💔;; Cachetear

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(...)

- ¿Kyabe? Por favor háblame, sé qué aún podemos solucionar esto.

La peliblanca había terminado con un par de moretones en su rostro producto de su pelea con la loca, Tarble la consoló diciendo que la apoyaría en sacar a Kyabe de su terrible situación de violencia, sin embargo él ya no quería cooperar.

- Ya déjame en paz Gure, Tarble y tú sólo han hecho que Caulifla sea cada vez más agresiva conmigo.

- Pero es porque está loca, tienes que salir de ahí antes de que algo peor suceda.

- ¡YA TE DIJE QUE NO GURE, SI TANTO QUIERES SOLUCIONAR PROBLEMAS HAZLO CON TARBLE ANTES DE QUE TERMINES CÓMO YO!

La chica dejó de aferrarse al brazo de su amigo, una vez él terminó de alejarse lo suficiente ella comenzó a llorar, luego tomó el teléfono y marcó al número personal de su novio.

- Es inútil amor, lo arruiné todo.

Pero, contrario a lo que se esperaría, el chico al otro lado de la línea negó lo que ella había dicho.

- No Gure, eso es normal en víctimas de ése tipo. Kyabe está en un riesgo terrible, así que debemos hacer hasta lo imposible por sacarlo de ahí o...

- ¿O?

- Ella puede llegar a matarlo.

La joven palideció al escuchar aquello, pero también se llenó de una creciente determinación.

- No, no va a pasar eso, no lo permitiré... No de nuevo.

(...)

- ¡Kyabe!

Gritó alegre una pequeña peliazul, el aludido le revolvió el cabello con una radiante sonrisa. La sensación de paz que le transmitía estar en Corporación Cápsula era inigualable, a la vez agradecía que Caulifla se hubiese ido el día anterior, así él podía ver a su familia con libertad.

- ¿Cómo estás preciosa? Ya creciste mucho.

- ¡Muy bien! Mi papi dijo que vendrías y te hice un dibujo.

La pequeña niña le entregó una hoja a Kyabe, era un dibujo de su familia y él la estaba abrazando, pero tenía un extraño y curioso detalle: En el fondo había estaba dibujado un demonio apariencia femenina quemándose a lo lejos.

- ¿Y ella quién es?

La niña miró detenidamente el dibujo, volviendo a hacer contacto visual con el mayor.

- Es la diablita que no te deja estar con nosotros, ella es muy mala por eso me gusta que estés aquí porque yo puedo protegerte.

El joven por un momento se quedó callado, eso ya era bastante raro, Bra nunca había hecho dibujos así desde que la conoce, entonces escuchó a Vegeta carraspear.

- Será una niña pero no es una retrasada mental. Incluso ella se da cuenta de lo que sucede, Kyabe.

- Maestro...

Kyabe se quedó pensando en eso, pero su mente lo negó todo. ¡No! Ella no está loca sólo se enoja fácilmente, ella no quiere lastimarlo, ella no...

- Yo... Debo irme.

- ¿Qué? Pero si llegaste hace poquito, no quiero que te vayas.

Bra comenzó a derramar lágrimas mientras se aferraba a la pierna de Kyabe.

- ¡Bra! Ya hemos hablado de los berrinches.

Vegeta la cargó y la alejó de su estudiante, pero ella entonces empezó a gritar.

- ¡NO QUIERO QUE SE VAYA! ¡LA DIABLITA LO VA A LASTIMAR OTRA VEZ! ¡PAPI DÉJAME!

El joven de cabellos espigados se fue rápidamente de ahí, al llegar a su departamento abrió la puerta, pero una vez más, fue jalado del cabello violentamente.

- ¡Caulifla!

- ¿¡Se puede saber dónde carajo estabas!? ¡Se supone que debías estar aquí hace una puta hora!

- Estaba en Corporación Cápsula, fui a ver a mi maestro.

Un dolor punzante se presentó en su mejilla, le habían dado una cachetada.

- ¡No te creo! ¡Dime la verdad!

- ¡Esa es la verdad!

Su otra mejilla recibió la segunda cachetada.

- ¡Tú no me hablas así!

Pero ésta vez, Kyabe no se quedó quieto y le regresó el golpe a Caulifla.

- ¡Me importa un bledo si no te gusta!

Oh por Kami... Cuánto se arrepintió de haber hecho eso.

- ¿¡QUIÉN TE CREES PARA GOLPEARME!?

Otras cuatro, cinco, seis cachetadas fueron las que recibió, y todo culminó con un fuerte puñetazo en la cara.

- Si me vuelves a golpear te denunciaré, después de todo cómo soy mujer el único afectado aquí serás tú ¿Entiendes? ¡Solamente tú!

Kyabe asintió cómo pudo, luego de que la contraria se fuera rápidamente fue por algo para detener la hemorragia de su nariz.

Ella tenía razón, si él se defendía terminaría en la cárcel, simple cómo eso.



ᴠɪᴏʟᴇɴᴛᴏ́ᴍᴇᴛʀᴏ (Kyabe×Caulifla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora