Pasaron dos días, era sábado por la mañana y Facundo esperaba fuera la casa de Pedro, mientras este se despedía de su tía y empacaba las últimas cosas. Facundo le había dicho que no llevara nada porque no lo necesitaría pero Pedro insistió en llevarse algo al menos para que su tía no sospechara.
Pedro caminó hacia el automóvil y vio a Facundo al teléfono, no supo con quien hablaba pero apenas lo vio Facundo este cortó la llamada. Camino a la casa el feeder le dio la noticia a su gainer de que sería el nuevo programador de su agencia, tendría a cargo el sitio web, el desarrollo de la estrategia digital y de una app. Facundo era joven pero ya tenía una exitosa agencia de marketing que expandiría a una academia digital con la ayuda de Pedro. Este último se alegro y le agradeció.
- Cuándo comienzo? Cuál es el horario? Y dónde está la oficina? - preguntó entusiasmado el cerdito.
- En casa - respondió Facundo. Desde el lunes trabajarás de 11 a 18 horas en nuestro departamento, no tendrás que moverte de casa, ya preparé una habitación como tu oficina. Pedro lo miró sorprendido, admiraba lo planificado que era Facundo y amaba sus nuevas condiciones laborales.
Entraron al departamento y sobre la mesa del comedor habían hamburguesas, papas fritas y gaseosa. El estómago de Pedro rugió y agradeció no haber desayunado antes de salir de casa de su tía.
- Hay que celebrar tu nuevo puesto y tu nueva vida - brindó Facundo con una hamburguesa en la mano.
Tomó a Pedro de un pezón y puso la hamburguesa en su boca, su cerdito comenzó a hacer lo que más le gustaba, comer y beber todo lo que su feeder le daba. Se quitó la ropa y se acomodó en el sillón del living mientras Facundo se acercaba hacia él con una bandeja llena de hamburguesas y una gaseosa de 3 litros. El feeder puso las cosas sobre la mesa y dijo:
- Un momento, te falta algo - Y caminó hacia la habitación y regresó con una soga, tomó a Pedro y le hizo el arnés de siempre para resaltar sus pechos, y amarró sus manos a la espalda.
Facundo comenzó a alimentar a Pedro, mascada tras mascada el rostro de su cerdito se manchaba de grasa de las hamburguesas y gotas de aderezos caían sobre la gran panza de él, manchas que Facundo lamía mientras Pedro masticaba, para después continuar lamiendo y mordiendo sus pezones. Al feeder le gustaba sentarse en los gordos muslos de Pedro para alimentarlo, un sólo muslo del cerdito era del porte de ambas piernas de Facundo. Tras cada hamburguesa Facundo le daba gaseosa a Pedro para que no se atorase, ya tenían el ritmo y la cantidad de hamburguesas comenzaba a bajar, ya había comido unas 20, pero quedaban las papas fritas.
Facundo llevó las dos bandejas de papas fritas a la mesa frente Pedro y liberó sus manos.
- Come cerdito! - Ordenó Facundo, y Pedro sin pensarlo dos veces comenzó a devorar las frituras, lamiendo sus dedos de vez en cuando y bebiendo la mitad de la botella de gaseosa sin problemas.
A Facundo le excitaba mucho ver comer a Pedro, y mientras lo hacía sentado frente a él comenzó a masturbarse. Su cerdito se percató y comía con más rapidez y muy cerdamente, mirando fijamente a su feeder. Con una mano comía mientras que con la otra jugaba con sus pezones, pechos y panza. Facundo estaba en la gloria, ver a ese enorme gordo devorando comida frente a él era el cielo.
Pedro se acabó las papas fritas y eructó fuertemente tras beber la última botella de gaseosa. Estaba satisfecho y no podía moverse mucho. Facundo lo miró, lo besó y le ordenó acostarse en el piso. El living era alfombrado y por todas partes habían cojines, un estilo muy gitano y muy cómodo para la ocasión, claramente Facundo tenía todo planeado. El gran cerdito se acostó y comenzó a sobar su enorme panza rellena, los eructos seguían saliendo. Facundo se sentó en el sillón frente a él y puso sus pies sobre él. Con el izquierdo comenzó a frotar el pene de su cerdo, mientras que introducía en la boca de Pedro el derecho. Su cerdito lamía y saboreaba los pies de su amo, para él eran una comida más. Mientras hacía esto, Facundo gemía de placer mientras se masturbaba.
- Tocate cerdito! - ordenó el feeder, y Pedro obedeció sin chistar, ya estaba lo bastante caliente entre la sesión de relleno, el pie de su amo frotando su pene y las lamidas que le daba al otro pie.
Facundo veía a su cerdito masturbarse, era muy caliente de ver ya que debía colocarse de lado o levantar se panza para poder llegar a su pene, tanto esfuerzo le parecía muy excitante.
Al cabo de unos minutos ambos seguían masturbandose, Facundo se sentó sobre su cerdo y acabó en su pecho. Al sentir el calor sobre él, Pedro acabó también y ambos gimieron de placer. Se recostaron abrazados.
- Esta será nuestro itinerario de hoy en adelante, de lunes a viernes puedes comer por tu cuenta lo que quieras, te daré acceso a una cuenta semanal para gastar además de la comida que hay en el departamento. Los viernes por la noche y sábados serán de sesión de stuffing (comida hasta reventar) y los domingos tu elijes que quieres - declaró Facundo.
En los ojos de Pedro se encendió una luz, podría cumplir de sueño de ser enorme en un mediano plazo, ya no sería más un sueño.
- Si amor - dejó escapar y se sonrojó.
- No te preocupes, suena mejor amor que amo, tú para mi serás mi cerdito, es tierno y refleja perfectamente tu personalidad - Facundo lo miró sonriendo.
Facundo ayudó a Pedro a levantarse y ambos se fueron a dormir, tanta comida y pajas los habían agotado.
Llegó el lunes, Facundo ya se había ido a la oficina y Pedro miraba los cajones de la cocina para conocer mejor el departamento. Todos los cajones estaban llenos de golosinas, galletas, frituras, cereales y demás, era perfecto. Desayunó dos cajas de pizza que habían quedado de la noche anterior, parecía que añeja la pizza era más sabrosa y grasosa.
Tomó algunas bolsas de frituras, galletas y una gaseosa y se dirigió a su "oficina". Era una habitación con un escritorio amplio, un computador con tres pantallas, un frigobar con gaseosas y un gran estante repleto de frituras y golosinas, y un sillón en vez silla. Mucho más cómodo para acomodar su gran trasero las horas que trabajase. Pasaron dos horas y el estómago de Pedro comenzó a sonar, hizo una pausa y comió las frituras que tenía a mano, mientras iba al mueble de la habitación por más, asi transcurrió el día hasta el almuerzo. Seis hamburguesas gigantes, 6 porciones grandes de papas fritas y 24 nuggets fueron la orden para almorzar. Pedro se impacientaba, había pasado media hora y el repartidor no llegaba con su comida, devoró dos paquetes de galletas en la espera. Sonó el timbre y corrió a la puerta, jadeando abrió la puerta y vio a un delgado repartidor quien miró sorprendido al ver al chico que había ordenado tanta comida.
- Tienes compañía parece - exclamó el repartidor entregando el pedido.
- Te equivocas, es sólo para mi - declaró Pedro orgulloso de su glotón logró. Y no es ni la mitad de lo que puedo comer - concluyó mientras cerraba la puerta y se sentaba a comer las hamburguesas, estaban exquisitas, pero extrañaba la ayuda de Facundo.
Tomó su celular y le envió un video comiendo a su feeder, Facundo respondió con un audio diciendo lo mucho que le gustaría estar alimentandolo.
Mientras comía la última hamburguesa, un chorro de aderezo ensució la polera de Pedro. Este comenzó a lamer la mancha y se percató de algo, estaba solo en casa, era verano y nadie lo vigilaba, se quitó la ropa y sólo se dejó los boxers. Era perfecto, trabajar en casa, sin que nadie lo moleste, comida de sobra y delivery a la puerta. Mientras comía los nuggets y papas vio que era la vida que soñaba desde hace años, comenzó a soñar en el poco tiempo que le tomaría a este paso en llegar a la inmobilidad, y una erección se asomó bajo su panza, aprovecho la oportunidad y se masturbó mientras seguía comiendo y pensaba en la idea, a los minutos había acabado sobre las papas que sin dudarlo terminó de devorar.
Un fuerte eructo y volvió a trabajar. A las horas después y tras muchas frituras y golosinas Pedro recibió un mensaje de Facundo, él llevaría la cena. Pedro le intrigaba que sería, tanto pensar le abrió el apetito y arrasó con todos los cajones de la cocina y los de su oficina. Estaba muy satisfecho y sobaba su panza acostado en el living. De pronto Facundo entra por la puerta con grandes bolsas en sus manos, las deja sobre el comedor y ve el paso del huracán Pedro por la cocina. Su cerdito dificultosamente se sienta y le dice: Tendremos que reponer diariamente la despensa.
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Deseo
FantasiEsta historia la protagoniza un gainer y un feeder, comienza con la experiencia real de algunos meses atrás, y se mezcla con lo que nos gustaría llegar a hacer. Espero les guste :B