Percy Jackson y las diferentes Tierras.

Tierra 6.

Cuando Obito abrió los ojos, le tomó un tiempo acostumbrarse a la oscuridad del lugar.
Miró sus alrededores, parecía estar en una cueva.

Hizo memoria y recordó la misión que tenía en el Puente Kannabi y lo que pasó cuando fue a rescatar a Rin junto con Kakashi.

¿Estaba muerto? Y si era así, ¿ahora qué? ¿Tenía que esperar a ver la luz y caminar hacia ella o algo así?

Entonces escuchó pasos acercarse hacia él y frunció el ceño.

—Ah, veo que ya despertaste —dijo una voz de chica—, a decir verdad, ya era hora. 

Obito vió como la silueta de la chica caminaba hacia un punto de la cueva y se inclinaba. Segundos después una tenue luz iluminó el lugar, debía ser una lámpara de aceite o algo parecido.

Entonces la chica se acercó hacia él y pudo tener una mejor vista de ella.

Obito se quedó mudo ante la chica. 
Debía tener su edad, unos 13 años pero era la chica más hermosa que hubiera visto.
Después se regañaría por pensar eso, pues para él no tenía que haber chica más hermosa que Rin.

Sus ojos verdes centellaban incluso con la poca luz reinante, lo miraban de manera analítica.
Tenía la piel bronceada y estaba completamente vestida de negro, su cabello negro azabache lo tenía en una trenza que llegaba hasta su cintura.
También tenía dos cicatrices en su rostro pero aquello no era un inconveniente en su belleza, incluso podrías decir que la hacían lucir más hermosa y no podías apartar la mirada fácilmente.
Una de ellas, la más grande iba de la parte inferior de su ojo derecho hasta su barbilla y la otra apenas medía un par de centímetros y estaba en su ceja izquierda.

La chica alzó sus manos sobre su cuerpo y fue hasta entonces que se dio cuenta de los vendajes cubriendo la mitad de su cuerpo.

—¿Tú me salvaste? —le preguntó, su voz sonaba rasposa.

La chica dejó quietos sus vendajes, buscó algo detrás de la cama donde estaba acostado por lo que no podía ver.

—Sí, y llegué en el momento preciso —dijo ella, mientras regresaba a su lado con un vaso de agua y le ayudaba a tomarlo—. Si llegaba unos minutos después, es probable que hubieras perdido la mitad de tu cuerpo.

Obito se acabó el vaso de agua rápidamente, sintiendo alivio en su garganta.

—¿Entonces tú hiciste todo esto? —le preguntó, mirando los vendajes.

Ella asintió, orgullosa de su trabajo.

—Diría que estás presente a la segunda mejor ninja médico del mundo shinobi —dijo ella, con una sonrisa en su rostro—. Aunque igual vas a tardar un tiempo en volver a moverte como antes, ya que estás despierto podríamos comenzar con la rehabilitación una vez que estés listo.

Obito se quedó mudo, él en realidad tenía ganas de ir corriendo a Konoha y reencontrarse con sus amigos y sensei.

—¿Cómo te llamas? —preguntó él, por fin.

—Llámame Percy —respondió ella—, ¿y tú?

—Obito Uchiha.

Percy alzó las cejas, ¿había rescatado a un Uchiha?

—Bueno, Obito —dijo Percy mientras terminaba la revisión de sus vendajes—, pude ver que eres un ninja de Konoha, así que suponiendo que querrías regresar rápido a tu aldea en cuanto te recuperarás te traje al refugio más cercano que tengo a Konoha. Entonces no te preocupes, te dejaré ir en cuanto esté segura de que estás recuperado.