Don't express emotions

No confíes

Un día como siempre en el aburrido instituto al cual voy obligación, era un año nuevo y tal vez podría hacer amigos como también me den la espalda. Me senté en uno de los banquitos a leer y un chico se le acerca.

— ¿Cómo te llamas? Preguntó el chico con un tono amigable.

— Me llamo Adrian.

— Y bueno, que te gusta hacer? Pasaron varios minutos hablando y compartiendo hasta que llegó la hora de entrar, les había tocado en el mismo curso asiqué continuaron hablando, el menor se vio algo alegre al ver como al parecer hizo su primer amigo, su nombre era Bill.

Unas horas luego fueron al receso y no dejaban de hablar ambos chicos, lo mismo durante un mes, ya Adrian se sentía cómodo con su presencia, pero como no todo es pintado de rosas el chico, tomo todo lo que le dijo el menor para ponerlo en su contra, decirles a todos y crear rumores sobre él.

— Yo confíe en tí.. Dijo con un tono desanimado

— ¡Qué bien! Dijo burlándose del menor.

Adrian al llegar a su casa sin siquiera mirar a su madre va a la habitación de esta para tomar su arma, un revolver y guardalo en su mochila con varias balas de repuesto. Al día siguiente el menor se fue al instituto como todos los días pero algo está con él. Apenas llega a clase se pone a masacrar a todo su aula con disparos, lo mismo con todos los cursos, el instituto era un desastre, todo lleno de sangre, cadáveres por todos lados, sesos por todos lados, finalmente el menor había acabado con todos, se pone al dispararles repetidas veces al cuerpo de Bill solo por diversión hasta que se acaban las balas, camina por el aula manchandose de sangre para tomar un lápiz.

— Todos iremos al infierno. Dijo en voz baja y se clavó el lápiz varias veces en el cuello con el punto de darle a la carótida, se atravesó el cuchillo por el cuello y luego cayó en el suelo desangrarse un poco conciente pero luego su vista se nubla, sin poder escuchar o ver nada se queda en silencio hasta morir.