IV

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—No pensé que te encontraría en la cafetería—SeungCheol observó como el cielo se encontraba despejado. La noche había caído ya y pronto tendría que retirarse a su hogar. Seguramente su madre estaba maldiciendo al no ver a su hijo mayor en casa antes de lo pensado. 

Pero SeungCheol estaba perdido en los ojos del ángel frente a él como para querer retirarse.

—Mi tío es dueño de la cafetería—comentó JeongHan, dándole una calada al cigarrillo que anteriormente estaba en sus labios—. Apenas llegué hace una semana.

—¿De dónde eres?

—De Seúl.

Estaba claro. SeungCheol había olvidado por completo que se encontraban en Jinhae-gu. Para empezar, él ni siquiera había nacido ahí. Creció desde que era un niño de tan solo cinco años y se dio cuenta que ese era su lugar o eso quería creer.

—Tampoco soy de aquí—SeungCheol, se cruzó de brazos—. Mis padres se mudaron cuando apenas tenía cinco años.

JeongHan le observó con interés. Parecía que todos sus conocidos provenían de otros lugares que no fuera Jinhae-gu. Parecía que su festival atraía turistas y los obligaba a permanecer en ese lugar. Estaba hechizado. Sonrió.

—¿De dónde eres?—el rubio metió ambas manos a sus bolsillos del pantalón.

—De Daegu—SeungCheol volteó a verlo—. ¿Conoces el lugar?

—Algo así. Fui a visitar el lugar cuando era pequeño. Pero no recuerdo mucho sobre esa ciudad. Supongo que cuando eres un niño solo piensas en llegar a casa y jugar.

Ambos rieron ante ello.

Durante un par de horas más, ambos se conocieron. Aprendieron más del otro. Profundizaron sus conversaciones e incluso rieron ante sus miedos. SeungCheol se perdió en sus ojos durante varios segundos y JeongHan solo pudo recargar la cabeza en el hombro de su acompañante. Eran un dúo que apenas estaba conociéndose, pero que ya comenzaba a funcionar tan bien. Era más que una simple amistad entre ambos.

—Debo irme—JeongHan se separó suavemente de su compañero al ver a lo lejos el auto de su mejor amigo—. Mis tíos se preocuparán si no llego a tiempo.

—¿Mañana también estarás en el festival?—SeungCheol le acompañó hasta el vehículo negro que se encontraba a unos cuantos metros. El peliazul de la mañana solo les sonrió. JeongHan asintió, despidiéndose poco después de SeungCheol.

SeungCheol observó como el vehículo se alejaba y pensó en todas las cosas que JeongHan le contó durante ese tiempo a solas. Su madre había fallecido un par de años atrás y su padre cayó en depresión después de la pérdida. Sus tíos fueron muy generosos con él al cuidarle mientras su padre se recuperaba. Es por eso que cada primavera él visitaba Jinhae-gu, para poder desahogar todo el dolor que alguna vez guardó.

Aquel ángel de cabellos dorados estaba igual de roto que él.

🐰🐰🐰

—Mañana es la misa, Cheol—su madre le extendió un pequeño plato con chocolate en él—. ¿Irás?

SeungCheol observó a su madre y solo se encogió de hombros. No había recordado que debía visitar el cementerio después de tres años. No había vuelto a ese lugar desde el accidente y tampoco había visitado la iglesia. Era un lugar que no consideraba necesario.

Si Dios era tan bueno con sus hijos, ¿por qué se los arrebataba con odio? ¿Por qué los hacía sufrir si pensaba llevárselos? No tenía sentido.

—¿Chan?

—Ya duerme—su progenitora le observó por un breve momento—. Entonces...

—No iré.

La señora Choi asintió y no tardó mucho en desearle buenas noches a su hijo mayor antes de retirarse a su habitación. SeungCheol se quedó en silencio en la cocina. Observó el cielo estrellado a través de la ventana y pidió perdón en silencio. Se sentía un completo idiota por no ir a visitarle, pero el dolor aún le consumía. ¿Qué tan duro podía ser superar la pérdida de una parte importante de su corazón? Se preguntaba qué hubiera hecho si él hubiera ocupado su lugar.

Pero el hubiera no existe más.

🐰🐰🐰

La voz de su madre le hizo despertarse antes de lo planeado. Era domingo y él solo tenía pensado dormir hasta las diez. La pastelería no abriría por ese día y quería aprovechar su único día libre de la semana.

Aunque una melodiosa risa no se lo permitió.

Recordó que vería a JeongHan ese día y eran más de las ocho de la mañana. El rubio seguramente había empezado su momento de leyendas. Sonrió inconsciente.

—Cheol—su madre ingresó a su habitación junto a Chan, quien vestía elegante para la ocasión—. ¿Estás seguro que no irás?

SeungCheol asomó sus ojitos y asintió. Tenía otros planes.

Su madre no discutió y se llevó a Chan consigo. Parecía que ambos entendían perfectamente el sentir del aquel joven. Después de todo, cada uno vivía su luto a su manera. Sin embargo, cuando su madre y su hermano desaparecieron por la puerta principal, SeungCheol pudo romperse un poco. Permitió que un par de lágrimas abandonaran sus ojitos chocolate. Pidió perdón una vez más, como si pudiera escucharle y entender su dolor.

Esperaba que alguna vez sentirse listo e ir al cementerio. Necesitaba dejar ir su dolor, pero aún no era el momento.

🐰🐰🐰

SeungCheol se acercó hasta donde se encontraba JeongHan. Después de una lucha interna con sus pensamientos, se armó de valor y salió de su pequeña cueva. Los habitantes de aquel distrito lo observaron sorprendidos. Él nunca salía por esas fechas, a menos que en verdad fuera una emergencia.

Pero a él no le importó los murmullos y cuchicheos que escuchaba a sus alrededor. Solo le interesaba ver a JeongHan y su presentación.

—Hace exactamente tres años nos abandonó como flor de cerezo al caer el invierno—JeongHan atrapó un pétalo rosa—. Hace tres años partió para que pudiera culminar su ciclo en el tierra. Cuenta la leyenda, que cada segundo domingo de abril, ella sale a pasear con un pequeño cesto de rosas. Su llanto se escucha como suave tintineo, pues nunca pudo despedirse de su amado. Por eso, cada vez que la primavera cae, el cielo se pinta triste y las nubes no prometen volver, y no lo harán hasta que esa joven pareja vuelva a estar junta, otra vez.

Los aplausos estallaron frente a JeongHan y SeungCheol solo pudo bajar la mirada. Seria un domingo difícil para ambos.

🐰🐰🐰

holap.
Lamento muchísimo la demora. Últimamente no he tenido inspiración, pero no volverá a suceder. Ya tengo el cuerpo de este fic, no será tan largo. Espero que lo sigan disfrutando. Gracias por el apoyo.

¡Nos vemos luego!

Flower Festival • JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora