Capitulo 13.

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Youngjae.

Eran las tres y media de la mañana cuando salí de la cabaña a caminar. No me podía dormir y Jaebeom se había ido a jugar un poco a las cartas con Jackson y Yunho, pero yo no me sentía con ánimos para hacerlo.

No hacía frío pero estaba fresco, y más cuando caminé al lado del mar. Escuchaba las olas de fondo, llenando mis pensamientos, deseando que se queden ahí para no pensar en lo demás. En todo lo demás que me estaba pasando, pero lo más importante: para no pensar en Jaebeom.

Aunque sabía que lo iba a hacer. Jaebeom ocupaba el 90% de mis pensamientos. No estaba mal pensar en tu mejor amigo, ¿no? Pero yo lo hacía todo el tiempo, me levantaba pensando en Jaebeom y me dormía pensando en Jaebeom, esto no era normal.

-¿Qué coño me estás haciendo, Jaebeom? -murmuré mientras miraba el mar infinito.

El cielo negro y las olas golpeando eran todo lo que necesitaba ahora. No podía estar al lado de mi mejor amigo sabiendo que me pasaba algo con él.

La manera en que sonreía, reía, la manera en que su sonrisa me hacía sentir cosas que rara vez alguien me hacía sentir, esa felicidad completa por lo menos al saber que él esta a mi lado, sin importar qué pase.

Pero mientras más me arriesgaba, más sentía que lo pedía.

No sé cuánto tiempo me quedé mirando a la nada, pero cuando ya me canse de estar sentado en la arena fría y mojada, me levante yendo a la cabaña. Cuando pasé por la cabaña de Jackson y Yunho, las luces estaban apagadas así que sospechaba que Jaebeom ya estaba en la nuestra.

Me puse nervioso de inmediato.

Hace tanto que no sentía a mi corazón bombear tan rápido, hace tanto que no me sentía con estas ganas de ver a alguien, de asegurarme que está bien; de saber que no necesita nada más que a mí. Necesitaba estar con él.

Pasa la puerta de la cabaña y las luces apagadas me sorprendieron. Fruncí el ceño y mire la hora, sólo había pasado una hora.

¿Dónde estaba Jaebeom?

Mi preocupación aumento cuando no lo encontré en la sala ni en la cocina. Suspire. Pero cuando entre al cuarto, nuestro cuarto, lo encontré durmiendo con mi almohada. Sonreí al verlo dormir como un nene pequeño, apretando sus brazos sobre la almohada como si no quisiera soltarla.

Me acerqué lentamente a nuestra cama -era raro decir nuestras tal cosa- y me acosté a su lado, Jaebeom me estaba dando la espalda pero no me importo. Pase mis dedos por su nuca, dándole caricias mientras dormía y él, instantáneamente, se movió para acercarse a mí. Le di un beso en la nuca deseándole las buenas noches mentalmente y me quede dormido mientras entrelazaba mis dedos con los de Jaebeom.

wonderland [2jae] × libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora