Capítulo 10

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POV Keylan

Me remuevo inquieto al no sentir su cuerpo caliente junto al mío. Abro los ojos y noto que sigue oscuro, la luz del baño está encendida, pero su lado de la cama ya está frío. Miro el reloj, cinco de la mañana.

¿Se sentirá mal?

Salgo con pereza de la cama y toco la puerta del baño.

— Nena, ¿estás bien? — vuelvo a tocar y al no recibir respuesta decido abrir, porque hace unos días se quedó dormida sentada en el inodoro. Pero ella no está en el baño. Tal vez le dio hambre. Salgo de la habitación por ella, la casa está en penumbras. Encuentro un globo azul al final de las escaleras, lo miro confundido. Tomo la tarjeta.

Vístete y sigue los globos, rubio.

Un hormigueo extraño se asienta en mi estómago y una sonrisa asoma mis labios. Subo las escaleras a toda velocidad, me pongo un chándal negro y una camiseta blanca, unas vans y entro a lavarme los dientes. Busco mi celular pero no lo encuentro.

Esa diablilla... me las va a pagar.

Salgo corriendo de casa y me encuentro otro globo, con otra tarjeta.

Si vienes a la playa entenderás la magnitud de mis sentimientos.

Corro en la oscuridad hasta encontrar otro globo y una pequeña vela de batería.

Eres el mejor amigo que la vida me dio.

Varios metros delante otro globo con vela.

Te estás tardando, ¡corre!

Cuando llego a la playa veo varias figuras con globos y velas, camino de prisa y mi hermosa mujer viene a mi encuentro. La abrazo en cuanto la tengo cerca.

— Feliz cumpleaños mi amor. — parece una chiquilla, mi chiquilla. La beso con todo el amor que siento. Rompe el beso y me toma de la mano invitándome a caminar con ella. Nael se acerca y me da un fuerte abrazo, luego Karlos y Samara.

— Vengan, ya va a iniciar. — el entusiasmo en su voz es mi mayor regalo. La sigo y solo entonces noto el pequeño bote en la orilla. La ayudo a subir mientras Karlos lo empuja y subimos todos. Nael empieza a remar y cuando estamos a una distancia considerable de la orilla se detiene. Samara y mi pequeña sirven algo en unas tazas que no había visto, es chocolate caliente.

— Mi amor, salud por tu vida, deseo que todo lo que quieres de corazón se te cumpla, que nunca te falten motivos para sonreír, que vueles tan alto como lo decidas y que el cielo sea tu limite. Feliz cumpleaños.

Brindamos y ella grita emocionada mirando el horizonte, entonces entiendo que hacemos en medio del mar en la madrugada.

Sus ojos conectan con los míos y siento un estrujón en el pecho que provoca pequeñas gotitas de agua en mis ojos al entender que este es su regalo prometido.

El ultimo cumpleaños que estuvimos juntos yo estuve muy triste porque mi padre me había prometido llevarme a la playa, pero tuvo que resolver algunas cosas y ni si quiera llegó a tiempo para verme soplar las velas. Entonces cuando no quise comer pastel esa pequeña morena se acercó y me prometió con el alma en los ojos que ella me regalaría un amanecer en la playa, que estudiaría mucho para poderme cumplir.

— Tu promesa... — susurro tomando sus labios.

— Tarde pero seguro. Te amo.

— Te amo preciosa.

Cuando el sol termina de salir volvemos a casa, en la cocina había un desayuno listo y esperándonos. Nael me aseguró que él se haría cargo hoy, que podría ir luego del medio día. Sam y Aysel se fueron a dormir, Karlos se fue con Nael y yo subí a reclamar mi regalo.

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⏰ Última actualización: May 31, 2020 ⏰

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