IX

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Las caderas del muchacho se movían en círculos, Seokjin no le quitaba la mirada de encima y él ya se había podido percatar de esto. Quería distraer su mente, sí, era lo que quería.

El muchacho sabía que aquel apuesto hombre tenía dinero, y no era feo. Necesitaba pronto el dinero para pagar el hospital de su madre, quizás podría ofrecer servicios extra esa noche, mientras usara protección.

Jin levantó la mano sin perder el contacto firme de mirada que mantenía con el pelirojo. De esa misma manera, al ser llamado, el mesero de ese exótico bar se fue hacia Seokjin.

—¿le puedo ofrecer algo, señor?

Preguntó el pelirojo quien fue tomado de la cintura, terminando en el regazo del apuesto, elegante y de seguro millonario sujeto. Seokjin miró su collar, más bien gargantilla como la de una mascota con su nombre seudónimo, "Kino." Sacó de su billetera un par de billetes y los dejó en el bolsillo del pantalón del chico.

—cuando termine tu turno. Te esperaré, lindo.

Hyung-gu, apodado por Kino se levantó con una sonrisa de su regazo, y asintió. Luego de eso lo vió irse hacia la barra a chismear con un chico de cabello menta, bastante alto. Ese chico parecía ser solo un mesero, pero en fin. A Seokjin realmente no le interesaba, debía admitir que estaba algo nervioso, más no quería pensar en eso. Él no quería pensar en nada que no fuera quitarse el estrés de encima y si debía usar el sexo lo haría. Seokjin estaba decidido a follar con kino.

...

El pelirojo salió del bar y caminó hacia el auto donde lo esperaba Jin. Era lindo, no parecía el auto de un millonario, quizás se había equivocado y Jin no lo era, pero... ya había dejado más billetes de lo que ganaba en dos noches en su bolsillo. Definitivamente le pagaría bien.

Subió con esa sonrisa coqueta al auto, Jin le sonrió amable y encendió el motor asegurando las puertas. Kino entonces pensó que ni siquiera sabía dónde iban, ¿y si el chico lo raptaba? Sus pensamientos se esfumaron al sentir el auto moverse, habían partido.

—soy Seokjin, ¿tú?

—soy Hyung-gu. ¿Dónde vamos? No quiero ser grosero, solo...

—tranquilo, vamos a mi casa. —respondió sonriendo, era un tipo amable, el tal Jin. Sintió la mano de este subir por sus muslos, apretando la tela del pantalón de látex que llevaba. Era algo tieso e incómodo pero atraía más gente. —¿puedo? Lo siento si es imprudente.

—pareces amable... no, eres amable. ¿Todo bien?

kino pestañeo coqueto, aunque luego asintió y tomó la mano de Jin para subirla más a su entrepierna. Debía admitir, Jin era muy guapo.

Hyung-gu no se prostituye por placer, claro que no. Es sólo que, huérfano de padre, con una hermana que mantener, la universidad dos trabajos y su madre en el hospital se exigía mucho. No podía buscar un tercer trabajo por los horarios, en cambio abrir las piernas se acomodaba mejor.

No era la mejor opción, sí, el ya sabía eso. Aún así era lo que necesitaba y estaba urgido. En ese momento su celular sonó y lo revisó, era la cuenta del agua. Miró a Jin y se mordió el labio, esperaba recibir el mayor pago.

Al llegar a su hogar, estacionó y bajó con Kino en brazos. No lo tocó, no aún.

—¿quieres un café?

Preguntó Seokjin cerrando la puerta. El de cabellos fantasia asintió y Jin desapareció hacia donde suponía estaba la cocina, dejándolo en el living. Kino comenzó a mirar el lindo y hogareño lugar, con curiosidad miró los cuadros en las paredes, fotos de un Moreno lindo en diversos lugares, y entonces Kino notó una de esas fotos en donde el moreno aparentaba estar casándose con el chico. En esa misma foto, estaba escrita una fecha y cortas palabras.

"El mejor día de mi vida."

Kino sabía que el no tenía nada que ver, pero se sintió algo mal al saber que el lindo pálido le iba a ser infiel a ese moreno.

En la foto, podía ver como sonreía con total sinceridad. No parecían estar casados por obligación, o algo así. Era muy observador.

—ya estoy, pequeña ternura.

No supo cuánto se quedó mirando esa foto hasta que sintió a Jin hablar y el ruido de las tazas sobre la mesa de centro.

—¿es su esposo?

Preguntó volteando con el cuadro en la mano. Seokjin lo miró sin decir nada, incluso cree que vio tristeza y arrepentimiento en su mirada.

—¿le va a ser infiel? Es decir... a mi no me molesta, solo estaba preguntando. Se ven sonrisas sinceras en el rostro.

Seokjin tomó asiento en el sofá, revolviendo sus propios cabellos frustrado. Hyung-gu fue a subir a su regazo, y acariciarle los cabellos coqueto. No podía perder el dinero.

—yo lo amo. Lo amo.

—¡Seokjin, lo siento! Y-yo no estaba hablando en serio, ¡no podría vivir sin ti! Me dejé llevar por esos comentarios, yo confío en ti, yo-

La puerta fue abierta de golpe, un moreno llorando apareció. Ambos se pusieron de pie rápido y miraron al intruso, que para Jin no era un intruso, la verdad.

—¡Jin! sigue follando con esta puta que ya me pongo a hacer los papeles de divorcio!

Namjoon rompió en un llanto, muy doloroso. Rápidamente salió corriendo de allí, y Hyung-gu quería morirse ahí mismo. No sabía que hacer, se sentía un mal tercio en la pelea. Vió a Seokjin salir corriendo tras Nam, y se quedó en la casa de ellos unos minutos. No sabía que hacer.

Decidió irse por lo que tomó sus cosas, entonces un triste y roto Jin apareció.

...

dou


muslos. ||JinNam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora