5 / 14

0 0 0
                                    

Parecíamos las únicas en esa enorme área que realmente sabía lo que estaba pasando afuera, de alguna manera lo sabía porque realmente estábamos lejos de saberlo.

Harry había conocido el camino hasta mi cabaña y decidí salir con él, era algo misterioso pero a la vez tan extrovertido que me confundía y la que se sentía totalmente un bicho raro era yo.
—Harry, sabes algo de lo que sucede allá afuera? -Pregunté sin más, haciéndolo a él detenerse en seco y mirándome directamente a los ojos. —Te refieres a la invasión? -Dijo sentándose en una banca que había en el camino. —Sí. -Me coloqué a su lado. —Ehm... no lo creo, no hay nada de señal aquí. -Balbuceó un poco antes de hablar correctamente. —Alguna otra pregunta señorita? -Dijo sonriendo descubriendo para mí sus hoyuelos. —En realidad sí. -Pensé. —Necesito de tú ayuda... -Fuimos interrumpidos nuevamente por la sirena de las bocinas generales, Harry tomó mi mano y corrimos.

Al llegar estaban absolutamente todos, para mi asombro pude ver a lo lejos a Liant y le hice señas con la mano para que se acercara a mi, analizó a Harry rápidamente y me guiñó un ojo mientras yo negaba con la cabeza y reía.
—Has visto a Ángel? -Dije mientras al mismo tiempo intentaba encontrarlo con la mirada. Liant tomó mi mano. —Anna, no lo sabes? -Me dijo preocupada. —Saber qué? -Dije con confusión. La conversación fui interrumpida por una voz al micrófono.
—Gracias a todos por estar aquí, queremos anunciarles que el equipo que salió en búsqueda de respuesta no ha regresado. -Decía el hombre con ambas manos puestas en el micrófono. —No hemos podido contactarnos con ellos ya que la señal parecería que ha sido eliminada de toda el área. -Había muchísima gente llorando y no entendía por qué. —Ann, el grupo que ha salido fue de gente voluntaria, solo seis personas, cinco son huéspedes guiados por un organizador. -Decía Liant tomando mis dos manos, sabía a donde se dirigía. —Ángel ha sido uno de ellos.

No entendía porque me asombraba y a la vez sentía un pequeño frío recorrer mi cuerpo, me lamentaba muchísimo por él pero lo que más terror me daba es que pronto podrían volver a mandar un grupo y ser alguno de nosotros, no ellos. Voltee a buscar a Harry pero se había esfumado, parecía un fantasma, siempre lo hacía. Decidí ir con Liant a casa para verificar que mi madre y Max estuviesen bien y cuando llegue allí estaban sacándola de la casa con esposas.
—Mamá? Mamá! Que sucede? -Corrí hacia ella refugiándola en mis brazos. —Ann, debes salir de aquí, son ellos. -Susurró en mi oído antes de que la arrebataran con fuerza de mi. —Cuida Max! Yo estaré bien. -Me sonrío y se la llevaron en una especie de carrito de golf.
Corrí hacia dentro y Max estaba encerrado en un baño, al oírme salió y me abrazo fuerte.
—Max, que ha sucedido? -Max solo lloraba desconsolado y se apretaba fuerte a mi, Liant cerró la puerta con llave. —Mamá ha podido arreglar el viejo radio y comunicarse, le han dicho que todo estaba bien afuera, no hay nada! -Max lloraba, mientras yo realmente no entendía nada.
Liant escuchó y preguntó a qué se refería así que le pedí un momento para explicaciones. Subí a Max y nos quedamos ambos dormidos un largo rato.
Al despertar ya era de noche, escuché ruidos abajo y fui rápidamente, era Liant comiendo algo.
—Lo siento, tenia hambre de esperar. -Dijo con comida en su boca y solo me causo algo de gracia. Me senté a explicarle y escucho atentamente. —No entiendo, quieres decir que nos tienes aquí encerrados a propósito? -Dijo con las manos en su boca. —Shhh, pueden estar escuchándonos. -Hice con mi mano un gesto para que bajara la voz. —Mi padre tuvo una pelea con mi mamá antes de irse, el salió y fue el cuerpo que encontraron. -Dije hablando en un muy bajito susurro. Liant estaba perpleja. —Era muy extraño, la forma de su cuerpo y como todo había sucedido. -Decía mirando el suelo. —Que le habrán hecho a esa pobre gente que salió en busca de supuestas respuestas. –Agarre mi cabello ya en signo de frustración. —Corremos peligros. -Liant solo escuchaba, estaba tan o más sorprendida que yo. —Ann, no podemos hacer nada, podríamos matarnos como seguro lo hicieron con tu padre. -Dijo aterrada y tuve que volver a decirle que guardara silencio.
Ella tenía razón pero a la vez no sabíamos el destino que nos esperaba en este lugar, si todo estaba bien afuera por qué tenernos aquí? Porque no seguir con las actividades normales que prometía el lugar? Tal vez algo se les salió de su pieza de engranaje, algo pequeño pero que arruinó todo. Por qué sería la pelea de Humbert con mi madre? Que estarían discutiendo de tal magnitud que el se fue así de repente? Mi madre ya no estaba y ella era la que tenía la respuesta a casi todas mis preguntas pero aún así necesitaba más, que haría? El sitio prometía aquí dos semanas de felices vacaciones pero y cuándo se acabarán las dos semanas, que sucedería? Había tantas preguntas que ni siquiera sabía a quien acudir o en quién confiar... tendría que confiar en mi propio instinto y lo que sé que debería hacer. Tal vez en esa cabaña gigante haya respuestas, quizás no es por dentro lo que deja ver por fuera. Muchos años admirando caminos, paisajes y no podía ver lo que tenía frente a mis narices...

Trip... {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora