Diagnosis (Tomarry)

Capítulo 2

Harry estaba jodido.

"Aprendices, este es el Sanador Tom Riddle, Jefe de Daño por Hechizos. Harry, le responderás ahora," dijo McGonagall, aunque no parecía muy contenta con eso.

Riddle entró en la habitación, sus ojos apenas miraban a Hermione que lo miraba con asombro. Hizo una pausa cuando miró a Harry, sus labios lentamente se inclinaron en una sonrisa.

"Bueno, hola. Eres el aprendiz a cargo del Sr. Eavius," Riddle arrastró las palabras.

"Sí," dijo Harry, rígido. "Harry. Harry Potter."

La nariz de Riddle se arrugó. "Merlín, ¿eres hijo de Lily ?"

"¿Y si lo soy?" Exigió Harry.

"Bueno, tienes mis condolencias," suspiró Riddle. Se giró para mirar a la joven. "¿Y usted es?"

"Hermione Granger, señor. He leído su tesis, Sanador Riddle. En las intersecciones de la magia oscura y las artes curativas, y puedo decir que usted es..." balbuceó Granger.

Riddle levantó la barbilla. "¿Un genio?"

"Por favor, Sanador Riddle, ¿debes alentar la adoración de héroes donde quiera que vayas?" Dijo Snape, sarcástico. Riddle miró a su colega, ya aburrido.

"No es mi culpa que esté incluido en el plan de estudios de Hogwarts, Severus. Puedo hacer una recomendación a Dippet para ti, si quieres," se burló Riddle. McGonagall puso los ojos en blanco y suspiró.

"Suficiente con tu concurso de meadas," advirtió. Ambos se burlaron el uno del otro antes de girarse para prestar toda su atención al sanador más viejo de la habitación. "Esta es la Maldición  Hela-Wasting. Ha progresado rápido. Solo lo trajeron esta mañana. Esto va más allá de mí. Eres el experto en maldiciones oscuras, Tom."

"Lo soy," dijo Riddle. Sonaba encantado por eso. Se giró hacia Harry, sus ojos brillaban con una idea. Me gustaría hablar con el Sanador Potter sobre el paciente. Ha estado con él todo el día y creo que tendría la idea que estoy buscando. ¿Por aquí, Sanador?"

Harry se puso rígido bajo la expectativa de su colega y entrenadores. Ninguno de ellos parecía darse cuenta de que no podía ser dejado a solas con Tom Riddle. Harry tenía muy poco autocontrol y realmente no creía tener la fuerza para no querer follar al hombre.

Entonces, por supuesto, dijo: "Por supuesto, Sanador."

Permitió que el Sanador Riddle lo escoltara fuera de la habitación y con mucho cuidado no saltó cuando sintió una mano ancha presionada en la parte baja de su espalda, guiándolo fuera de la habitación y por un pasillo. Harry saltó cuando el Sanador Riddle abrió la puerta de una escalera. Harry gimió y luego se giró hacia el hombre, cuidando su expresión facial para no mostrar sus nervios.

"Sanador Riddle," dijo Harry, mirando fijamente el punto sobre el hombro del hombre. No fue fácil cuando Riddle usó toda su altura y presencia para alzarse sobre Harry, mirándolo con esos bonitos, bonitos ojos burdeos.

"¿Sanador Riddle? Anoche, fue Tom," bromeó el hombre.

Los ojos de Harry se entrecerraron. "Bueno, apenas recuerdo algo de anoche, así que es irrelevante. Deberíamos fingir que nunca sucedió," espetó Harry antes de morderse la lengua. Este hombre era su jefe. Su jefe.

Los labios de Riddle se convirtieron en una amplia sonrisa burlona, que antes era una sonrisa casual y despreocupada.

"Entonces, ¿recuerdas que sucedió algo? ¿Sería tú acostándote conmigo anoche? ¿O que me echaste esta mañana?" Riddle preguntó y las mejillas de Harry se pusieron más calientes al recordar el momento espectacularmente humillante de la mañana. "Soy bastante aficionado a ambos recuerdos."