- Capitulo 2 -

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—Según el inspector, los daños estructurales tienen solución —comentó Rick

—¿Qué inspector era ese? —Tyler se agachó para examinar la campana rota de la chimenea, y las fracturas en el tubo que había quedado al descubierto.

—Ben Rawley. — Rick se había puesto a la defensiva viendo la cara que ponía Tyler—. Sí, ya sé que es un poco viejo… —

—Es un fósil. —

—Pero sabe de esto. Y me hizo el trabajo gratis, como un favor. —

—Yo no le haría caso. Necesitas que venga un ingeniero para hacer una valoración realista. —Tyler tenía una forma característica de hablar, pronunciando las sílabas de un modo mesurado y sin inflexiones, como una cinta grabada, con un deje de aspereza—. Lo único positivo de todo esto es que, con una casa en estado precario, la propiedad vale «menos» que si en el terreno no hubiera nada construido. Así que puedes conseguir una rebaja en el precio, teniendo en cuenta los gastos de la demolición y el desescombro. —

El fantasma estaba fuera de sí. La destrucción de la casa podía ser su fin. Se vería relegado al olvido.

— No la voy a derribar —dijo Rick—. Voy a salvarla.—

—Buena suerte. —

—Ya. — Rick se pasó los dedos por el pelo, desgreñándose los mechones cortos y oscuros. Suspiró profundamente—. El terreno es perfecto para el viñedo. Sé que debería conformarme con eso y darme por satisfecho. Pero esta casa… tiene algo que yo… —sacudió la cabeza. Parecía perplejo y preocupado y decidido al mismo tiempo.

Tanto el fantasma como Rick esperaban que Tyler se burlara, pero en lugar de hacerlo deambuló por el saloncito y acabó por acercarse a una ventana cegada con tablones. Tiró de una vieja plancha de contrachapado que cedió con facilidad, con apenas un crujido de protesta. La luz entró en la habitación junto con una bocanada de aire puro; el polvo se levantó en remolinos hasta las rodillas y las motas brillaron al sol.

—A mí también me atraen las causas perdidas. —En la voz de Tyler había un tinte irónico—. No digamos las casas Victorianas. —

—¿En serio? —

—Claro. Caras de mantener, la eficiencia energética es nula, los materiales son tóxicos… ¿no es fantástico? —

Rick sonreía.

—Así que, en mi lugar, ¿tú qué harías?—

—Correr como el viento en dirección contraria. Pero puesto que evidentemente vas a comprarla… no pierdas el tiempo pidiendo un préstamo bancario. Tendrás que recurrir a un prestamista y te comerán los intereses. —

—¿Conoces a alguno? —

Puede que sí. Antes de que empecemos a hablar de esto, me parece a mí, tienes que afrontar la realidad. Te harán falta 250.000 dólares para la reforma, como mínimo. Y no cuentes conmigo para conseguir materiales ni mano de obra gratis. Sigo adelante con lo de Dream Lake, así que no tendré tiempo ni para ir al baño. —

—Créeme, Ty. Nunca cuento contigo para nada —le respondió con sequedad Rick—. Eso ya lo tengo más que aprendido. —

La tensión era palpable, una mezcla de afecto y hostilidad que solo podía provenir de una historia familiar turbulenta. El fantasma estaba dominado por una sensación extraña, un frío cortante que le habría hecho tiritar de haber tenido un cuerpo. Tyler Joseph irradiaba una desesperación tan profunda que, ni siquiera el fantasma, en su funesta soledad, había sentido jamás.

¡HELP ME POLARIZE! [JOSHLER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora