ciruelo

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ese día vino primo a terminar unas cosas para el casamiento. 
después de un rato subí a la habitación para leer un rato porque estaba agobiada de todo lo que pasaba abajo. 

me tire en la cama y me puse a leer el libro que me había dado mati antes de viajar, era de ciruelo. 

estaba tan concentrada leyendo, y de repente golpearon la puerta. 
me asuste tanto que intente esconder el libro por si era tía, pero no, eras vos. 

recién salias de bañarte, tenias puesta una remera y la toalla. 

entraste y te sentaste en la cama, ya te sabias ese recorrido de memoria.

preguntaste que había escondido y te conté del libro. 

te reíste mientras lo ojeabas un poco, me dijiste que si tía lo veía lo iba a tirar.
lo apoyaste en la mesa de luz y me preguntaste si quería un masaje.

te pusiste a contarme que cuando eras mas joven habías hecho un curso de masajes y que lo hacías muy bien. 

yo no te respondí, pero tomaste mi silencio como un si. 

sin levantar la remera metiste la mano y empezaste por la cintura, me hiciste un poco de masajes a medida que ibas subiendo. me desabrochaste el sostén y me hiciste dar vuelta. 
me negué a hacerlo, te acomodaste mejor e intentaste tocarme el pecho a la fuerza.

primo subió a buscarte a tu pieza, te llamo y sacaste rápidamente la mano de donde estaba y te incorporaste diciéndole que ya ibas, pero primo vino hasta la puerta, y te pregunto que porque estabas ahí y porque todavía no te habías cambiado. 

mientras te paraste le respondías que me habías dado un masaje porque lo necesitaba, y al salir me guiñaste un ojo y cerraste la puerta. 

pobre mi almohada, se la pasaba estando mojada. 


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