Parte 4:

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Giyuu suspiro tratando de mitigar su furia, aún seguía molesto con Tanjiro, pero no podía seguir diciéndole cosas que lo hirieran, le dolían más a el mismo.

— Vamos, quiero conocer a mi hijo — Giyuu tomo la mano de Tanjiro como en los viejos tiempos, se sintió igual de bien, igual de correcto.

Nick hablaba animadamente con todos los del equipo, todos aun sorprendidos de que Giyuu tuviera un hijo, y con Tanjiro, con su preciado pelirrojo.

— Nick — murmuro Giyuu observando a su hijo, aun no lo podía creer, era tan parecido a él.

— Lamento mucho haberme entrometido, Giyuu se estaba perdiendo, lo estábamos perdiendo, era la única manera de recuperarlo — Shinobu se justificó avergonzada.

Tanjiro solo asintió, veía lo que trataba de decirle, las ojeras debajo de los ojos del soldado, el semblante demacrado, sus ojos tristes, habían sido cinco años duros para Giyuu.

Giyuu cargo a Nick en sus brazos, sonriendo y hablando, los demás no lo había visto tan feliz en los últimos años, se rejuveneció, su semblante cambio y su aura oscura desapareció.

Tanjiro saludo a todos aun avergonzado, sabía que lo que había hecho era de cobardes, correr como lo hizo, pero fue lo única solución en ese entonces.

— Vamos campeón — lo ojos de Nick se iluminaron al escuchar el apodo de su padre, siempre lo había querido escuchar de parte del soldado.

— Si papá — ahora fue Giyuu, su corazón se aceleró y sintió un calorcito en su pecho, le había dicho padre, se sintió orgulloso de ser uno.

Lo había extrañado, más de lo que podía llegar a admitir, pero lo había extrañado, cinco años de sentirse asfixiado, como si hubiera estado en una caja, sin que llegara entrar la luz o aire, Tanjiro significaba muchas cosas para Giyuu, la que más le gustaba era la metáfora de la playa y la nieve era su favorita, Tanjiro era como una playa brillante, con grandes palmeras, arena blanca y agua cristalina, Giyuu era como el frio glacial de un día de invierno, era como la nieve blanca y fría que se derretían en tus manos, eran como "Palmeras en la nieve" sonaba bien, le gustaba.

Una gran sonrisa se estiro en sus labios ante sus pensamientos poco realistas, tenía tiempo que no pensaba ese tipo de cosas, algo feliz ya que significaba algo en su vida, mientras caminaba por el hermoso muelle hacia Pacific Park, tomando la mano de Tanjiro, mirando a su hijo correr por delante observando todo maravillado.

— ¿Puedo subir a la rueda de la fortuna? Di que si —Nick se colgó del brazo de Tanjiro, como un niño mimado y caprichoso, no parecía el mismo Nick que había conocido hacía unos momentos, el Nick seguro y decidido que quería enfrentarlo, podía comportarse como un pequeño niño de cinco años.

— Lo harás, pero primero hay que comer algo — le comenzaba a gustar este tipo de situaciones cotidianas, un día en familia, solo con Tanjiro y Nick, tenía que contarle a su hermana.

Nick fue el que escogió un pequeño establecimiento donde vendían cremosas malteadas frías con vista a la playa y al mar azul, los pescadores abundaban y la gente caminaba como si el mundo fuera suyo.

El teléfono celular de Giyuu vibro, maldiciendo a quien osara con interrumpir su momento con su familia, miro el mensaje.

"nos llevaremos a Nick, para que puedas conversar mejor con Tanjiro"

Sabito, a veces lo llegaba a amar.

— Hey — Uzui se coló entre los padres.

— ¿Me extrañaron? — gracioso como siempre.

Palmeras en la nieve ⌠GiyuuTan⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora