30 Days of OTP |GoldFred|

Día 3. Durmiendo.

Fred daba vueltas constantemente en la cama. No podía conciliar el sueño como era de costumbre y ya comenzaba a fastidiarle. Ya había pasado una semana desde que comenzó a tener problemas de insomnio. Sus ataques de pánico provocaban que a veces no pudiera dormir, pero esta vez se había vuelto una especie de rutina. 

Mientras jugaba con un peluche de oso para calmar sus nervios, llamó al primer contacto de su agenda. Eran casi las tres de la mañana. No tenía mucha esperanza de que alguien atendiera su llamada. 

Pero atendieron. 

—¿Hola?...— Al escuchar a aquella rona y soñolienta voz, se quedó de piedra instantáneamente. Llamó a Gold, su crush, por accidente. 

—N-No recordaba que lo tenía agendado...— Murmuró para si mismo, un ligero rubor decorando sus pálidas mejillas. 

—Si no responden, voy a cortar...— Volvió al mundo real al escuchar la voz de Gold, llevó el celular a su oreja y tragó saliva antes de contestar. 

—¿G-Gold?...— Su voz salió cortada, temblorosa. Sus ataques eran irregulares. Desde que Freddy y él cumplieron 4 años, comenzó a tener estos repentinos episodios. —S-Soy Fred...

—Oh...— El pelirubio del otro lado de la línea se desorientó. No creyó nunca recibir una llamada a las 2:45 de la madrugada, y mucho menos que la llamada fuera de nada menos que Fred. —¿Qué ocurre Fred?...

—Y-Yo... N-Necesito ayuda...— Suplicó. Su pierna derecha se movía de arriba hacia abajo nerviosamente, mientras mordía su dedo pulgar. —E-Estoy sufriendo una crisis de pánico y n-necesito ayuda...— Se sentía morir. Le faltaba la respiración y estaba muy mareado. —M-Mi hermano se mudó ayer y-y estoy solo... Tengo m-miedo...— Era natural. Era imposible acostumbrarse a las sensaciones de ahogo, miedo e incluso de dolor. 

—Fred, ¿Es una broma? Porque si lo es, juro que no hace gracia— Mientras sujetaba el móvil con una mano, con la otra el pelirubio se colocó los tennis y una sudadera rápidamente. Había escuchado de uno de los amigos de Freddy que cuando el pelinegro sufría episodios de pánico, terminaba inconsciente o haciéndose daño físico. El sólo pensar en que Fred estaba sufriendo uno en ese momento le heló la sangre. 

—N-No... N-No es una broma...— Su voz se escuchaba muy baja, estaba llorando. Su garganta se cerró y sintió un nudo obstruir su respiración. Le dolía, tenía miedo, sentía que moriría. 

—Voy para allá, no cortes la llamada— Ignorando el hecho de que salía de su casa en pijama, Gold entró a su auto y arrancó camino al departamento de Fred. Le quedaba cerca, pero no se arriesgaría a dejar solo al menor en ese período de tiempo —Fred... Respira profundo, ok? Recuerda qué tienes que hacer....

Gold había estudiado sobre los ataques de pánico y le pidió a Freddy que le dijera qué debía de hacer en caso que Fred sufriera uno de nuevo. —¿Tomaste tu medicina?

—S-Se me terminaron ayer...— Murmuró el menor del otro lado de la línea, Gold maldijo en voz baja y recordó que a unas dos calles del edificio de departamentos había una farmacia. 

—No importa. Respira e intenta distraerte de eso... Ya estoy cerca— Luego de bajar a la farmacia y pedir la medicina de Fred, regresó al auto y condujo lo que restaba del camino. Aparcó el auto fuera y corrió por las escaleras. No esperaría al elevador. 

—Fred, ábreme— Y sólo pasaron unos segundos antes que la puerta del departamento se abriera, dejando ver al pelinegro con sus ojos empañados por las lágrimas y el peluche de oso entre sus brazos, siendo estrujado con una naranja en extractor de zumo. —Gracias al cielo estás bien.— Se abalanzó y le tomó por los brazos para envolverle en un abrazo. Sin decir nada, Gold entró al hogar y tras cerrar la puerta a sus espaldas, caminó a paso veloz a la cocina para servirle al menor un vaso con agua. 

El menor, aún con su peluche en brazos y mordiendo su dedo índice le miró desde el marco de la puerta. Se movía inquietamente. Era involuntario, no podía controlar completamente lo que hacía. 

—Ten.— Luego de abrir una de las cajitas con la medicina y sacar la pastilla del empaque, se la extendió a Fred junto al vaso de agua. —Bébelo. 

Fred intentó sostener el vaso pero al ver que sus manos temblaban cual gelatina, Gold lo apartó y lo llevó de vuelta al cuarto. Le hizo tomar asiento en el borde de la cama y le miró a los ojos. —Abre la boca...— Lleno de miedo, Fred asintió y abrió la boca. Gold le colocó la pastilla en la lengua y luego de puso el vaso frente a los labios. —Bebe...— Y así lo hizo, se pasó el agua con mucha dificultad por el nudo en su garganta, pero cuando lo logró se sintió aliviado. 

Unos minutos después los temblores y el miedo pasaron. Gold suspiró y sonrió aliviado. —Estás bien ahora?...— El de rojos ojos asintió sin saber bien qué decir. —Me alegro...— El mayor recostó a Fred en la cama y luego lo cubrió con una de las mantas. —Intenta dormir...

Pero cuando se dio la vuelta para encaminarse afuera, Fred le tomó del borde de la manga de su sudadera y, con un enorme rubor en sus mejillas, susurró —¿P-Podrías quedarte... a dormir conmigo?...

Gold no pudo contener su sonrisa. Así que sin decir nada, se colocó junto al menor en la cama y, mientras se miraban a los ojos, se abrazó a su cintura. Luego besó su frente. —De acuerdo... Pero intenta dormir...

Fred asintió y transcurridos algunos minutos, por fin cedió a Morfeo. Gold no se separó de su lado en toda la noche, en cambio él también cayó dormido, abrazando al joven pelinegro que descansaba a su lado.

A partir de ese momento, Gold se mudó al apartamento de Fred para no dejarle solo. Y, para que el menor pudiera dormir, comenzaron a compartir cuarto. 

Así, comenzaron a dormir juntos, abrazándose y entregándose al rey de los sueños. 

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Yo te entiendo, Fred. 

Hola a todos. Salí de mi hiatus. 5 semestre de bachillerato es estresante. Denme fuerzas. 

Fighting.

Os amo. Espero nos leamos pronto.

𝐾𝑢𝑟𝑜𝑔𝑎𝑤𝑎 𝑌𝑢𝑟𝑖

🐙⭐️🌸❤️