No veas

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Hoy era un día como cualquier, la madre de Adrian metiendo hombres en la casa como cambia de ropa interior, cada día era uno diferente, al parecer solo lo hacía para olvidarse del padre de su hijo único pero al parecer también lo disfrutaba ya que la agresión al menor había disminuido en gran cantidad. Esta vez era alguien algo alto, unos 184 cm de alto, pelo negro azabache con ojos de un color azul con destellos grises.

— Mamá.. El menor se acercó con algo de miedo a su madre que estaba sentada conversando con aquel hombre.

Qué quieres? Dijo esta con su típico tono de desagrado y mirándolo con mala cara.

nada... Dijo mirando hacia el suelo y decide irse a su habitación para evitar algún problema.

La madre y aquel hombre comenzaron a besarse y desvestirse dejando prendas de ropa en la sala, el hombre negaba quitarse los pantalones y al tener a la madre desnuda recostada en la cama el hombre pone una mano sobre el pecho de la mujer y aprieta este un poco para sacar de su bolsillo una navaja mariposa de un color morado brillante, lo enterró en el seno de la mujer para evitar que quite la beso sin dejarla respirar. Desgarró casi en su totalidad uno de los senos y enterró el cuchillo en la parte blanda del pecho más abajo del tórax y cortó la piel abriéndola, la sangre caía a la cama manchando las sábanas y el hombre cortó la vena carótida junto a las cuerdas vocales evitando que emita algún sonido, y ahí pudo abrir su abdomen dejando todos sus órganos al aire libre, saco alguno de estos dejando las tripas regadas por la cama. Se escuchan pasos caminando hasta la habitación y al abrir la puerta el menor de la casa se queda sorprendido viendo la escena del aquel hombre con las tripas de su madre en manos, el hombre lanza la navaja al hombro del menor y este no emite sonido alguno, se desentierra la navaja y ve como la sangre corre por su hombro, empuña la navaja para mirarla, el color de esta destellaba.

— Oye niño, quieres devolverme eso? Dijo aquel hombre tratando de ser amable a pesar de estar cubierto de sangre.

El menor se quedó en silencio y acercó esta a su rostro, presionó el filo contra su pómulo y enterró esta en uno de sus ojos, movió está un poco y se escucha algo húmedo caer al suelo, era su ojo, hizo lo mismo con el otro solo que enterró la navaja directamente en el ojo, al sacarla esta lanza un chorro de sangre. Había perdido una cantidad considerable de sangre y apoyó el mango de la navaja contra la pared un comenzó a apuñalarse la cabeza una y otra vez, ya a punto de desmayarse deja caer la navaja y cae al suelo, ahí muere desangrado, el hombre se quedó sorprendido pero una sonrisa se formó en su rostro, como la navaja ahora tenía las huellas del chico podía salir de ahí sin recibir ningún cargo por el asesinato. Tomó una ducha para vestirse y salir de ahí, la habitación quedó con la madre muerta con el abdomen y sus órganos afuera mientras que el menor tenía las cuencas oculares vacías y con un lado de la cabeza apuñalado por sí mismo.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2020 ⏰

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