_- ¡Nana! ¡Nana! - el sonido de los pies de ambos gemelos resonó entre los enormes pasillos del castillo, corriendo con ansias hacia la dulce mujer._
_- Con calma, niños, con calma ¿qué sucede? - preguntó esta risueña al ver a ambos pequeños saltar...
Buenas ☆, aquí les dejo la tercera parte los queremos déjenos su amor por favor ♡
Después del pequeño drama que el príncipe Yoongi había hecho con los dos miembros de su consejo, decidió ir a los campos de entrenmiento de la guardia real para drenar todo su enojo y mal genio.
Hecho un cúmulo de completo estrés comenzó a caminar apresurado hacia su destino, absorto en sus pensamientos y quejándose por lo bajo, maldiciendo una y otra vez al Consejo, a sus estúpidas reglas y a sus torpes prejuicios arcaicos. Todo eso distrayendo su mente hasta que, a pocos metros de llegar, una voz lo sacó abruptamente de su desordenada serie de pensamientos.
Un grito, con cierto toque de enojo en su voz, llegó hasta sus oídos y su vista fue inmediatamente dirigída hacia el lugar. Un joven castaño casi corría hasta el campo de entrenamiento con el ceño fruncido y moviendo sus manos de manera agitada. Atravesó too el campo directo hacia uno de los guardias que ahí se encontraba.
- ¡KIM JEONGGUK! - el joven castaño tomó la oreja del contrario y la jaló una vez lo tuvo frente a él - ¡MALDITO MOCOSO! ¿Cómo te atreves a hacer esto? Desobedecer a mamá de esta forma ¡¿estás loco?! Quiero decir, podrían matarte ¡no! ¡Yo voy a matarte! - aquel chico siguió gritando al menor, provocando las risas y burlas de los demás ahí presentes.
- Demonios, Hyung... - murmuró apenado el que Yoongi suponía era el hermano del castaño.
- Pero qué diablos... ¿Quién ese él? - preguntó Min para sí mismo con la confusión dibujada en su rostro.
- ¿Niños? Oh, pequeños ahí están, sus padres los buscan, ya es hora de sus clases privadas. - la criada que entró de pronto por la puerta interrumpió el relato de la mujer, recibiendo entonces las quejas de los niños.
- ¿Qué? Ay, vamos Unnie, solo un ratito más, te lo pedimos.
- Sí, por favor Noona. Solo serán unos minutos, lo prometemos.
Byun rió un poco por lo bajo al ver sus expresiones rogando por quedarse un rato más con su nana - Heesook, Chulmoo, ya basta pequeños. Vayan a cumplir con sus deberes, más tarde seguiremos con el cuento ¿de acuerdo? -
Con algo de tristeza asintieron los gemelos y se levantaron para ir con la criada a sus clases o sino sus padres se enojarían. Que lástima, pensaron ambos, realmente tenía curiosidad y ganas de saber la continuación de la historia. Tendrían que esperar hasta por la noche para ello.
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