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Gracias a todos por esperar con paciencia,  ya por fin tienen un nuevo capitulo y espero que sea de su agrado, la historia ha sido modificada para "bien", no prometo publicar pronto por otras historias que aun estoy escribiendo y tengo que darles un orden, disfruten del capitulo y nos leemos luego, bai.



Toda mi vida me he mantenido con la costumbre de trasladarme por el aire a largas distancias, y la frustración crecía al recordar que ya no podía hacer eso, Willy me obligo a ir en caballo y fue una tortura el tener que ir acomodando mis alas de un modo que no estorbaran, y para mayor incomodidad el trayecto fue más largo de lo esperado contando que de vez en cuando teníamos que meternos en el bosque causando que mis alas salieran de ahí con un montón de hojas que lastimaban.

Horas más tarde llegamos a un sitio extraño donde entre los pocos árboles se asentaba unas cuantas chozas que emanaba un olor mezclado de hierbas, alcohol y quizá algún fruto, ningún tipo de medicina que conociera tendía ese olor peculiar, era un poco fuerte al inicio. Willy, quien parecía conocer perfectamente el lugar me indico a dónde ir y a su vez que me sentará mientras él buscaba con quien dirigirse. En las chozas cercanas se encontraban fuera dos o tres personas que de vez en cuando dirigían su vista hacia mí, alguno me lanzó una sonrisa de manera de saludo, que obviamente devolví. Una mujer de gran edad se acercó a un lado mío observando con descaro mis alas, sin preguntar las tocó con cuidado mencionado lo suave que le parecían.

-¡Vieja! ¡Deje al chico tranquilo! - le grito un hombre que llevaba a su hombro un cubo, la mujer se alejo lentamente y el hombre solo pidió disculpas, no pude evitar reír ante el acto de esta gente.

Una vez regresó el albino advirtió que la persona con quien pretendía que nos reuniéramos no estaba por la zona, aún así me obligó a entrar a una de las chozas, la puerta ligeramente baja fue un pequeño problema extra, pero nada que no pudiera arreglar, decidí sentarme en el único banco que me pareció más cómodo del sitio. La idea de no poder recuperar mi habilidad frustraba más de lo que podía creer. Observando mi alrededor pude notar como en cada sitio tenían objetos extraños que supongo sirven para la preparación de pociones, en una estantería se encontraban un montón de frascos bien acomodados con diferentes especias y objetos, quizá se trataba de un pueblo de brujos.

-Nunca vienes a visitarme, a menos que necesites algo de mi - me gire un poco para encontrarme con una mujer envuelta en una capucha, su voz reflejaba rudeza.

-Tampoco es que te gusten las visitas, eres una maldita hermitaña.

-Eso no quiere decir que te tienes que desaparecer durante años - se inclino un poco poniendo un dedo en el pecho de Willy quien sonreía desafiante ante las palabras de la mujer - ¿no crees que me preocupo por ti?

-Parece que no - se burló él quitando la capucha de la chica dejando ver un bello rostro que a cualquiera podría atontar, su cabello grisáceo estaba atado de manera improvisada. Ladeo la cabeza una vez puesta su atención en mi, he de decir que su mirada era mucho más fuerte que la de mi compañero, sus ojos eran de la misma tonalidad verde - él es Fargan.

-Un búho... Esto se pone interesante - quito su capa tirándola sin cuidado alguno a Willy para acercarse a mi - veamos que es lo que sucede contigo... Quítate la ropa.

-Vaya que esto ya me esta gustando.

-Dime que no es otro guarro de los que sueles traer - se quejo dirigiendo la mirada al albino alzando una ceja, este solo inicio a reír negando con la cabeza - Vaya manía tienes. Anda ya, quítate eso para revisar que coño te pasa.

-Chica con carácter, me gusta - una vez me levante me quite la parte superior dándome la vuelta dejando a la vista el lugar donde tenía el problema, solo escuche como la mujer suspiro con pesadez y a Willy preguntando que ocurría, al parecer el no entendía que era exactamente lo que veía.

Un nuevo camino (Willgan)Where stories live. Discover now