9 Final

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Continúe sentado en el borde de la cama observando entre los barrotes que me daban vista al exterior, no sabía que día era y mucho menos la hora, solo tenía claro que había pasado bastante tiempo como para que mis heridas sanarán por completo, de vez en cuando me asaltaban pequeños dolores por el frío de la habitación, pero nada de lo que no pudiera encargarme en este punto.

Alexby venía de vez en cuando para dejar comida y agua, alguna charla tranquila durante horas para ayudarme a no aburrirme en esta vacía celda, pero de la nada dejo de visitarme, quizá tenía emergencias en el pueblo o una situación de la que hasta ahora no me había enterado, por suerte la comida seguía llegando.

El intenso sonido alarmó a todos y cada uno de los habitantes del pueblo, era tan poco común escucharla que no se tenía claro cuál era la situación. Guardias corrían uno tras otros con buenas armaduras, lograba notar algún ceño fruncido quizá de angustia o temor.

Luego de unos largos minutos de que la alarma dejara de sonar y que el sonido de los pasos de los guardias cesara, volví a la tranquilidad de siempre, empecé a desenredar mi cabello con los dedos. No estaba seguro que ocurría fuera, pero poco después un fuerte estruendo se escuchó siendo seguido por un temblor, ¿que cojones estaba pasando?, mis plumas se erizaron y un intenso presentimiento de que algo muy muy muy malo ocurriría ahí fuera. No queda más que esperar, no tengo una manera de salir de esta maldita cárcel, o al menos por ahora.

Pasaron un par de horas hasta que escucho otra vez los pasos de los guardias ahora portando sus armaduras pesadas, el asunto no era una tontería.

-¡Hey! -me aferre a los barrotes intentando llamar la atención de alguno de los hombres y mujeres que corrían fuera del pueblo, lo sabía porque el último edificio era esa cárcel, luego llegaban los terrenos de los héroes. Nadie parecía haberme escuchado.

Poco después volví a quedarme solo. Tenía que buscar una manera de escapar de ahí para ir a ayudar en lo que sea que estuviese ocurriendo en Karmaland.

Narra Willy

Los trajes nuevos eran geniales, teníamos una gran ventaja con ellos al tener visión nocturna, era imposible que nos reconocieran, era una lástima el no poder dar el suyo a Fargan, se nos estaba complicando todo y no había pruebas de que él era inocente, aún así Rubius y yo teníamos claro quienes causaron ese pequeño desastre.

Pasaba de media noche, según Rubius el sitio era cercano, y aun así caminando nos llevó al menos una hora hasta llegar al lugar. A primera vista no era más que una zona más del bosque, de no ser por el puente frente a nosotros nos guiaba a otro lugar entre las montañas. ¿Un simple puente?, si claro, aunque en más de un tramo tuvimos que dar algún salto para no caer en el río.

Conforme avanzamos se presentó ante nosotros una enorme cueva con una forma de calavera, la discreción quedaba de lado, eso era obvio, pero la imagen que nos daba ese sitio hacía que los vellos se pusieran de punta.

Podíamos escuchar desde fuera el extraño dialecto de aquella raza, se reunían en un círculo dentro de la enorme cueva, todos con la misma vestimenta. Nos acercamos lo más que logramos para poder ver mejor que era lo que tramaban, pero al no entender lo que decían se volvió todo complicado.

-¡Mira tío! - señaló mi compañero sorprendido por algo que no había tomado en cuenta, su voz era a penas un susurro, pero demostraba la confusión que ahora compartíamos.

-¿Qué leches? - asome más mi cabeza esperando que aquello no fuera más que una broma o una mala jugada de mis ojos.

-Debemos decirle a Fargan... No, no, a todos.

Pretendía contestar a su comentario, y estaba claro que debíamos hablar con el resto de héroes para encargarnos de ese gran problema, pero nuestra prioridad era sacar a Fargan de la cárcel. ¿Quienes eran esos dos que acompañaban a esa extraña raza?, estaba seguro que Fargan los reconocería, aún teniendo mascaras que ocultara sus identidades.

Un nuevo camino (Willgan)Where stories live. Discover now