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Matthew Cuthbert fingió fumar unos momentos, mientras su hermana abría la puerta de la cocina.

—Iré a casa de Rachel Lynde —anunció—, le pediré prestado un tambor de bordado para que Anne pueda aprender en su tiempo libre. No permitas que Gilbert se aparezca por acá o ya verás lo que pasará.

—De acuerdo, de acuerdo —puso la pipa en su boca—. Me quedaré aquí todo el tiempo, tenlo por seguro.

Ella hizo una mueca y se marchó. Cuando estuvo tan lejos que ni siquiera se veía su silueta, el hombre subió a la habitación de la chica y tocó la puerta dos veces.

—Puedes pasar, Matthew —dijo abrazando su almohada.

—¿Como supiste que era yo? —preguntó cuando estuvo frente a ella.

—Marilla nunca toca —respondió serena, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, él lo notó a pesar de la nueva oscuridad que su habitación albergaba por los tablones de madera que estaban puestos en la ventana desde noviembre— ¿Sucede algo?

Se quedó en silencio y poco a poco sacó la carta.

—Hay correo —dijo con su voz habitual—, correo del que Marilla no puede saber.

Anne se sobresaltó un segundo, con nuevas ganas de llorar soltó balbuceando un nombre que en esa casa no había dicho hacía muchos meses.

—Gilbert.

Él extendió el papel y ella lo sostuvo como si fuese su tesoro más preciado, como si tuviese miedo a dañarlo.

—¡Oh Matthew! —se levantó a abrazarlo— Eres el ser más bueno que ha existido en todo el mundo, Dios te bendiga. No sé que haría sin ti.

—Viajaría hasta el fin del mundo solo para verte feliz, mi pequeña niña —beso su frente—. Estaré abajo por si necesitas algo.

La pelirroja asintió y se acostó en su cama. Pasaba delicadamente sus dedos por el papel, ocasionalmente reía, pensaba en que podía existir la mínima posibilidad de que las estrellas verdaderamente pudiesen estar a favor de aquellos dos.

«Querida Anne:
La complejidad en mis palabras se debe al sentimiento de desesperación que en mi alma existe desde el día que fuimos separados. Cada noche miro hacia tu ventana con la profunda esperanza de que esté descubierta, como en los viejos tiempos. Falta poco para tu cumpleaños, quizás sea el primero en que no pueda estar junto a ti por obvias razones, ¿Existe alguna posibilidad que ese día podamos estar a solas por unos minutos? Es tan asfixiante verte caminar por ahí y no poder tomar tu mano, besarte o pasar mi mano con toda la delicadeza del mundo por tu cabello sin el miedo a ser descubiertos por cualquier chismoso del pueblo que corra la voz hasta que llegue a oídos de los Cuthbert. No puedo seguir mintiendole a todo el mundo, es imposible engañar a tanta gente tanto tiempo.

Mamá quiere que vaya a estudiar en Nueva York, sí, es demasiado lejos, pero ese es su objetivo, mantenerme a miles de kilómetros de ti. Me lo contó anoche e inmediatamente supe que debía escribirte para no dejarte con la duda el día que me vaya sin claramente darte el adiós que mereces. Los exámenes para la academia de Queens son en algunas semanas ¿no? Sea cual sea tu resultado yo estaré apoyándote desde la distancia, estando completamente feliz por ti, mi hermosa Anne. ¿Alguna vez has imaginado que la vida de una manera obvia depende de nosotros? Que si no hubiésemos tomado ciertas decisiones no seríamos las personas que somos en estos momentos. Creo, no, estoy seguro que mi mejor decisión has sido y siempre serás tú;

Con amor, Gilbert.

Posdata: Si puedes, envíame tu respuesta con Jerry.»

Al final, él dibujó un pequeño corazón. Anne sonrió y puso la carta bajo el colchón, encendió la lámpara de aceite y con la mayor rapidez del mundo comenzó a escribir lo que le enviaría a quien aún consideraba su novio.

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Las chicas no necesitan novios, necesitan Matthew Cuthberts y Gilbert Blythes.

Estoy tan emocionada por contarle sobre las historias que vendrán, amor y luz;
~Cass.🌻🌈🍑

「𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 & 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora