Capitulo 25

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- ¿______, por qué infiernos estás aquí? - Finalmente gruñó - Obviamente no tienes ninguna prisa por hacer algo sucio aquí conmigo, ¿Así que por qué no me dices lo que quieres?-
Ella se mordió los labios y él quiso gemir.
- Quiero saber por qué que estás tan enojado - Dijo finalmente - Por qué te fuiste de mi cuarto y por qué actúas más imbécil de lo normal. Quiero que me hables, Zayn.-
Él bufó.
- He estado hablándote por más de un año, _____, y tú no te has molestado en escuchar. ¿Por qué ahora?-
Ella apartó la mirada antes de colocar tras su oreja un mechón suelto de su pelo.
- Tú no te has alejado de mí antes, Zayn - Sonó confundida, como si el mismo acto de él hubiese echado abajo su pequeño mundo.
Zayn resopló una media sonrisa mientras sus labios se curvaban burlonamente. Él había andado detrás de ella como un perro enfermo de amor detrás de una perra en celo, y la razón que ella estaba tomando era que se había dado cuenta de que él repentinamente se había alejado. Eso lo disgustaba mucho.
- Te dije que estaba aquí si me necesitabas - Él finalmente se encogió de hombros mientras se movía hacia la cama, extendiéndose sugestivamente sobre ella, su mano agarrando la base de su polla mientras la miraba - ¿Esto es todo lo que necesitas de mí, no es eso, nena? Ven y obtenlo. Es todo tuyo, cuando quieras - Él odió la furia palpitante en su pecho, la necesidad de sacudirla, de hacerle ver de una vez por todas todo lo que ella arrojaba lejos.
Ella miró hacia él con indecisión.
- He tratado de contártelo – Murmuró - De hacerte entender, Zayn. No quise lastimarte, fue por eso que te advertí que lo que necesitas de mí no estaba allí - Apretó sus dientes ante el impotente dolor en su voz - Te deseo. Te necesito. Te acepto como mi compañero. ¿Qué más puedo darte que tú no tengas ya?-
Su amor… Él suspiró apenas.
- Yo no estoy pidiéndote nada más, ______ - Dijo finalmente resignado - Nada más.-
Ella se movió lentamente apartándose de la puerta.
- Tú quieres algo que no te estoy dando - Ella murmuró - Quiero dártelo, Zayn. Te juro que quiero. Te quiero feliz, quiero que tú conozcas algo de paz tan desesperadamente como yo la necesito para mí misma. Dime lo que quieres. No me hagas continuar adivinando.-
Ella estaba apretando sus manos, sus dedos retorciéndose juntos mientras clavaba los ojos en él, esos ojos oscurecidos, llenos de dolor. Que Dios le ayudara, ella había sufrido tanto en su vida… ¿Era justo que sufriera incluso un segundo más de lo que ya había sufrido? ¿Que ella tuviera que ser herida por su fracaso para protegerla?
- _______… - Él murmuró su nombre con desoladora tristeza - Ven aquí, cariño. Tú no tienes que adivinar. No hay nada que decir. Pienso que Taber es contagioso. Todos esos locos cambios de humor suyos - Él casi se atragantó con las palabras.
Ella negó con la cabeza desesperadamente.
- No me mientas ahora - Estaba sentada al borde de la cama, clavando los ojos en él, su mirada fija implorando - No me apacigües.-
Él llegó a tocar su mejilla y sintió su corazón hacerse pedazos cuando ella retrocedió. En lugar de eso, inmediatamente él la movió a su hombro, cubriendo su propia necesidad, su propia acción traicionada. Ella todavía lo miró fijamente como si nunca hubiera retrocedido. Él intentó sonreír.
- Te necesito - Finalmente murmuró. 
No había necesidad de hacer más grande su dolor en este momento. Ella le daba lo qué tenía, y eso era más que lo que él esperaba, ¿No es así? Debido a él ella perdió su niño, había sido drogada y cruelmente violada y forzada a sobrevivir en el miedo por casi una década. Porque él le había fallado.
Ella no quería su ternura, él lo supo. Los toques tiernos que él le habría dado, las palabras suaves. Quería ser follada. Quería el calor aliviador, quería ser tomada hasta que su orgasmo se abriese a presión a través de su cuerpo, aliviando su dolor. Él podría darle esto, y si eso fallaba en calmar sus propios apetitos, entonces esa era su falta, no la de ella.
Él la atrajo hacia él, sus labios cubriendo los de ella mientras un grito sofocado escapaba de sus labios. Su pelo cubriéndolos a ambos mientras él se maravillaba con el tacto de ella. Era suave, delicada, su carne caliente y tan tentadora como el mismo pecado.
Zayn aplanó sus manos, deslizándolas bajo la seda del caftán hacia sus caderas. Allí, él lo subió, levantándolo a lo largo de sus piernas mientras ellas se enredaban con las de él, desesperadas por tocar su carne desnuda contra él.
Sus labios lucharon por la supremacía de su beso, pues por una vez a él no le importó esa jodida hormona. Se suponía que la ligaba a él, a hacerle a ella ver el amor que ella les había estado negando a ambos, y había fallado. Su lengua se zambulló en cambio más allá de sus labios, enredándola con la suya, gruñendo como advertencia cuando ella trató de tomar el control del beso. Sus manos se movieron al escote del caftán, agarrando el material y desgarrándolo con una salvaje rasgadura mientras él la depositaba de espaldas sobre la cama.
Él se esforzó por controlarse. Quería que durara. La quería tan malditamente ardiente, tan fuera de su mente por el placer que le permitiese amarla. Le permitiese tocarla, acariciarla como él deseaba.
Ella se quedó con la mirada fija en él, sus mejillas ruborizadas, sus verdes ojos brillando intensamente ahora con excitación en vez de dolor mientras él se colocaba sobre ella, tirando de la arrugada bata de su cuerpo mientras contemplaba la piel que había destapado.
Un sonrojo ligero cubrió los suaves montículos de sus hinchados pechos. Él recorrió con la parte de atrás de los dedos de una de sus manos la curva más próxima y casi tembló ante el calor que irradiaba fuera de ella mientras sus pezones se endurecían aún más. Las puntas rosas, suaves y oscuras estaban alargadas, tiesas con su excitación y un regalo tentador que se clavaba en su ya voraz apetito. Su polla latió con la demanda de que la tomara ahora, pero su corazón gritó para que él la tocara primero. Sólo deseaba que lo físico fuera lo que le conducía. Anhelaba tocar más que sus suaves pechos o sus labios sedosos; necesitaba tocar su alma.
- Eres tan bella - Murmuró mientras bajaba su cabeza, colocando su mejilla sobre la curva de su pecho hasta que sus labios encontraron el sensitivo pezón. Su boqueada de placer lo sacudió.
- Estás intentando provocarme - Ella se arqueó contra él, su respiración áspera y profunda cuando él pasó su mano a lo largo de su tembloroso estómago hacia sus muslos separados.
- ¿Sólo intentando? - Murmuró mientras sus labios se posaban encima del delicado satén de su pecho - Pensé que podrías reconocer un claro propósito cuando lo veías, cariño.-
Su risa suave fue más una boqueada cuando su lengua lamió su pezón. Su mano se deslizó en su muslo interior, acercándose pero nunca tocando el montículo de la superficie resbalosa entre sus muslos.
- Quiero saborear cada pulgada tuya - Sus labios besaron su pecho, arriba de su clavícula - Eres tan dulce, tan delicada y tan condenadamente ardiente que casi me quemas vivo.-
- ¿Qué piensas que me haces a mí? - Su voz fue ruda, ronca del placer que él sabía estaba desplazándose a través de ella.
- Pongámonos más calientes - Gruñó él un instante antes de que sus labios cubriesen los de ella otra vez.
Gemidos y pequeños gritos calientes escaparon de su garganta cuando Zayn emprendió la batalla de su vida. Sus labios acariciaron su mandíbula, su mejilla, acariciando la piel fina cuando sus dedos pasaron entre sus muslos.
Ella estaba mojada y ardiente para él, los pliegues sensibles de su carne entreabriéndose fácilmente cuando sus dedos se deslizaron sobre ellos. Sus caderas se elevaron, presionando con sus dedos su hinchado clítoris un segundo antes de que los deslizara más abajo, probando la entrada endulzada con miel de su vagina antes de retroceder y rodear su clítoris otra vez. Las manos de _____ agarraron sus hombros; su cuello se arqueó, el sudor chorreó por su cuerpo cuando se rozó contra él. Él cerró sus ojos con placer al sentir sus pechos sobre el suyo cuando se rozó contra él, sus manos moviéndose sobre sus hombros, su cuerpo ondulando bajo él.
Él luchó para mantener sus movimientos lentos y fáciles, para apaciguarla incluso cuando la despertaba, para hacerla tomar conciencia de que cada célula de su cuerpo intentaba alcanzarlo a él. Ella era tan obstinada, tan malditamente resuelta a no ser capaz de amar que se escondía incluso la más pequeña de sus necesidades a sí misma. Cuando la tocó, comprendió que bajo su cuerpo era el único lugar en el que _____ no podía contener su respuesta total a él. Ella cobró vida bajo su toque, el calor de acoplamiento demasiado fuerte, demasiado intenso para permitir su control.
Sus labios rastrearon cada pulgada suave de su cara, su cuello, sus pechos, mirando como su piel se sonrojaba, se respiración se hacía desigual antes de moverse más abajo.
Zayn extendió lentamente los muslos de ella, mirando maravillado el pálido rosa y crema de su carne allí. Las Especies no tenían vello en sus órganos genitales, y él nunca había visto nada más excitante que los labios sedosos de su vagina abriéndose para él, el rubor más oscuro de carne su interna, una fruta de pasión a la que él había sido adicto desde el primer sabor.
Se desperezó entre sus muslos esparcidos, quedándose con la mirada fija en ella mientras le lanzaba una sonrisa malvada.
- Mi bocadillo de medianoche, gatita caliente y húmeda.-
Ella se sonrojó más profundamente. Zayn se habría reído de puro deleite si no estuviese tan excitado que tenía que luchar por cada segundo de control. Sus dedos se deslizaron sobre la capa gruesa de jugos que se reunían allí. Como el jarabe caliente, se pegó a sus dedos y sensibilizó las puntas.
- No voy a ser capaz de soportar esto - Le advirtió ella débilmente cuando sus manos cayeron en la cama, empuñando la manta bajo ella.
- Entonces nos volveremos locos conjuntamente - Gruñó el, extendiendo la mano para agarrar su puño y soltar sus dedos del material - Mirándola de cerca, él movió su mano hacia el pecho de ella, viendo la sorpresa que llenó su mirada - Toca tus pechos - Pidió él roncamente - Quiero observar tus dedos jugando con tus pezones. Quiero oír tu placer, tu excitación, ______. Dame al menos eso.-

Besos Ardientes (Zayn&Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora