.
—Iba a decir que dejara todo en orden para los nuevos inquilinos, pero veo que está todo perfecto— habló el dueño, mirando al hombre.
—Parece que sí— se encogió de hombros y ambos salieron de allí.
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