XI

394 32 22
                                    

20/06/2019
📍Madrid

Ya habían pasado un par de semanas desde la segunda jornada de FMS. Lara ya se había vuelto a casa con su padre después de que Javi y yo insistieramos con que a partir de ahora queríamos verla más, le habíamos cogido mucho cariño en esas tres semanas.

Ya había terminado de editar todas las fotos que saqué durante la jornada y algunas incluso ya se habían publicado.

Como no tenía nada que hacer ahora mismo estaba tirada en el sofá mientras buscaba algo interesante que ver en la televisión, me daba bastante pereza empezar una serie nueva en netflix.

Cuando por fin había encontrado una cadena que estuviese pasando algo decente sonó el timbre.

- ¡¿Javi esperas a alguien?! — alcé la voz desde el sofá para que pudiese escucharme desde su cuarto.—

No recibí ninguna respuesta así que supuse que no había invitado a nadie.

El timbre volvió a sonar. Debían de ser Sergio y Nerea porque ninguno de los dos esperábamos a nadie y ellos eran los únicos que solían pasarse sin haber avisado antes.

- ¡Que ya voy! Que impaciencia dios mío. — solté al aire mientras me levantaba del sofá.—

Caminé hasta la entrada a paso rápido para que no volvieran a tocar al timbre, solía estresarme eso. Abrí la puerta y me encontré a la última persona que podría esperar.

- ¡PAU! — me tiré encima de ella para abrazarla, hacía mil años que no la veía en persona.—

- Angie que no respiro. — se quejó ella, fue entonces cuando la solté limpiandome alguna lágrima de alegría.—

- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste de que venías? — le pregunté yo apartandome de la puerta para invitarla a pasar. —

- Quería darte una sorpresa. — me contestó ella con su típica sonrisa en la cara.— Menos mal que Belén me dio vuestra dirección y que estabais aquí.

- ¿Por qué tanto jaleo? — preguntó javi mientras bajaba las escaleras.—

- Javi, javi, javi, ¡vino Paula! — dije yo emocionada asomandome al hueco de la escalera para poder verle, tenía una cara de dormido impresionante.—

Paula abrió los brazos para poder recibir un abrazo de mi hermano, también se llevaban muy bien, pero nada comparado con nosotras.

- No sabía que venías. — dijo él rascándose los ojos y soltando un bostezo, estaba segura de que se acababa de despertar de una siesta.— ¿Tienes algo que hacer por madrid?

- En realidad venía a quedarme por aquí una temporada. — soltó encogiéndose de hombros, como si decidir mudarse tan lejos fuese una decisión cotidiana.—

- ¿Tienes donde quedarte? Puedes quedarte aquí si quieres, hay unas cuantas habitaciones libres. — le ofrecí yo ilusionada con la idea de que pudiésemos vivir juntas.—

Paula y yo éramos mejores amigas desde tiempos inmemoriales. Nos tuvimos que separar cuando yo y Javi nos mudamos definitivamente a Madrid y ambas tuvimos una llorera importante.

No perdimos el contacto en ningún momento; es más,  hablamos todos y cada uno de los días, ya sea por llamada o mensajes, pero siempre hablamos. Aún así, cuando voy a León en verano o por navidades no nos separamos ni un segundo.

Rojo ; BTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora