1. Qué lástima no decir lo mismo.

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MI CHICO MALO

Capítulo 1.

—Abby Jones—

Me levanto de golpe, y veo mis sábanas húmedas de sudor, estoy harta de que ese mismo sueño me atormente durante las noches. Son las 4:50 am y no he podido dormir bien porque la cara de ese hombre llega a mi mente. Quisiera que todo pasara y volver hacer la chica feliz que fui en algún momento de mi vida. Hace años ha pasado todo y los recuerdos siguen en mi mente tan claros que cuando cierro los ojos veo todo lo que pasó.

Estiro mi mano y tomo mi celular de donde lo había dejado hace segundos, reviso mis redes sociales y como siempre veo mensajes ofensivos de chicos de la escuela. No sé cómo voy a soportarlos durante mi último año. Quizás para ellos es normal ofender y hacer menos a las personas, pero los que sufrimos de bullying sabemos lo mal que nos hacen sentir.

Nadie tiene idea de lo que he pasado en mi vida desde que mi mamá falleció y mi tía Karla se hizo cargo a mí, hay días donde me la paso llorando en silencio para que mi tía no se dé cuenta porque no quiero hacerla sentir mal. Mi tía se ha hecho cargo de mí desde aquel accidente que marcó la vida de todos, pero en especial la mía, porque no podré olvidar nunca lo que pasó aquella noche donde…

Tocan la puerta de mi habitación sacándome de mis pensamientos, no sé cuánto tiempo llevaba distraída, pero me levanto apresurada. Veo a mi tía Karla tan arreglada como siempre, es hermosa y tiene un cuerpo que muchas envidiamos.

—Abby, cariño, ¿estabas despierta o te desperté? —muestra sus perfectos dientes en una sonrisa que se le borra al verme la cara—. ¿No dormiste esta vez tampoco?

—El mismo sueño de hace años me atormenta —mascullo con amargura—. No puede ser que siga igual, ni siquiera la ayuda de la psicóloga ha servido.

—Se trata de tiempo, lo que te pasó fue muy traumático, y no se supera solo se aprende a vivir con ello —me abraza, dejo mi cabeza en su pecho—. Sabes que yo siempre voy a estar contigo, se lo prometí a mi hermana antes de morir.

—Yo lo sé, tía. Gracias por todo —sonrío—. ¿A qué venías, y por qué tan arreglada?

—¿No me digas que se te olvidó que hoy viene a vivir con nosotras Vidal y su hijo? Te lo estuve diciendo durante semanas, Abby.

Obviamente, lo olvidé por completo.

—Sabes que no se me olvidaría —vuelvo a sonreír, para tapar la mentira—. Ya sé que desde hoy formarás una familia con Vidal y su precioso hijo del cual nunca dejas de hablar que es raro, pero buen chico.

—Cariño, tú harás parte de mi familia, eres mi hija, no de sangre, pero sí ante la ley —se arregla el cabello—. Iré a comprar unas cosas para tener todo listo, no quiero que lleguen y encuentren todo vuelto un desastre. Por favor, arréglate un poco, puedo ayudarte si quieres —me niego—. Ok, ¿necesitas que te traiga algo?

—Gomitas, quiero muchas gomitas.

Le doy un beso en la mejilla

—Gomitas serán —me da un cálido abrazo y sale de mi habitación.

Mi tía lleva mucho tiempo siendo novia de Vidal, y es por eso que han decidido vivir juntos. Sé que tiene un hijo, pero no lo conozco porque me da igual, no me interesa ver chicos que solo me van a humillar por mi manera de vestir o mi físico. Estoy segura de que vienen a vivir aquí porque yo no me quise ir a otra parte, y mi tía no me dejaría sola por ningún momento.

Tomo mi celular y veo que ya son las 7:00 am, no sé cómo pasó el tiempo tan rápido. Tiendo mi cama y me voy al baño, todavía no entiendo por qué mi baño tiene que ser tan grande como si fuera para más de cinco personas cuando únicamente soy yo. Mi tía piensa que al darme toda clase de lujos el vacío que llevo dentro de mí se irá, pero no es así.

MI CHICO MALO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora