❝El nuevo proyecto de este año en Norwest Christian College para los que se graduarían sería trabajar en conjunto y pensar en una puesta en común. Claramente habrá altos y bajos, ya que trabajar en equipo nunca es fácil. Este es un origen diferente...
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"EL INICIO"
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LA JOVEN DESLIZA la punta del labial sobre sus labios, pintándolos de un color coral precioso. Estaba emocionada, este era su último año en la secundaria y tenía muchas expectativas respecto a eso, es el período en el que todos se preparan para el mundo adulto; cada uno a lo largo de estos meses tendrán que definir su futuro, conocerse a sí mismos y disfrutar los pocos instantes de libertad que les quedaban. Escucha a su hermano gritar estrepitosamente en el pasillo de la residencia, obligándola a rodar los ojos con molestia. Siempre era lo mismo con su mellizo, suspira pesadamente y regresa a lo suyo, recoge sus cosas, las coloca adentro de su mochila para después dirigirse rápidamente a la cocina.
Visualiza a su padre sumergido en la pantalla de su celular mientras hace lo que parece ser el desayuno, lo quería mucho, no cabía duda, pero con la ausencia de su madre debido a su agotador trabajo, las cosas se convirtieron más más difíciles y él intentaba todo el tiempo demostrar que era un buen progenitor con tal de cerrarle la boca a su esposa. Desde que a Cecile Crawford la ascendieron de puesto, claramente la situación familiar no tenía un buen pronóstico. Arruga la nariz al ver el humo que comenzaba a esparcirse por toda la habitación.
— ¿Papá? — llama su atención con una media sonrisa plasmada en su pálido rostro —. ¿Qué haces?
Inmediatamente los orbes azules del mayor se desvian en su dirección y no tarda en percatarse de lo que estaba sucediendo, apaga la sartén. Gruñe frustado, los panqueques se habian arruinado.
— Buen dia, cariño — deja su teléfono en la mesada y, al verse obligado de desechar la comida, tira la masa en el cesto de basura —. Lo siento por eso, tenia que enviar un email urgente a un socio y con este celular es imposible.
— Está bien, papi. Puedo ayudarte, tengo tiempo.
— ¿De verdad? — sus ojos brillan, admira la empatía de su hija. La rubia asiente con la cabeza —. Genial, no tardo.
— Okay, ¿Puedes llamar a Trevor?
— Por supuesto — afirma y antes de desaparecer del lugar, deposita un sonoro beso en su coronilla.
Natalia se encoge de hombros y frota sus manos entre sí, previamente a preparar el dichoso desayuno, cuelga su mochila en el respaldar de la silla que se encuentra cerca de la barra. Aún le queda aproximadamente una hora, además sería su novio quien se encargaría de llevarla a la institución. Intenta preparar algo nutritivo, liviano y sobre todo fácil. Saca de la heladera una caja de jugo de naranja natural, el pote de vegemite y un recipiente con un puñado de arándanos; de la alacena agarra pan de molde y, posteriormente, unos platos junto a tres vasos de vidrio. Oye a lo lejos unas veloces pisadas producidas por su hermano, Trevor, al bajar por las escaleras.
