Propuesta

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Pasaron unos días y Pedro no supo nada de Facundo. Estaba bastante deprimido, se sentía utilizado por él para saciar sus fetiches. Pero al mismo tiempo no podía odiarlo, Facundo le había dado una de las tardes más maravillosas de su vida y no paraba de revivir en su memoria cada minuto de ese día.

Pedro decidió enfocarse en terminar los últimos detalles para su titulación, había defendido su título y dentro de pocos días sería la titulación. Llegó el gran día, su tía lo acompañaba en la ceremonia, vivía con ella en la ciudad, ya que él era originario del campo y se había mudado con su tía para completar sus estudios de informática. Tras recibir su título y distinción al mejor estudiante de la carrera disfrutaron junto a su tía del cóctel que la universidad había preparado. Cada cierto tiempo Pedro revisaba su celular esperando algún mensaje de Facundo, este sabía que hoy se titulaba y esperaba alguna felicitación de su parte, pero nada llegaba. Al ver los mensajes en 0 tomaba más y más comida y posaba para las fotografías junto a sus compañeros.

Junto a su tía decidieron que ya era hora de regresar a casa, Pedro pidió un uber y al llegar a la puerta de la Universidad quedó en shock. Ahí estaba Facundo esperándolo con un ramo de flores de chocolate. Pedro quedó inmóvil, sentía alegría, rabia y unas ganas locas de abrazarlo. Fue hacia él y lo hizo.

- Felicidades cerdito, al fin eres un profesional . le dijo Facundo acariciando la panza de Pedro. 

- Pensé que me habías olvidado, no respondías mis mensajes ni llamadas - dijo Pedro.

- Lo lamento, necesitaba organizar algunas cosas - le respondió Facundo. Ahora para festejar te quiero invitar a cenar, crees que a tu tía le moleste regresar sola a casa? - Le preguntó el feeder a su cerdito. Pedro miró a su tía y la dejó en el uber. 

- Tía yo la llamo cuando vaya camino a casa - le dijo Pedro a su tía y vio el automóvil alejarse.

Ambos se subieron al automóvil y emprendieron rumbo a un sushi para festejar la titulación de Pedro. Al llegar Facundo tenía una mesa reservada en el segundo piso, como en un sector privado del restaurante, y sobre la mesa una botella de espumante. A los minutos que se sentaron el garzón comenzó a llenar la mesa con diferentes tipos de sushi y gyosas, había al menos 100 piezas y a Pedro se le hizo agua la boca, tantas emociones le habían abierto el apetito.

- Antes de comenzar te vamos a poner cómodo - dijo Facundo sacándole la chaqueta y corbata a Pedro.

- Ahora si cerdito estás listo para comer, pero antes un brindis, por el gran futuro que te espera - Brindó Facundo tocando la panza de Pedro. 

Bebieron la copa y Pedro tomó los palillos, pero Facundo lo detuvo. 

- Un momento grandote, tú eres el festejado y aquí yo soy el feeder, tú ponte cómodo y déjame el resto a mi - dijo mientras Pedro se acomodó en el sillón del privado y Facundo una por una comenzó a poner en la boca de Pedro el sushi, eran piezas muy grandes, cabían justo en la boca del cerdito, quien las devoraba apenas Facundo la soltaba en su boca.

Tempura, panko, California, gyosas, Facundo iba alternando el tipo de sushi que le daba a su cerdito. Como era de esperar, Pedro cumplía fiel su labor de comer y al cabo de media hora la mesa ya estaba vacía. Buuuuurp eructó ruidosamente Pedro mientras su amo frotaba su panza. 

- Tú si sabes lo que me gusta Facundo - le dijo Pedro mirándolo a los ojos.

- Como no premiar tu perseverancia con lo que más te gusta, la comida, mi cerdito en potencia -  Contestó Facundo metiendo la mano bajo la camisa de Pedro. Este último se sonrojó, alguien los podría ver y ya que se haya terminado 100 piezas él solo era todo un espectáculo.

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