Sobre Lucero

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Un día luego de comer Romina sugirió ir al cine, la verdad es que la sola idea de ir al cine para hacer de violinista la detestaba, jamás había hecho mal trió y no pensaba comenzarlo ahora ni siquiera por mis nuevos amigos, es entonces cuando Romina me miro y me dijo que no pusiera cara de preocupación que con nosotros iría Lucero, con solo escuchar su nombre se dibujó una sonrisa en mi cara.

Había escuchado que al costado de nuestro salón había otro aún más grande que también era pre universitario y que en ese salón se encontraba gran parte de chicos de mi secundaria, muchos de ellos a los cuales llamo amigos, pero debido a que teníamos horarios muy diferentes nunca me cruzaba con ninguno de ellos.

Entre ellos estaba Lucero de la cual llevaba enamorado por dos años, desde que entró en tercero de secundaria, jamás había cruzado palabras con ella no tenía excusas para hablarle ni el valor para hacerlo, siempre estábamos en salones diferentes, siempre practicabamos actividades diferentes; además, la chica era tan inteligente que no necesitaba ayuda en ninguna materia, era lo suficientemente popular que paraba demasiado ocupada hablando con todo el colegio, excepto conmigo <<Si la típica chica popular y perfecta de la que todos se enamoran, no me juzgues>> .

Habíamos acordado en vernos a las cuatro de la tarde que era cuando empezaba la función, dado que nos íbamos a saltar las clases no podía volver a mi casa. Imagínate si mis padres se llegaran a enterar de que mi horario de llegada era mucho antes de lo que les decía, de que en realidad mis clases terminaban a las 3pm y no a las 6pm como les había dicho.

Jesús me dijo que en su casa no había nadie a esa hora, por lo que solía comer solo, que siempre cocinaban demás por lo que siempre había comida de sobra en su casa y que terminaba tirándola a la basura así que sugirió ir a su casa para comer y alistarnos. Llevaba cinco años de conocer a Jesús y nunca había ido a su casa, no sabía ni donde quedaba, si estaba lejos o cerca pero en ese instante no me importaba los detalles.

En el camino Jesús me empezó a dar algunos "tips" sobre como tratar a las mujeres, me dijo que por mi cara era bastante obvio lo mucho que me gustaba Lucero. De seguro otra pista era como dejar de tartamudear cuando la veía.

- Escuchame, debes ganarte a Ambas, !Si a ambas, si planeas conquistar a una chica es necesario que te ganes a su mejor amiga sino busca otra! - mientras levantaba y bajaba los brazos, de forma imperactiva.

No fue el mejor consejo de la vida, pero que esperaban de un chico de 15 años que si bien conocía a Romina y Lucero mejor que yo, apenas sabía cómo hablarles.

Lucero era muy diferente de cualquier otra chica que había visto en ese entonces y hasta ahora, de seguro a estas alturas te debes estar cansado de que te cuente lo especial que era esa chica y querrás que te la describa con lujos de detalles pero me faltarían palabras para hacerlo y de seguro no te parecería la gran cosa.

Debes entender que todos nosotros tenemos una Lucero en nuestras vidas y te pido que cuando intentes imaginarla uses a tu Lucero y podrás entender la emoción que yo sentí la primera vez que cruzamos palabras fuera de un salón de clases sin mayor excusa que pasar un rato entre nosotros.

Era casi hora de que la película empiece por lo que tomamos un colectivo hasta la casa de Romina << En ese momento lo único que me pasaba por la cabeza era de cómo es posible que hubiésemos ido con la misma ropa con la que fuimos a estudiar en la mañana, nos veíamos tan ridículos, tan niños, tan poco preparados para ellas>> cuando bajamos del carro ellas estaban en la puerta justo como me lo había imaginado tantas veces en mi cabeza, el problema era que en mi cabeza esto terminaba acá y no tenia "planeado" lo que seguía.

Una vez en el taxi se pusieron a hacer tantas bromas personales que no pude captar ninguna así que me limite a reírme, de vez en cuando me preguntaban algunas cosas como si yo hubiese estado ahí o si me acordaba ciertas cosas pero no tenía idea de lo que hablaban, se sentía como si hubiésemos ido a dos colegios completamente distintos, me sentía tan fuera del lugar junto a ellos, los cuales llevaban años juntos y yo era el chico que acaban de "conocer" en la academia, por lo que tenía todas las intenciones del mundo de bajar la cabeza y levantarla cuando me sintiera con más ganas de socializar.

Lucero se percató de ese detalle y me inició la charla, me habló de lo que había leído antes de dormir y lo que había visto hoy en la televisión antes de ir al colegio, pero al verla me limite a hacer gestos para que supiese que estaba lo suficientemente interesado en su historia como para que no intentara irse con Jesús y Romina, pero simplemente las palabras no salían como responderle. Solo estaba esperando que entremos al cine donde podía pasar tiempo sin hablar.

Ellos tres se veían tan natural juntos, en cambio yo sentía que desentonaba en todas las formas posibles e imaginables, era comos si por las mañanas coordinarán para poder combinar su ropa y que se esforzaban en caminar al mismo ritmo los tres mientras intercalaban constantemente entre pasos cortos y pasos rápidos para luego cambiar a pasos largos y lentos.

Ya en la sala Romina eligió los sitios <<Bueno se limitó a tener a Jesús a su costado, supongo>> mientras que Lucero y yo nos sentamos al costado de ella.

Dentro de la sala me di cuenta de cómo estaba desperdiciando esa oportunidad que había logrado Jesús y Romina para mi, prácticamente ellos estaban como pareja y me habían llevado para que le haga compañía de Lucero, trague saliva y le empecé a hablar y al mismo tiempo se apagaron las luces.

- Lucero, le dije, ¿Habías oído de la película?

-  Lo siento pero no beso en la primera cita, acto seguido volteo su cara hacia los pantalla e hizo como si no existiera.

No comprendía qué había pasado, ¿Por qué había dicho algo así?, ¿Por qué había sido tan fría con sus comentarios?, ¿Quizás había sido muy rudo al tratar de hablarle cuando las luces se apagaron? ¿Pensara mal de mi?

Las próximas dos horas fueron un cementerio para mi, no pude observar la película, no pude intentar voltear a hablarle a ella y lo único que escuchaba de fondo era como Romina se besaba con Luis.

Querido Luis...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora