IX

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Pasaron días después de aquel beso. 

Esa noche en el parque, cuando sus labios se encontraron por primera vez, se dieron cuenta que se conocían más de lo que debían. Incluso pensaban que en otra vida pudieron estar destinados a estar. Era raro, aunque JeongHan estaba feliz por ser correspondido, había algo que aun no terminaba de convencerle. Era como si algo no estaba destinado a suceder, faltaba una pieza. Pero cada vez que se veía con SeungCheol, aquella inquietud desaparecía. Tal vez eran sus ideas las que le estaban jugando en contra. Durante esos días en los que se vieron durante las mañanas, las sonrisas que ambos portaban reflejaban demasiada satisfacción por lo que estaban construyendo. Salían a pasear, a comer. Incluso JeongHan llegó a conocer a los señores Choi, aunque decidió presentarse solamente como un amigo , pues consideraban que aún era pronto.

Ellos ni siquiera sabían en qué estado se encontraba su "relación".

—Pensaba ir a comer después de verla. ¿A dónde quieres ir?—preguntó SeungCheol, apagando el cigarrillo que tenía en su mano. JeongHan se recargó en uno de los postes de luz y pensó. Tenía que ser un lugar especial para celebrar su primer concierto. Estaba entusiasmado por lo que podría pasar.

—Tal vez podamos ir por pizza o algo de carne. Aunque si quieres la verdad, prefiero la pizza—dijo con ilusión. SeungCheol fingió pensar tan solo para molestarle, pero finalmente aceptó.

—Está bien, niño bonito, pero que no sea la que tiene piña. No me gusta.

—Ah, esta relación no va a funcionar—murmuró JeongHan—. La pizza con piña es lo mejor del mundo. ¿Cómo no puede gustarte? 

SeungCheol observó ofendido al menor y no tardó en acorralar a JeongHan en la pared de la cafetería. El rubio mordió su labio inferior y no dudó en dejar un beso en los labios del más alto. El castaño sonrió con picardía, dispuesto a besarle nuevamente, pero el sonido de una campanilla le hizo detenerse.

—¿Interrumpo algo?—ambos voltearon rápidamente a ver de quien se trataba. JeongHan tuvo que sostenerse de SeungCheol y desvió la mirada, sintiendo la presión sobre sus hombros.

El castaño volteó a ver a JeongHan. No tardó mucho en deducir quien era.

—Posiblemente, sí. ¿Necesitas algo?—preguntó SeungCheol, sintiéndose celoso por la reciente reacción del ángel. ¿Aún no lo había superado? 

—Hablar con JeongHan, eso es lo que necesito—dijo MinGyu, analizando de pies a cabeza al otro sujeto que tenía entre sus brazos a su ángel.

Con un chasquido podía hacer que JeongHan regresara a sus pies. 

SeungcHeol observó a JeongHan y lo tomó por el mentón, esperando a que reaccionara o a que dijera algo respecto a lo que estaba sucediendo. Parecía asustado, intimidado... perdido. No quería obligarlo a hablar, pero tampoco quería que se sintiera responsable de lo que estuviera diciendo o haciendo el sujeto de a lado. Acarició sus cabellos rubios y pegó su frente a la ajena. 

—Sabes que cualquier cosa voy a apoyarte, ¿verdad?—pronunció, como si estuviera tan seguro que JeongHan no se iría con ese tal MinGyu. El ángel asintió y se separó.

La tensión se sentía en el ambiente. Cada paso que el rubio daba parecía tardar años, incluso las estrellas parecían interesadas en saber lo que sucedía, pues brillaban más que nunca. Sin embargo, JeongHan se detuvo antes de que se encontrara finalmente con el moreno. Lo observó fijamente y negó, como si estuviera respondiendo algo. 

—No—susurró—. No quiero hablar contigo, Kim. Tú decidiste engañarme, decidiste jugar conmigo y con EunBi. Ni ella y ni yo tuvimos la culpa—dejó en claro el rubio. No podía seguir guardando rencor después de lo sucedido y se sentía mucho mejor estando a lado de SeungCheol, incluso si no eran nada más que amigos, se sentía verdaderamente libre a su lado. MinGyu fue un buen novio, pero a veces las cosas tenían que terminar de ese modo. 

Y dejar ir no era malo. Superar estaba bien, y el destino sabía por qué hacía las cosas. 

SeungCheol se encontraba algo sorprendido por ello. Parecía ser de película, ni siquiera pensaba con claridad. MinGyu simplemente se dio la vuelta y se alejó. El castaño no dudó en acercarse al rubio y en colocar una mano en su hombro. JeongHan se lanzó a sus brazos, buscando calor y la certeza de que todo se encontraba bien, que esa decisión era la correcta. 

—Todo está bien—susurró SeungCheol, dejando besitos tiernos en sus cabellos de oro—. Es difícil, sí. Pero soltar está bien. 

🐰🐰🐰

Después de que SeungCheol le dejara en la casa de sus tíos y de que se marchara, JeongHan cenó y después se fue a jugar con la gata, dueña, ama y señora del hogar. Al inicio creyó que un gato era innecesario, pero cuando su madre falleció y se fue con sus tíos, la pequeña Lulú estuvo siempre a su lado. Como si con sus ronroneos pudiera curar su corazón roto.

Las heridas del rubio aún seguían batallando por curarse. Incluso tuvo que cambiar tres veces de psicólogo. No sabía en el fondo si aquello serviría. Sucedieron demasiadas cosas en el pasado y ahora solo deseaba seguir estudiando en lo que adoraba.

—¿Puedo pasar?

—Adelante, tía—JeongHan bajó a Lulú de la cama que solía utilizar cuando visitaba a sus tíos—. ¿Donas de fresa? ¿Estamos festejando algo?

La mujer rio.

—No, pero no encontraba otra razón para venir y visitarte—le entregó el plato que contenía dos donas de fresa—. ¿Cómo te ha estado yendo? ¿Sigues saliendo con ese jovencito?

JeongHan asintió, dudando sobre el rumbo que esa conversación estaba tomando.

—Todo está yendo de maravilla—comentó, observando sus manos—. Tía, sabes que te amo mucho, pero ¿hay algo que debas decirme?

La fémina asintió y se sentó junto a su sobrino. Buscó las palabras adecuadas para decir lo necesario, incluso si parecía ser imposible. No sabía como su niño lo tomaría. Ya no tenía diez años, ya podía entender ciertas cosas.

—Verás, JeongHan, tu padre te quiere demasiado—el ángel asintió—. Y nosotros te adoramos con el alma. Eres como nuestro bebé, lo sabes bien.

El rubio estaba tentado a interrumpir, pero solo permaneció callado.

—Y queremos lo mejor para ti—la mujer tomó las manos del menor—, y por ello tu padre decidió llevarte a Japón.

El ángel se quedó quieto, analizando si era una broma o algo por el estilo. Pero la hermana de su madre jamás le mentía. Nunca.

—¿Por cuánto tiempo?

—Hasta que termines la carrera de arte dramático—silencio—. Es una decisión algo repentina, pero lo hemos hablado y en Japón hay muchas oportunidades para ti, Hannie. ¡Puedes incluso solicitar una beca a Inglaterra! Todos tus sueños se harán realidad...

—Sí, pero ¿y SeungCheol?

Ella suspiró. El corazón enamorado de alguien joven era su principal enemigo en las decisiones.

—Si él te quiere, entenderá que debes irte.

Fue abandonado una vez... ¿Podría soportar una vez más?

🐰🐰🐰

aquí dejen sus apuestas. o se queda o se va. ¿ustedes qué harían? yo me iría, pero recuerden que acá JeongHan se sintió completo con SeungCheol.

y de alguna forma hay dependencia emocional, así que... saquen sus conclusiones.

¡Nos vemos luego! Y gracias por el apoyo. ♡♡♡

Flower Festival • JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora