Día 5. Masturbación al pasivo

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Era la tercera vez en la semana. Se sentía frustrado y algo decepcionado por tener que recurrir a esos "métodos" para complacer su banal necesidad, pero Gold había estado muy inmerso en su trabajo últimamente y cuando volvía a casa, él ya estaba durmiendo profundamente. 

—A-Aaaah~— Movía su mano lenta y constantemente, intentando marcar un ritmo. Pero aunque estuviera excitado, no encontraba algún incentivo con el cual estimularse. Estaban por caer las once de la noche, Gold le había llamado hace un rato avisándole que llegaría tarde por un papeleo de último momento. Así que estaría solo otra media hora. 

—G-Gold~— Gemía su nombre tímidamente, se había recostado en la cama para mayor comodidad y sujetaba su miembro con algo de pena. Él no estaba acostumbrado a masturbarse así que seguía sintiéndose muy tímido ante el toque de su propia mano sobre su miembro. —M-Mghnm~

Movía su propia mano arrítmicamente, dejando salir suspiros de vez en cuando. No necesitaba contener su voz así que podía gemir cuan fuerte quisiera. Pero aún así le daba algo de pena hacerlo. —G-Gold~ M-Más, por favor~

Estando tan ensimismado en su mundo de fantasías eróticas no se percató que el mayor estaba detrás de la puerta, observándole indecorosamente. Con una titánica fuerza de voluntad logró mantenerse en silencio en todo momento, soportando sus más básicos deseos se mantuvo al margen esperando que en algún momento el menor se diera cuenta de su presencia. 

Pero al ver que no sucedería, tomó su móvil y llamó al número de Fred, luego se alejó de la puerta para que no pudiera escuchar su voz del otro lado. 

Dentro del cuarto, un abochornado y apenado Fred tomó su móvil al sentir la vibración sobre la cama. Vio el nombre de Gold en la pantalla y atendió tan rápido como sus torpes manos se lo permitieron. —¿S-Si? 

—¿Fred? Creí que estarías durmiendo.— Murmuró con cínica inocencia el rubio cenizo. —¿Qué haces despierto aún, cariño? 

—Y-Yo... M-Mghnm~— Sin querer gimió al sentir una corriente eléctrica recorrerle desde la espalda hasta la punta de los pies. 

Gold contuvo la sonrisa y contestó —Fred, ¿Acaso estás masturbándote?— Al escuchar la palabra saliendo tan explícitamente de sus labios, el azabache no pudo evitar sonrojarse a tope. Y ese sonrojo se notaba gracias a su nívea y tersa piel. —Tu silencio me dice confirma lo que estás haciendo, bebé~

—Y-Yo.. a-aaah~— Suspiraba delicadamente, dejando escapar el aire retenido en sus pulmones casi como un gemido. Comenzaba a sentirse muy bien, y si seguía como hasta ahora, no le tomaría mucho tiempo acabar. 

—¿Te estás masturbando pensando en mi, bonito~?— La pregunta le ofendía. Claro que estaría tocándose pensando en su novio, ¿En quién más lo haría sino?

—S-Sabes la respuesta a eso~— Ronroneó con dulce y coqueta voz. Gold gruñó del otro lado de la línea, estaba perdiendo la compostura lentamente. Pero no podía evitarse, su novio era tan sensual que no podía evitar querer poseerlo del todo.

—Gime para mi, bebé~ Gime~— Le ordenó el mayor mientras se acercaba lenta pero firmemente a la puerta del cuarto para seguido entrar —Gime como si estuviera ahí~ 

—N-Nghn~ Aaaah~ Gold~— El menor no cayó en cuenta de la presencia del rubio cenizo hasta que sintió el toque de una gélida mano sobre su tierno miembro erecto y chorreando pre-semen. —G-Gold...— Detuvo toda acción y miró al mayor algo atónito. 

—Gime, Fred... Gime— Gruñó el mayor, masturbando el miembro de Fred con ímpetu y mostrándose dominante. —Hazlo

—G-Gold~— Ahora no tenía pena alguna, ya que ahora gemía sólo para su amado. Mientras Gold le masturbaba, él se retorcía cual gusanito mientras gemía indecorosamente. Mordía su labio inferior de vez en cuando para 'controlar' el volumen de sus suspiros, pero era inútil ya que con cada toque liberaba un gemido. —N-No puedo... m-me voy a...

—Hazlo~ Córrete, bebé~— Murmuró en su oído para después besarlo, sintiendo al menor estremecerse. Incrementó la velocidad de sus movimientos bruscamente, moviendo su mano de arriba a abajo con mucha fuerza. 

—¡G-Gold! ¡A-Aaaah~, n-no! ¡M-Me voy a-!— No logró terminar cuando alcanzó un climax apoteósico, gimiendo dulcemente y alto mientras de su miembro salían varios hilos del líquido nacarado. Duró unos segundos así, descargando toda su esencia sobre su abdomen y la mano del mayor, quien sin pena ni decoro alguno lamió lo que había en su mano para limpiarla. 

—Mghnm~ Dulce~— Sonrió cínico. Luego besó al menor apasionadamente, escuchando el choque de sus lenguas. —Debiste esperar por mi~ Te habría hecho sentir bien~

—P-Perdón...— Murmuró el pelinegro con sus mejillas rojas, y cuando sintió la cálida respiración del mayor sobre su cuello, se estremeció. 

—No tienes que pedirme perdón, amor~ Me gusta que sepas lo que quieres~— Murmuró con una sonrisa y besó su mejilla. —Ahora duerme, bebé. Yo me quitaré esta molesta ropa para dormir contigo. 

El menor asintió y se acurrucó entre las cobijas de la cama, mientras bajo la mirada del mayor se removía para encontrar una posición cómoda. Luego el mayor se acercó a él y besó su frente dulcemente, deseándole dulces y felices sueños. 

—Duerme, cariño~ Mañana continuará la diversión.

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Me gustan los viernes porque al día siguiente no tengo clases. 

¿Cuál es vuestra comida favorita?

Os amo a todos. 

𝐾𝑢𝑟𝑜𝑔𝑎𝑤𝑎 𝑌𝑢𝑟𝑖

🐙⭐️🌸❤️

30 Days of OTP |GoldFred|Where stories live. Discover now