Ariadna desea conocer a su padre

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Ariadna al leer su archivo queda sorprendida e impactada al notar la parte del archivo que habla de su futuro.

Ariadna: ¡Tendré hijos!

Lizbeth: Corrección, tendrás 4 hijos y 4 hijas, tendrás de todo querida.

Ángel: Eres parte de la realeza serás futura reina y eres inmortal joven.

Ariadna: Acá está escrito que mi padre es rey, ¿Lo conocéis chicos?

La pequeña hada Lizbeth y el ángel asombrados miraron a la joven Ariadna y se exclamaron.

Ángel y Lizbeth: ¡No sabes quién es tu padre!

Ariadna: No, nunca lo vi.

Lizbeth: ¿Tu madre nunca te mostro una foto de él con su apariencia humana?

Ariadna: ¿Apariencia humana? ¿A qué te refieres Lizbeth?

Lizbeth mira de un lado a otro por unos largos minutos para luego dejar su mirada de nuevo en la de Ariadna avergonzada la observa mientras trata de contestar su pregunta.

Lizbeth: No tenemos permitido decirte quién es exactamente tu padre, pero lo que si te puedo decir es que puedes conocerlo en persona.

Ariadna: ¿Dónde se encuentra mi padre?

Lizbeth con sus manos temblando mira al ángel para que este la ayude ya que ella no podía dar toda la información que le pedía la joven. El ángel nota el pedido de la pequeña hada por lo que él le contesta a la joven Ariadna.

Ángel: Antes que nada, su alteza debe saber que su padre es un rey muy respetado por lo que no podrás preguntarle a todos su ubicación la mayoría no saben dónde se encuentra por el simple hecho que no tienen permitido saberlo ni decirlo.

Ariadna: De acuerdo, tomo nota de ese detalle. ¿Qué más debo saber?

Ángel: El reino que gobierna vuestro padre está rodeado de cuatro ríos. Cada rio representa una emoción.

Ariadna: Vale, ¿Cómo se llaman esos ríos y qué representan?

Ángel: El Caronte el dolor, el Létéo el olvido, el Flegethon el fuego y el Cocito el lamento. Está de más decirle a su alteza que debe tener cuidado a lo que piensa cuando va por aquellos ríos y no beber de ellos.

Ariadna: ¿Qué hay del lago del olvido?

Ángel: Bien, si lo bebes olvidaras absolutamente todo, olvidaras que sigues viva y no muerta. Ahora entiendo mejor como es que siendo viva logro ver a todos los que trabajamos en el más allá, es por tu ADN.

Ariadna: ¿Mi ADN? ¿Te refieres a mi padre?

Ángel: Exacto su alteza.

Ariadna pensativa mirando hacia el suelo le pregunta al ángel y a Lizbeth.

Ariadna: ¿Cómo llego a ese reino?

Lizbeth: No tengo permitido hablar más de ello, lo siento majestad.

Ángel: Para empezar su alteza si me permite la sacaré de aquí.

Ariadna mira al ángel que se ofrece a mostrarle el camino y le dedica su mejor sonrisa aun si esta algo nerviosa pues va a ser una gran aventura para ella.

Ariadna: Muchas gracias.

Ángel: De nada su alteza.

Luego Ariadna mira a Lizbeth dedicándole una sonrisa a la pequeña hada, esta última le devuelve la sonrisa al instante.

Ariadna: Gracias a ti igualmente Lizbeth, ¿Crees que pueda quedarme con el archivo?

Lizbeth: Claro no hay problema, te dimos la copia, te la puedes quedar.

Ariadna: Muchísimas gracias, Lizbeth, hasta pronto.

Lizbeth: Hasta pronto.

El ángel carga a Ariadna y vuela con ella en brazos hasta llegar a la costa situada al otro lado de la orilla en la que se encontraban las barcas. Después de unos minutos volando los dos llegan a la costa y el ángel cuidadosamente deja que Ariadna baje de sus brazos.

El ángel toca la pared y esta se abre mostrando un largo túnel y en el fondo se podía ver una lucecita mostrando la salida para llegar allí nuestra princesa Ariadna y el ángel empiezan a caminar para salir de allí.

El don de Ariadna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora