CAP 6

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"Y, entonces, abrí la puerta de par en par, y ¿qué es lo que vi? ¡Las tinieblas y nada más!"

Edgar Allan Poe

Uno, dos, tres, cuatro. El cuchillo seguía entrando una y otra vez en el estómago de la mujer. Su cabeza estaba inclinada observando como ella misma introducía el filo repetidas veces en su cuerpo, dejando un charco de sangre a sus pies. Al sentir los pasos que se acercaban, levantó la cabeza sin dejar lo que estaba haciendo.
Nicky al pararse en el umbral, vió a una mujer despeinada y llena de mugre, que la observaba en el medio de su cocina. Ésta detuvo el cuchillo, lo sacó lentamente de sí misma y con una sonrisa pasó el dedo por el filo.
La pelirroja la vió otro segundo, después caminó en dirección a su refrigerador, sacó una botella de agua y empezó a beber.
El espíritu se quedó quieto, pero después  empezó a moverse hacia Nicky.

"Hoy no tengo paciencia para esto" declaró la pelirroja.

El ser levantó el cuchillo cuando ya estaba peligrosamente cerca, pero la chica fue más rápida y logró ponerle una mano en el estómago al espíritu. Introdujo parte de sus dedos en la herida que se había hecho y presionó.

"Te dije que hoy no estoy de humor" dijo la joven con desprecio. Luego penetró más su mano, que estaba calentándose enormemente. La mujer soltó un chillido y comenzó a mover el cuchillo en el aire, intentando darle a Nicky, mientras ella la esquivaba. Sin embargo, la pelirroja mordió el pulgar de su mano libre hasta romperse, con su sangre dibujó una runa de exorcismo en la frente de su atacante.
La silueta de la runa comenzó a arder, quemando la cara del espíritu, mientras la mujer chillaba llevando las manos a su frente para desaparecer la fuente de su dolor, la joven se concentró y con sus dedos terminó de presionar y quemar el interior del ser.
Cuando Nicky sacó su mano, la cual estaba cubierta de una sangre espesa, se alejó del cuerpo cubierto en llamas que comenzaba a desaparecer con un fuerte y lúgubre grito.

Al encontrarse sola, la chica caminó al fregadero y comenzó a lavarse las manos con un gesto de desagrado.
"Que asco, ni siquiera me dejan en paz para hacerme el desayuno" susurró.
Al terminar, se limpió y puso una curita en su dedo, para después comer rápidamente un poco de cereal.

"Debo vestirme rápido para visitar a Lisa" se dijo mientras caminaba apresuradamente a su habitación.
...

El día se encontraba nublado, presagiando una inminente lluvia. En el apartamento hacía bastante frío, así que Oliver se aseguró de cubrir bien a la pequeña a su lado con una manta. Anna estaba concentrada en qué locura estaban haciendo Gumball y Darwin en la televisión mientras permanecía acurrucada en el sofá, sin embargo no demostraba ninguna risa ante la caricatura.

"No me gustan los días de lluvia" declaró en un susurro, con la vista aún en la pantalla.

Oliver dejó de leer su cómic de Batman y volteó a observarla un segundo, para después acariciarle sus rizos castaños "Tranquila, aquí no llueve seguido, así que mañana podemos salir a jugar". le dijo intentando animarla.

La niña continuó con el seño fruncido "No es por eso, ¿qué pasa si papá llega por la lluvia y se molesta? preguntó asustada.

El chico ahora comprendió su preocupación, Tommy regresaba antes a casa cuando llovía, ya que en la constructora les imposibilitada seguir en esas circunstancias, incluyéndolo a él que era el operario de las grúas. Por alguna razón el hombre cuando llegaba temprano siempre estaba molesto, tal vez tan solo ver a su familia lo irritaba.

"Anna ya no tienes de que preocuparte, el tío ya no va a regresar, ni siquiera en los días de lluvia" le aseguró el niño, pero la pequeña no quitaba su expresión de miedo.

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