Deseo

Fantasías

Luego del acalorado momento, Facundo desató a Pedro, le quitó las ventosas y le dijo que durmieran un rato. 

- Una siesta despertará tu apetito - le dijo a Pedro, y el cerdito obediente acató la orden.

Al cabo de unas horas despertaron y Facundo lo llevó al jacuzzi. Su cerdito le había contado que jamás había estado en uno y quería mimarlo lo más posible. Estaba todo preparado, jacuzzi caliente y burbujeante, y en una esquina más comida.

Pedro sumergió su grasoso cuerpo en el agua y dejó escapar un gemido de placer. El jacuzzi era tal como lo había imaginado, y mucho mejor por la compañía y la comida. Facundo comenzó a frotar el cuerpo de su cerdito para dejar perfumado y aseado. Pedro se entregó al momento, las caricias de su feeder lo cautivaban.

De pronto el estómago del gainer crujió y una sonrisa se dibujó en el rostro de Facundo. Soltó la esponja y se acercó a Pedro con un pote de helado de chocolate, su sabor favorito.  Cucharada tras cucharada Pedro se sentía en la gloria. No pasó mucho tiempo antes de que acabara el helado pero Facundo estaba preparado y tenía varios potes más, no tenía pensado dejar de alimentar tan pronto al cerdito que por meses estuvo esperando, menos a uno tan dedicado a la comida como Pedro.

Al cabo de un rato la cara del gainer estaba embarrada de helado por su desesperación al comer. Facundo no podía ocultar la erección que le provocaba ver a este enorme chico tragar y tragar tamaña cantidad de comida, él era perfecto. Pedro no tardó en empezar a sentirse satisfecho, Facundo lo ayudó a salir dificultosamente del jacuzzi, los litros y litros de helado no cooperaron en mucho en sacar al cerdito del agua. Lo llevó a la cama, lo dejó sentado y nuevamente se perdió en la otra habitación con su bolso.

Pedro estaba ansioso, lo que aumentaba su hambre, cada vez que Facundo había tomado ese bolso algo muy placentero pasaba. Al cabo de unos minutos Facundo apareció en la habitación con un arnés de cuero puesto, su soga y una bolso de cuero distinto al suyo.

- Listo cerdito? - Preguntó mirando coqueto a Pedro. Este sólo asintió. 

- Brazos extendidos! - Ordenó Facundo, mientras nuevamente hacía un arnés en el torso de Pedro, dejando sus manos libres.

- Te quiero en cuatro cerdito - le susurró Facundo al oído a Pedro. Por un minuto no reaccionó, Pedro era virgen y esta sería su primera vez. Se movió como pudo y luego de unos cuantos giros quedó en  cuatro mirando a su amo.

- Buen cerdito - exclamó Facundo acariciando su pelo.

- Conozco tus deseos Pedro, sé que fantaseas con el puppy play aparte de tu gusto por el feederism. Hoy cumpliré tus fantasías - declaró Facundo tocando el pezón de su cerdo. 

Pedro quedo perplejo, Facundo era su confidente desde que se conocieron en línea hace unos meses, pero jamás pensó que podría cumplir sus fantasías con él. Facundo tomo el bolso de cuero y de el sacó una máscara de perro estilo puppy play, un plato y bebedero de perro, y un plug anal de cola de perro. Pedro no podría creerlo, eran todos los accesorios que siempre había visto en los vídeos con los que se masturbaba a diario, ahora los tenía frente a él y a su disposición, bueno a la de Facundo en realidad.

- Ahora serás un buen perro, pero seguiré llamándote cerdito - dijo Facundo mientras le colocaba la máscara a Pedro. 

- Comencemos por algo fácil - dijo mientras iba a la cocina. Pedro estaba disfrutando su máscara, era negra con roja y le calzaba perfecto. A los minutos Facundo regresó con el plato lleno de lo que parecían brownies de chocolate y el bebedero relleno con malteada. 

- Come! - Ordenó y Pedro sin pensarlo y en personaje comenzó a comer del plato, por un momento pensó que sería incómodo pero no lo fue, había nacido para esto, cada cierto tiempo paraba y bebía algo de malteada, que combinaba perfectamente con los brownies. Más feliz no podía estar, y Facundo por su lado lo miraba acostado a su lado disfrutar del banquete.

Cuando el plato del cerdito estuvo vacío, no pasó más de 1 minuto antes que Facundo lo rellenara. Pedro comía y comía, era el día perfecto. De pronto mientras bebía malteada en posición de perro, se dio cuenta que su amo no estaba a su lado, y de pronto sintió unas caricias en su culo. Era Facundo tocando y nalgeando su trasero, cada caricia, cada golpe excitaba mucho a Pedro, lo que lo hacía comer con más ganas. El plato se vacío nuevamente y mientras saciaba su sed sintió algo húmedo y frío en su ano, su amo había avanzado un poco más y con ayuda de lubricante masajeaba su ano con sus dedos. Primero entró uno, Pedro dejó escapar un gemido, era placentero y extraño, nada jamás había entrado por ahí y se puso algo nervioso. Facundo notó la situación y se acercó a su cerdito.

- ¿Confías en mi? - preguntó y Pedro asintió. Facundo volvió atrás y lentamente introdujo el plug anal de cola de perro en Pedro.

- Ufff pero que hermoso perro tengo ante mi - exclamó. Pedro se sonrojó mientras Facundo lo fotografiaba para mostrarle como se veía. 

- No crees que luces genial - le pregunto. Pedro no podía creelo, se veía enorme y en personaje de perro, contuvo las lágrimas de alegría y sólo atinó a ladrar guau. Facundo sonrió y le preparó otro bebedero de malteada.

Al volver se acostó junto a él y le dij: acércate y acuéstate junto a mi, quiero ver esa panza. Y como perro buscando que acaricien su panza, Pedro obedeció.

- Mira que cerdito más rico, esta panza maravillosa, debemos hacerla crecer más o no? - preguntó Facundo. 

- Guau Guau - exclamó Pedro feliz. 

Facundo de la nada sacó otra bandeja de hamburguesas, se sentó a su lado y comenzó a alimentar sin parar a su perro más obediente, mientras acariciaba sus pezones y panza.

Pasado unas horas comiendo Pedro ya no podía más, sentía que reventaría en cualquier momento. Sólo habían pasado 8 horas pero realmente sentía que había subido más de 20 kilos, su panza era más enorme de lo común, sin mencionar sus muslos y trasero, era gigante.

Facundo acostado nuevamente ordenó a su perro colocarse en 4 sobre él.

Sabes que más sé de ti, que eres virgen, pero eso está por cambiar. Lo deseas así? - susurrando preguntó Facundo al oído de su perro y acariciando su barbilla. 

Facundo no podía verlo pero Pedro estaba completamente sonrojado. El cerdito sólo pudo lamer el rostro de su amo en señal de aprobación. No era necesario más preámbulo, Facundo estaba totalmente erecto, se levantó y tomó un condón del velador. Mientras se lo colocaba vio como Pedro se colocaba en cuatro apuntado su trasero hacia él. La vista era perfecta, Facundo acomodó la punta de su pene en el ano de su cerdo, tomo la cuerda sobrante del arnés y lenta pero firme jaló de ella mientras lo penetraba. Un placer inundó el cuerpo de ambos, Pedro por su lado disfrutando de su primera vez, y Facundo haciendo realidad la fantasía que desde el día uno había imaginado con su cerdito.

Los cuerpo de ambos sudaban, los pliegues de Pedro y su panza hacían un sonido que excitaba mucho a Facundo, quien a cada minuto intensificaba las embestidas contra su sumiso. Pedro volaba en placer, sentía todo su cuerpo moverse en armonía del lujurioso ritmo de su amo. Sus pechos sobresalían por las cuerdas y sentía la mano firme de Facundo tirando las riendas en su espalda. El gran momento se acerca, Pedro podía sentirlo, el pene de su amo se sentía más caliente y grueso y de pronto un embestida final llegó dentro de su cuerpo. Pedro al mismo tiempo  eyaculó sin siquiera tocarse, el momento había sido mágico.

Facundo estuvo dentro de él por unos minutos, acostado sobre su espalda. 

- Voltéate! - ordenó Facundo a lo que Pedro obedeció y una galleta con chispas de chocolate gigante lo sorprendió.

- Buen chico - dijo Facundo dándole la galleta y acariciando su cabeza.

Luego de una ducha se percataron que sólo les quedaban unos minutos. Pedro no podía moverse, estaba demasiado lleno. Facundo ordenaba todo mientras le ordenaba a Pedro que se subiera al automóvil.

- Te llevaré a casa - le dijo a Pedro. Conversaron en el camino y al llegar a su destino Facundo dijo: Cerdito, lo pasé excelente, ahora espera mi llamada y sólo obedece, bueno? 

Pedro ladró guau y ambos rieron.