El arbol de la vida

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A cabo de unos minutos la parca, el ángel y Ariadna llegan a la pequeña isla en la cual se encontraba el árbol de la vida. Ariadna estaba entretenida observando el árbol mientras bajaba del bote con ayuda del ángel, la parca se queda mirando a los jóvenes y observa en particular Ariadna por unos segundos luego se vuelve a ir en su bote.

Ariadna camina lentamente hacia el árbol fascinada por las pequeñas hadas al alrededor del árbol entendiendo al instante porque el árbol brillaba tanto. Ariadna sonríe ya que esta pensaba que las hadas no existían lo que era muy irónico ya que ella si creía en los ángeles y demonios.

Ariadna mira rápidamente a su alrededor buscando la parca para agradecerle de haberlos traído al árbol, pero no lo encuentra atónita le pregunta al pequeño ángel.

Ariadna: ¿Sabes dónde está la parca? Me gustaría agradecerle.

El ángel: La parca solo puede traernos y quedarse muy poco tiempo en este lugar, las hadas lo echarían.

Ariadna: Pero ¿Por qué?, le pregunta Ariadna al ángel algo triste.

El ángel: La vida y la muerte no deben verse juntas, si el se queda demasiado tiempo aquí el árbol poco a poco se marchitaría junto con la vida de los seres en tu planeta.

Ariadna: Siempre pensé que la muerte y la vida eran amigas y trabajaban tomadas de la mano, las dos de acuerdo la una con la otra. Para empezar no sabia que la vida era un árbol quien la decidía.

El ángel: Ahora sabes como es.

Ariadna: ¿Porque las almas llenas de odio en el lago están tan cerca del árbol de la vida?

El ángel: El árbol cuida que no se vayan al mundo de los mortales y hagan un caos.

Ariadna: Entiendo, ¿Y ahora que haremos?

El ángel: Le pediremos al árbol tu archivo para así saber a dónde estas destinada ir.

Ariadna: ¿Y cómo se hace? ¿Acaso se le pide?

El ángel: Eres muy curiosa, ya lo veras. Le contesta el ángel riendo.

El ángel se acerca a un hada rubia con vestido color lila, dicha hada tenia una corona, lo que muestra que es la jefa de las hadas.

El ángel: Disculpe pequeña criatura, sabría usted donde se encuentra en el árbol el archivo de lo señorita por favor.

Pequeña Hada: Antes que nada, me llamo Lizbeth. Lizbeth mira al ángel fulminándolo con la mirada.

El ángel: Le pido disculpas señorita Lizbeth. Contesta el ángel bastante avergonzado de sus palabras.

Lizbeth al escuchar las disculpas del pequeño ángel y ver a la joven Ariadna la mira sonriéndole amablemente. Ariadna le devuelve a Lizbeth su amable sonrisa. Lizbeth vuela hacia ella para observarla más de cerca, algo en ella le llamaba la atención. Tras unos minutos de reflexión le dice a Ariadna.

Lizbeth: Buscaré tu archivo sin embargo creo que no lo encontraré.

Ariadna sorprendida y confundida a la vez, no entiende porque según Lizbeth su archivo no estaría en el árbol de la vida.

El don de Ariadna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora