VIII.

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Los brazos de Seokjin rodearon el cuerpo de un relajado Namjoon sobre la arena de la playa. Acarició de manera delicada cada centímetro de su morena piel, más bronceada incluso que de costumbre gracias al sol de la costa.

—quítate Seokjin, estoy descansando y llegas a fastidiar, la arena gracias a los movimientos se quedaran sobre mi toalla y se pegaran a mi.

Bufó el menor, moviendo los hombros para sacar a su pareja de encima. Seokjin solo soltó una suave risa y se quitó, quedando tendido a su lado. A Seokjin le gustaba la arena, a diferencia de Namjoon, quién odiaba aquellos molestosos granos pegarse a su piel.

—qué exagerado eres namjoon, ¿porqué querías ir a la playa si tanto odias la arena?

—una cosa es la arena y la otra la playa.

Respondió simple, rodando los ojos, aunque estos brillaron con emoción al sentir como los vendedores pasaban por la repleta playa, ofreciendo paseos en banano*. Rápidamente sin importar la arena, se subió sobre Seokjin y lo sacudió.

—¡quiero subir al banano!

*banano, es un inflable en forma de banana (larga) donde los pasajeros se afirman y una lancha los tira por el océano. Al llegar un poco más adentro los bañistas se lanzan al océano con salvavidas puestos, luego vuelven a subir y siguen el recorrido por todo el borde de la playa.*

—¡la arena, Namjoon!

Repitió burlón, lo que causó un golpe en su pecho de parte de su novio.
Rápidamente de levantó, tomándolo entre sus brazos, alzando la mano hacia el señor del banano.

—¡queremos subir!

El muchacho asintió, haciendo una cena para que les sigan. Nam asintió recogiendo sus toallas y guardando las mismas en el bolso, no podía arriesgarse a dejar las cosas allí y que fueran robadas. Tomó la mano de su pareja, y ambos siguieron al joven muchacho que manejaba la lancha.

Al llegar a la zona, namjoon sonrió sintiendo su estómago revolver. Recibieron los cascos y chalecos salvavidas luego de dar el dinero cada uno y dejar el bolso en las pertenencias. Fueron hacia el banano, subiendo de los últimos pues ya estaba lleno al frente, unas seis personas más o menos estaban al frente.

Cuándo partieron, Jin chilló, cosa que causó las risas burlonas del Kim menor. Algo enojado piñisco sus muslos.

—¡deja mis muslos Seokjin!

—¡cállate y mira el paisaje!

Respondió gritando, pues el sonido del agua a su lado por la velocidad no ayudaba. Ambos tiritaron cuando el agua les salpicó, riendo.
Al llegar al centro del mar, el muchacho a cargo se levantó sobre el banano, avisando que ya podían lanzarse al agua.

La pareja de casados se miró entre si, Namjoon negó y Seokjin asintió.

—¿y de pronto te da coraje Jin? Tírate tú.

Seokjin bufó pero no dijo nada más. Separo sus piernas del banano y se lanzó al profundo mar, subiendo de forma inmediata por el chaleco salvavidas. Al ver a Namjoon a su lado, abrió los ojos.

—¡idiota! ¡cuándo te lanzaste me pagaste con tu pie y me caí al agua!

Los dos jóvenes que no se habían lanzado del banano restantes rieron por la pareja de casados.





...






—namjoon, ¿quieres que cante una canción para ti?

Preguntó Seokjin tomando asiento en las piedras, tomando el calor de la fogata frente a ellos. Namjoon sonrió mientras bebía aquella bebida tropical del bar abierto en la arena por la noche. Farolas colgantes adornaban el lugar, fogatas y música ligera. Puestos artesanales más arriba en la arena, algunos cerrando ya. Nam asintió, mirando a Seokjin, quién acomodó el ukelele contra su cuerpo, comenzando a tocar una suave melodía.

—I give her all my love, That's all I do.

Seok hizo una pequeña pausa, y Nam sonrió emocionado. Aquella canción había sido dedicada por Seokjin cuando recién comenzaron su relación.

—And if you saw my love, You'd love her, too

Jin seguía tocando el ukelele, y Nam se movía al ritmo de la música con los ojos cerrados y el corazón cálido.

I love her~

Cantaron al mismo tiempo, abriendo los ojos para mirarse y sonreír, cómplices de amor. Simplemente dos jóvenes enamorados.




...






Namjoon y Seokjin estaban mirando la televisión luego de tomar un baño para quitarse el agua salada y la arena del cuerpo. Ambos acurrucados en el sofá de la cabaña, con sus manos juntas y respiraciones cercas. Un bostezo se le escapó al moreno, causando una risa de ternura al pálido. Acarició las mejillas de su pequeño Namjoon y luego apagó la televisión.

Tomó a su pareja en brazos, besando su cabeza mientras caminaba hacia a la habitación. Nam se bajó de su regazo, se acomodó la bata y se tiró en la cama, suspirando largo para estirarse.

—¿masaje?

—si haces eso te voy a amar.

—pero si tú ya me amas, mi amor .

Namjoon rió, y Seokjin se acomodó sobre el para comenzar a masajear su espalda lento. Apretaba los músculos de su espalda y los dejaba, repitiendo aquello varias veces.

El menor suspiro rendido ante las suaves caricias que le daba su esposo totalmente relajado. Ideal para esas tardes llenas de rutinas.
    




...




—¿ya vas a dormir Nam?

Preguntó Seokjin mientras besaba lenta y eróticamente la espalda de su esposo.
Namjoon gimió suavemente, moviendo su cuerpo contra el de su esposo.

El mayor sonrió de inmediato, atrapando la cintura del menor para voltear su cuerpo y pegarlo al propio.

—¿nos besamos?

—¡Seokjin! No preguntes eso, tonto.

Ambos rieron suave, uniendo sus labios para comenzar a tocar sus cuerpos con lentitud. Rápidamente Nam rodeó con las piernas a su pareja, habían pasado una hermosa tarde como pareja de casados y aquello les llenaba el corazón de alegría. Sus bocas bailaban lento, sus lenguas se unían de manera profunda mientras se tocaban entre ellos, en su burbuja. Las manos gruesas y venosas del mayor fueron quitando la bata de su pareja hasta dejarla caer, haciendo que Nam se mueva avergonzado bajo su regazo.

—¿quieres hacerlo, Namjoon?

Preguntó con la voz suave, acariciándole la espalda.








.

..

Bueno, son exactamente 1000 palabras, yo no los engaño jfjfjd.

Lamento mucho tardar. ¡besos!
Perdón la ortografía.

muslos. ||JinNam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora