Capitulo 34

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Maratón: 4/4

*Poche*

Una semana después 

Despertar y ver su rostro cada mañana, era lo mejor.

Podría quedarme horas admirándola.

La deje dormir, me levante y me di una larga ducha. 

Al salir me dirigí a la cocina y observé que la alacena estaba completamente vacía.

Sujeté mi bolso y salí del departamento hacía el supermercado.

*******

Terminé de hacer las compras y salí del supermercado con las bolsas en las manos.

-¿Como se siente estar viviendo mi sueño? .- Pregunto detrás de mi, haciéndome girar al instante.

-De maravilla.

-Creí que Paula te había dejado en claro que no te quería cerca de Calle.

Mierda, mierda, mierda.

Paula decía la verdad.

-Me da igual lo que quieras, solo déjame en paz.

-Es curiosos, ¿ no crees? .- Cuestionó, irónica .- Lo mismo dijo Juliana cuando le pedí que me ayudara. Claro, eso minutos antes de que sucediera su...accidente.

Sentí mi cuerpo helarse de inmediato. En su rostro se dibujo una enorme sonrisa.

-¿¡Tú la mataste!?

-No se de que me estas hablando.

-¡Eres una maldita asesina!

Matu soltó una risa que me hacía querer golpearla.

-Ella cruzo la calle cuando no debía. Todo fue tú maldita culpa Poche, por tú maldita culpa tuve que hacerlo. Carga eso el resto de tu vida y aléjate de una vez por todas de Calle, si no quieres terminar igual que ella.

*Calle* 

-¿En donde estabas? .- Pregunté al verla entrar .- Me tenías preocupada, amor...

Ella soltó las bolsas y corrió hacía mi para abrazarme . Hundió su rostro en mi pecho y comenzó a llorar desesperadamente.

-¿Qué pasa, amor?

-E-ella mató a...Juliana .- Susurró con la voz cortada.- Matu mató a Juliana.

Me dirigí a la cocina para servirle un té a Poche.

Cuando ya estaba listo, volví a la habitación, donde se encontraba en la cama sollozando.

Odiaba verla así.

*Poche*   

Calle se sentó a un lado de mi y acaricio mi cabello suavemente.

Comenzó a besarme toda la cara y el cuello, haciéndome sentir cosquillas al instante.

-¿Dejaras de llorar? .- Preguntó sin dejar de hacerlo.

-No .- Dije solo para que no parara.

Subió sus manos hasta mi estómago y comenzó a hacerme cosquillas sin parar.

*Calle* 

Juro que su risa es lo único que quiero escuchar.

Poche se reía sin parar, mientras intentaba esquivar mis manos.

-¡Ya basta! .- Rogó entre risas.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora