Cuando llegamos al consultorio, nos dicen que debemos esperar a que salga una paciente, los chicos toman asiento pero yo estoy muy inquieta por lo que me detengo frente a una ventana, el susto que pasee aún corre por mis venas, no he querido preguntar, pero sé que los tipos que me seguían están detenidos por la breve conversación de Nael al teléfono. Además de que ya se llevaron el auto de Sam al taller.
— Señorita Russell. — la voz de la secretaria me saca de mis pensamientos y mis hombres se ponen de pie. La pobre secretaria se queda muda al verlos entrar conmigo al consultorio.
— Buenas tardes, Aysel Russell ¿verdad? — pregunta la doctora poniéndose de pie mientras me extiende la mano, yo siento. Sus ojos van a mi espalda donde supongo están los cavernícolas que amo. — ¿Viene alguien más? — yo niego reprimiendo una sonrisa. — bien, soy la doctora Cid y seré quien te acompañe durante esta etapa. Toma asiento, te hare unas preguntas primero y luego iremos a revisarte. Entonces empieza: edad, último periodo, enfermedades, alergias, síntomas, molestias y un largo etc. A la hora de hablar sobre alimentación tuve que invocar toda la paciencia existente en este universo y en el paralelo porque mis dos cavernícolas decidieron crucificarme. Menos mal que la doctora lo tomó con gracia. Aunque ya me las pagarán. Luego de eso pasamos detrás de la mampara, donde agradezco que no tenga que ponerme la horrible bata de nuevo. Procedo a abrir un poco más mis jeans que ya no puedo abotonar. Y a subir mi blusa. Mi pancita se nota sobresaliente. La doctora pone el gel y procede a encender las maquinas.
— Doctora, no quiero saber el sexo. Y queremos un video por favor. — digo mirándola. Nael y Keylan empiezan a quejarse pero los ignoro. La doctora tomo un CD de un cajón y lo introduce en la computadora. Entonces si acerca el aparato a mi vientre y miro ansiosa la pantalla. Keylan se acerca y me toma la mano, cosa que agradezco. De repente el sonido invade la sala. Todos sonreímos. La doctora va explicándome las partecitas de su cuerpo y puedo darle forma a la masa negra en la pantalla.
— Es un bebé muy movido. ¿Ven cómo mueve sus piernitas? — dice la doctora y miro asombrada, con el corazón más grande a cada segundo como se mueve, sus manitas diminutas tratando de llegar a su cara. — Estas en la semana dieciocho, es probable que puedas sentir levemente sus movimientos. Es aproximadamente del tamaño de un mango. Sus órganos están funcionando bien. Notaras que empieza a crecer un poco más rápido tu vientre estas semanas. Y si les sirve de consuelo chicos, este pequeño no quiso que vieran sus partes íntimas todavía. — dice mirando a los chicos y guiñándoles el ojo.
Keylan acepta el papel que la doctora me tiende y me limpia con mimo el vientre. Nael me tiende la mano y me ayuda a levantarme. Salimos tras la doctora.
— Bien Aysel. Todo está en orden, te ves bien y tu bebé está en perfecto estado. Si se te hinchan los pies, sientes dolores constantes, te da fiebre o dolor de cabeza agudo debes venir. Si notas algún flujo diferente no dudes en llamarme. Ahora debes comer huevos por lo menos tres veces a la semana, aguacate, frutas y verduras verdes. Sigue con las prenatales. En cuanto a las relaciones sexuales imagino que tu apetito sexual ha ido aumentando — Keylan hace un sonido de afirmación y mi hermano lo golpea — solo tengan cuidado con las posiciones. Si quieres ir a la playa o piscina procura que el agua no pase de tu cintura para no alterar la gravedad de tu saco. Eso es todo. ¿Tienen alguna pregunta?
Miro a los chicos con mi imborrable sonrisa. No tengo nada que preguntar, ellos niegan y la doctora me entrega su tarjeta.
— Cualquier duda escríbeme. Si tienes una emergencia llámame. — Asiento — cuídate mucho y disfruta esta etapa, es la más fácil y bonita. Le agradezco y Nael abre la puerta para mí. — Y Aysel... — todos giramos para verla — esos pantalones ya están algo ajustados. — todos reímos y salimos de allí. Yo mirando embobada la foto en mis manos mientras Nael toma el CD y las indicaciones de la doctora. Keylan toma mi mano y da un beso en ella, para luego besar mis labios con mimo.
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Detrás de mi
Mystery / ThrillerLEER PRIMERO DETRÁS DE TI. Segunda parte. La vida de Aysel da muchos cambios, pero no es nada en comparación a lo que le espera. Secretos bien guardados, traiciones dolorosas, muerte y un renacimiento. Son algunas de las cosas que vivirás en esta av...