Alexander:
Salí de mi despacho cuando oí entrar al doctor, mi hermana lo acompaño al la habitación, mientras yo camino lentamente no queriendo entrar y ver cómo está pues temo por la salud de Dalia. Aún recuerdo aquel días cuando recién despertó.Recuerdo:
Cuando entre a la habitación, viendo a mi hermana llorar desconsolada mientras miraba a Dalia.
me acerqué y lo que vi me rompió el corazón,....pues Dalia tenía la mirada perdida, aún recostada en la cama, ella se estaba haciendo daño con sus propias uñas enterrándolas en sus heridas y haciéndolas sangrar, mi hermana fue la primera en reaccionar tomando sus manos para que se detuviera y así dejara de caerse daño, así misma, fue entonces cuando por fin pude moverme y acercarme a ellas, tomé a Dalia y la llevé al baño metiéndola en la regadera aún en mis brazos, para que el agua la hiciera entrar en razón.
Al cabo de un rato salí del baño, mi hermana aún seguía ahí esperando, cuando me vio salir, rápido arreglo la cama para que yo pudiera recostar a una Dalia dormida, con su ayuda la cambiamos y le vendamos nuevamente las heridas ensangrentadas, ese día con temor a que algo así vuelva a repetirse nos quedamos toda la noche a su lado, mi hermana durmió en la cama justo a su lado, y yo me quede velando su sueño en el pequeño sillón.
Eso fue lo peor que pude haber pasado, ver a mi mate hacerse daño a sí misma, eso era solo era la muestra de que sufrió demasiado por algo que yo permití.
Fin del recuerdo.Después de eso mi hermana y yo nos turnábamos para cuidarla, justo ahora estoy esperando por que el doctor termine de revisar a Dalia, mi hermana está a mi lado, ha sido de gran apoyo y la cuida demasiado.
– ¿cómo está?- le pregunto al doctor, cuando veo que empieza a guardar sus instrumentos, y este voltea a mirarnos a mi hermana y a mi, agarra su maletín y se acerca a nosotros.
– Va mejorando, ya está mucho mejor, le vendría bien que salga a caminar para que se distraiga, hacer un poco de ejercicio le vendría bien, por ahora me retiro cualquier cosa estaré a su disposición con permiso majestad.- dijo el doctor esperando alguna respuesta hasta que mi hermana contestó.
– Gracias por todo, puede retirarse.- dijo a lo que él doctor camino hacia la salida del castillo, mi hermana me miró triste.- estoy muy preocupada, ya ha pasado un mes no puede seguir así.
– Lo sé pero ya no se que hacer, por más que intento acercarme y hablarle, ella solo no responde no habla con nadie, ni siquiera se ha puesto de pie, creo que la perdí.-y sin más comencé a llorar, como nunca había llorado antes, mi hermana me miró algo impresionada para después abrazarme y decir.
– No te preocupes hermano, solo hay que darle tiempo, ella va recuperarse, aún está herida, ya verás que con el tiempo volverá a ser la misma chica tímida y sonriente que era,......Alexander, lamento mucho haberte culpado, no fue mi intención golpearte aquella vez. Lo siento. Ella estará bien es muy fuerte.- dijo sonriendo tristemente, y con lágrimas.
– Gracias por todo Carol,...y también lamento haberme alejado de ti después de la muerte de nuestros padres. Lamento no haber sido un buen hermano.- tras separarme del abrazo de mi hermana, decidí ir a mi despacho.
Cuando salí de la habitación, y estaba por girar por el pasillo, mi hermana tomó mi mano deteniéndome.
– Sabes, creo que estaría muy bien que le llevaras flores a mi cuñada, y por si no lo sabías, a ella le encantan las dalias.- y sonriendo se iba alejando de mi.
– Lo haré. ¡Gracias!.- le dije a mi hermana, y así corrí hacia el jardín por aquellas dalias que las trabajadoras cuidaban mucho, pues aunque suene raro, a mi me encantan esas flores, al igual que mi Dalia.
Afuera en el jardín no sabía cuál de las flores tomar pues todas eran demasiado, hermosas, por último me decidí por las recién floreadas, esas que al florear se ven aún más que radiantes y con el olor más dulce de lo normal, "estás son las más hermosas", pensé mientras sostenía las flores que acababa de cortar.
Cuando entre al cuarto, vi a Dalia sentada aún en la cama, mirando fijamente hacia la ventana, estaba tensa, por su postura creo que está teniendo una conversación con ella misma, con cautela me hacer que y me senté a su lado.
– Hola.- dije, con un poco de miedo a que me echara de aquí, cuando miró hacia abajo, aproveché para ponerle las flores en su regazo, las vio, y volteo a mirarme sonriendo un poco.
Fue ahí cuando me di cuenta de que si sonríe de ese modo por toda la vida, entonces todo valía la jodida pena si estoy con ella para hacerla la mujer más feliz.
– Gr-Gracias, po-por, salv-arme.- dijo con esfuerzo y con una mueca de dolor, Le sonreí, mientras me ponía de rodillas frente a ella.
– Se que no es el momento, ni mucho menos el lugar indicado pero quiero que sepas que he esperado decirte esto, desde que te recupere.- dije y ella me vio con esos ojos hermosos- por favor perdóname por todo mi luna, no sabes lo mucho que me arrepiento por haberme dejado embrujar y se que eso no es excusa pero,....soy un imbécil, solo te pido que por favor me perdones, haré lo que sea solo,...solo no me pidas que me aleje, se que te parecerá tonto pero solo quiero que entiendas que eres lo más hermoso en la faz de la tierra, eres todo aquello que necesito para vivir....... te amo Dalia.-
termine de decir viéndola a los ojos, mientras veía las lagrimas defender de sus ojos, y me sentí tonto por hacerla de llorar otra vez.– No llores cariño, se que será difícil perdonarme, pero solo dame una sola oportunidad y prometo que no te vas a arrepentir.- estaba ansioso por verla llorar, pero soy egoísta porque estaba esperando con ansias su respuesta.
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ALPHA
FantasyAlexandro, es el rey ALPHA más temido en todo el mundo, es mejor conocido por ser despiadado y cruel. Le encanta torturar a las personas, es un mujeriego de primera, y no escucha de razones, odia que le mientan y es capaz hasta de matarte sin pensa...