"Danzando despacio y sereno, mientras en la oscuridad imagino, como la vida de mi amada se ve apagada por mi propia culpa."
Kendall despertó sin previo aviso. Asustado, observó a todos lados. La joven Walker se encontraba en la cama junto a él, desnuda, al igual que él. El hombre tocó su cabeza ligeramente, seguramente al terminar quedaron tan cansados que sólo se echaron a dormir sin más. Escuchó el teléfono de la habitación sonar, así que apresuradamente lo tomó para contestar.
-Buenos días, señor Dinter. ¿Desea unas cuantas horas más en la habitación?.- La señorita del otro lado era claramente la de recepción.
Kendall, en un bostezo y casi sin poder pensar correctamente respondió un "Sí, sí" rápido y se apresuró a colgar. Volvió a la cama y se recostó junto a su amada, para empezar a acariciar su pelo ligeramente, revolviendolo un poco y jugueteando con su piel. Era tan dulce y hermosa, tenerla por fin completamente lo había dejado aún más lleno que nunca.
Una Angie somnolienta comenzó a abrir los ojos, teniendo como primera imagen del día a su amado Kendall Dinter.
-Buenos días, hermosa.- Murmuró Kendall mientras procedía a besar en la frente a su mujer.
-Buenos días, mi amado muchacho.- Respondió Angie, levantandose para colocarse en las piernas de Kendall y besarlo lentamente.
Kendall tomó de la cintura a la joven y comenzó a acariciar lentamente su espalda.
-¿Lista para continuar?.- Dijo en tono burlón, mientras Angie reía ligeramente.
-No seas tonto, tengo que ir a casa pronto, Mazon va a matarme. Ni siquiera le dije dejé un mensaje o parecido.- Angie se apresuró a levantarse.
Kendall admiró el cuerpo de su chica una vez más. Mientras esta recogía unas cuantas ropas del piso, el no pudo evitar sonreír. Más allá de la excitación sexual que podría producirle, su corazón latía a mil por hora por el simple hecho de saber que esa chica tan hermosa era su novia.
-¿No quieres darte una ducha antes?.- Preguntó Kendall, sin despegar la mirada de su mujer.
-Si vienes conmigo, claro que sí.- Respondió Angie.
Sin pensarlo dos veces Kendall se levantó y fue a darse un baño con Angie.
Mientras estos dos amantes se llenaban de amor y ternura en aquella habitación de un caro motel en la zona rica de la ciudad, un preocupado Mazon se encontraba sobrevolando la zona, ocultándose de lugar a lugar, buscando a su hermana utilizando sólo su olfato y los sonidos que escuchaba en el ambiente. Estaba preocupado, pues la chica había apagado su teléfono y no se había molestado en mandarle un mensaje.
La noche anterior habían peleado, de nuevo por el maldito de Dinter, pero había sido un poco distinto, pues ahora Angie se había revelado totalmente. Un "¡No me volverás a ver si sigues así!" salió de la boca de la joven Walker. El corazón de Mazon se hacía chiquito de recordar de nuevo esas palabras. Angie era suya, sólo suya. Su dulce hermana era todo lo que tenía ahora y un maldito niño lindo no iba a impedir que ella se fuera.
Rápidamente, Walker tomó su teléfono y marcó con furia a uno de sus amigos más cercanos, Damen Winter.
-¿Hola?.- Se pudo escuchar al otro lado de la línea casi al instante.
-¡Maldita sea, Damen! ¡Anoche pelee con Angie! ¡No la encuentro por ningún maldito lado y estoy comenzando a desesperarme!.- Exclamó al teléfono, con una voz tan alta que parecía que le gritaba a alguien alejado a él.
-¿Cómo que te peleaste con Angie?.- El amigo de Mazon se escuchaba preocupado al otro lado de la linea, quizá un poco desconcertado también.
-¡Sí! ¡He estado peleando a cada segundo con ella! ¡ahora no sé dónde está!.- Sus palabras parecían más un gruñido que otra cosa, su amigo pudo escuchar a través del teléfono los pasos agitados de su Mazon.
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Machiavellian.
Short Story"Es maquiavélico meditar a solas donde tú viviste todo con ella" Angie Walker ha huido toda su vida al lado de su hermano gemelo, Jerson. Su vida no ha sido la de una adolescente en lo absoluto. Su frente está en alto y su vida sigue, así que sólo r...