Capítulo 4

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En  el  centro  de  Londres,  edificio  1369,  tercer  piso,  departamento  B, ­dijo

Jenny leyendo el papel que el profesor Serrano me había entregado.

Nos  encontrábamos  en  mi  habitación,  Jenny  estaba  sentada  con  un  pierna

flexionada y la otra aplastado por su trasero.

Yo  estaba  en  el  piso,  todos  mis  instrumentos  de  arte  estaban  a  mi

alrededor,  desparramados,  lápiz,  regla,  pintura  y  mi  pequeño  caballete  con

un lienzo apoyado en el.

No sabia muy bien que pintar o que hacer, así que solo me quede viendo el

lienzo para ver si un idea venia a mi cabeza pero....nada.

Mire a Demi que seguia con el papel en la mano mirandolo como queriendo

que cobre vida o algo por el estilo.

-Estoy  en  blanco,  creo  que  perdi  el  toque. - bufé  algo  molesta  mientras  me

acostaba al lado de mi amiga con la mirada en el techo blanco.

-No  creo,  seguro  tu  cabeza  esta  algo  desconcertada  y  por  eso  no  te  sale

nada­. -dijo ella mientras se acostaba a mi lado.

Le saque el papel de la mano y lo observe.

­En  el  centro  de  Londres,  edificio  1369,  tercer  piso,  departamento  B­lei  lo

que  decia  el  papel,  despues  lo  pegue  a  mi  pecho.

-Tu  tuviste  la  idea  ¿qué  le voy  a  preguntar? -­pregunté  girando  la  cabeza  para  mirarla,  ella  hizo  el mismo acto y nuestras miradas se cruzaron.

-No sé,  esa  idea  me  salio  en  ese  momento,  no  tengo  mucha  imaginacion

para las preguntas­   -dijo y se mordió el labio inferior.

Rodeé los ojos y volvi mi vista al frente.

La  puerta  sonó  y  la  mucama  entro,  mi  madre  es  una  famosa  diseñadora  de

moda,  gana  millones  cada  semana  y  vivimos  en  una  casa  bastante  grande,

también  tenemos  una  mucama,  Mika,  tal vez  saque  la  mano  de  artista  de

ella, capaz.

-Permiso  señorita  Sabatini. -­pidió  permiso  timidamente,  era  una  mujer  adulta,

tenia el pelo rubio, atado en un rodete y la estupida vestimenta que le hacia

poner mi madre.

­Mika he pedido que me digas Oriana, señorita Sabatini me hace ver horrible­

dije  mientras  me  sentaba  en  la  cama  y  fruncia  el  ceño

-¿Que  sucede?­ -pregunté.

-Es su madre, en el telefono. -­dijo y se acerco para alcanzarme el telefono.

-Gracias­. -lo tomé, ella asintió y se marchó de la habitación.

-¿Mama?, ¿que sucede? -­pregunté al contestar el teléfono.

­Oriana,  hija,  tengo  unos  problemas  acá  en  la  oficina,  unos  vestidos  no  se

Mi Alumna Preferida - ORIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora