💀;; Asesinar

550 37 14
                                    

(...)

- ¡No puede ser!

Lloraba dolorosamente una mujer mayor de hebras negras adornadas levemente por unas cuántas canas, a la par que una chica bastante parecida a ella pero mucho más joven la consolaba.

- Mamá tranquila, él estará bien, yo lo buscaré día y noche si es necesario pero por favor ya no llores.

La mujer seguía llorando desesperada, habían pasado ya dos meses desde la desaparición de su hijo menor y las posibilidades de encontrarlo vivo se iban rápidas cuán corriente de agua. Por su parte, la joven sentía su corazón encogerse conforme el tiempo continuaba pasando, nunca imaginó que al regresar de París recibiera una noticia cómo esa, ella también quería llorar, no lo negaba, pero debía ser fuerte por su madre y por su hermano, le iba a encontrar vivo costara lo que costara.

- P-pero Annia, él está solo con esa maldita loca ¿Y si ya lo mató? ¿¡Y si se está deshaciendo de su cadáver en éste mismo momento!?

Annia rompió en llanto de tan sólo imaginar a su hermanito siendo brutalmente asesinado, privado de su vida, el pensamiento la aterraba tanto cómo a su madre.

Luego de un largo rato en el que ambas mujeres se ahogaron en su llanto, la menor miró a Tarble y a Gure, completamente temblorosa.

- Chicos... ¿Podemos hablar por un momento?

Murmuró con su voz completamente quebrada, la pareja asintió.

Los tres se dirigieron a la sala, dejando a la señora Berenna en su habitación, había caído dormida luego de tanto llorar. Una vez ahí, la hija mayor del disuelto matrimonio Salad aclaró su garganta.

- L-les agradezco su cooperación para encontrar a Kyabe, gracias a ustedes no hemos perdido la esperanza de encontrarlo.

La mujer hizo una breve pausa, a nada de llorar nuevamente.

- P-pero si les soy sincera dudo que logremos hallarlo vivo a estas alturas así que... Me gustaría pedirles su ayuda para preparar los trámites funerarios si es que encontramos el cadáver.

Annia sentía sus ojos arder de tanto llorar, pero comenzó a derramar nuevamente aquel líquido que reflejaba su tristeza, no podía dejar de pensar que su hermano probablemente ya estaba muerto, simplemente no podía.

- No.

Dijo Gure con firmeza, los presentes la voltearon a ver.

- Gure...

- ¡Dije que no! ¡Yo no pienso rendirme, no quiero rendirme! ¡Encontraremos a Kyabe con vida incluso si tenemos que atravesar la ciudad a pie!

Gritó completamente determinada.

- ...

La pelinegra miró expectante a aquella delgada chica, luego sonrió levemente.

- Tienen razón... No debo rendirme aún, voy a encontrar a mi hermanito y esa maldita obtendrá el castigo que se merece.

ᴠɪᴏʟᴇɴᴛᴏ́ᴍᴇᴛʀᴏ (Kyabe×Caulifla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora