RELATOS ROJOS 《BTS ONE SHOTS》

REENCUENTRO (Jeon Jungkook)

Aclaración: Todos los capítulos serán narrados en primera persona.

Cuando te casas y llevas tiempo con una persona a la que amas empiezas a olvidar ciertas cosas, ciertas personas y ciertas sensaciones. O eso creía.

< Estimada/o TN TA, reciba una cordial invitación al baile de reencuentro de la décimo tercera generación de la Academia Von Valder. Esperamos su confirmación. >

Había llegado hace una semana, una carta que realmente no esperaba ver nunca, digo, mis compañeros de generación no eran muy unidos y hasta ahora jamás se había dado la ocasión. Estaba emocionada por ir y ver a todos disimular el morbo de enterarse qué fue de la vida de los demás.

Faltaban dos días y ya tenía todo planeado, todo excepto...

- No podré ir contigo, amor. Tengo un viaje del trabajo. -me informó mi marido con tono triste.

Bien, eso no estaba dentro de mis planes.

- Está bien, amor. No es tu culpa. -lo abracé por la espalda- Si tú no vas, yo tampoco voy. Me voy a aburrir.

Él volteó hacia mí y tomó mi cara entre sus manos- ¿Pero qué dices, linda? Ve y saluda a tus viejos amigos.

- No tiene caso si tú no vas. -puchereé como una niña.

- Oh vamos, -dijo besando mi nariz- ve a divertirte ¿si? Por mí.

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Al final terminó por convencerme, y aquí estaba, justo frente a la entrada del salón. Había luces y todo estaba arreglado a detalle. El tema no es un tema como tal, solo debíamos llevar algún accesorio de los colores del uniforme que solíamos usar: Negro, blanco y rojo en menor proporción.

Yo llevaba un vestido color vino hasta dos centímetros sobre las rodillas y tacones de plataforma negros. No dudo que me mi apariencia es mejor que en los días en los que estudiaba aquí pero no tener a mi guapo marido cerca no me da ocasión de demostrarlo.

A pasos seguros entro y me acerco a la mesa de registro y reconozco a la que alguna vez fue representante de mi clase y a su mano derecha- Hola, chicas. -saludo con una sonrisa.

Ellas me miran y se miran entre sí- ¡¿TN?! -gritan al unísono.

- La misma que viste y calza.

Me dicen que he cambiado un poco y que les da gusto verme, yo digo lo mismo porque no sé qué más decir.

- Bien, deja que veamos si cumples el código de vestimenta. -me dice la ex representante- ¿Negro? -levanto la pierna todo lo que puedo y le muestro mi tacón- Bien, ¿blanco? -sonrío de lado y le muestro la tira de mi brasier, ella se ríe- Traviesa, por último ¿rojo? -supero el mini ataque de risa y le muestro mis aretes, simples argollas con colgante- Perfecto, pasa y diviértete.

Les sonrío y digo que las veré adentro. Puede que pase o puede que no.

Hay bastante gente ya en la pista de baile, en las mesas o cerca de la barra del pequeño bar. Y es ahí donde diviso a las únicas personas que tengo ganas reales de ver. Las perras del Club de Literatura, más conocidas como las cuatro amigas a las que no he visto en casi un año.

- Hola, brujas. -saludo interrumpiendo su charla.

Ellas me miran con una sonrisa grande- ¡TN!