La radio era su pasión desde hacía un par de años. Luisita entró a trabajar de casualidad; se encontraba buscando trabajo tras terminar la carrera de periodismo y le ofrecieron esa oportunidad.
Aún no tenía muy claro como quería enfocar su profesión así que decidió probar suerte. Y en ese momento pensaba que no había tomado mejor decisión. Había descubierto su verdadera vocación.
La radio le había permitido crear vínculos con personas que ni siquiera conocía. Le llegaban muchos mensajes agradeciéndole su compañía, su compromiso y su buen hacer.
Su abuelo siempre le decía que la radio era el mejor medio para concienciar y así lo había enfocado Luisita. Aprovechaba su programa y el horario, que al ser a mediodía, coincidía con la salida y entrada de clases de los más jóvenes, para tratar asuntos de actualidad con un tono gamberro y crítico, invitando a la reflexión. A veces también incluían entrevistas, como ese día.
Era la semana del Orgullo en Madrid y Luisita había invitado a Amelia y Gonzalo para hacerles una entrevista, aunque el chico no iba a poder ir por trabajo. La morena se quedaba sola ante el peligro y ella la había mantenido intrigada toda la semana, quería que fuera natural y no se preparara ninguna respuesta.
"Te vas a arrepentir, que luego me sale la vena activista y es peor" le había dicho Amelia, pero a ella le dio igual.
Estaba más acelerada que de costumbre y se notaba en el desarrollo del programa; varias veces le había tenido que llamar la atención Mateo desde la sala de control para que se calmara. Pero estaba nerviosa, era la primera vez que iba a hacerle una entrevista a alguien que conocía y quería hacerlo lo mejor posible.
Luisita vio llegar a Amelia y saludar a Mateo y Marina en la sala de control. Ella seguía en antena tratando diferentes asuntos, esperando el "ok" de su equipo para darle paso, que no tardó en llegar.
—Y como bien sabréis, esta semana la ciudad está viviendo una de sus mayores fiestas —dijo Luisita mientras Marina entraba con Amelia en el estudio para indicarle donde tenía que sentarse y colocarle los cascos. La morena la saludó con la mano y la rubia le devolvió el gesto— Si andáis por la calle será inevitable que veáis como todo luce de colores y respiréis alegría en Chueca. Sí, señoras y señores, Madrid se prepara para vivir el Orgullo. Por eso, hoy hemos traído para acompañarnos a una amiga a la que le tengo mucho cariño. Ella es Amelia Ledesma, una actriz LGBT+ que empieza a emerger en el mundo del teatro. Queremos que nos hable un poco de sus experiencias y que nos cuente que significa para ella esta celebración. Bienvenida, Amelia, ¿qué tal?
—Un poco nerviosa, es mi primera entrevista —admitió muerta de miedo. Le gustaba llevar las cosas preparadas y Luisita no la había dejado.
—No te preocupes, que aquí te haremos sentir como en casa —le guiñó el ojo para tranquilizarla— Hemos dicho que eres actriz, pero queremos que nuestros oyentes te conozcan un poco más, cuéntanos en que estás trabajando.
—Ahora mismo estoy trabajando en una obra que estrenó hace algunas semanas en el Teatro de La Latina, es una adaptación de Broadway y la verdad que estamos muy contentos con la acogida que está teniendo.
—Nos alegramos muchísimo y, desde aquí, aprovecho para decir que no os la perdáis. Tuve la suerte de ver el estreno y me pareció una obra magnífica.
—Y no lo dice porque sea mi amiga —bromeó Amelia.
Luisita lo único que le había pedido era que se mostrara natural, su programa era muy fresco y el público valoraba esos detalles.
—Eso, eso, aquí no hay favoritismos —siguió Luisita— Ahora empezamos con las preguntas, ¿preparada?
—Miedo me das.
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Si bastasen un par de canciones
RomanceLuisita y Amelia se conocen en la actualidad... ¿será más fácil su historia?