Ojos de vidrio.

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Brilla el metal sobre las sábanas blancas;
condena de yacer en el sitio equivocado.
Lloran tus ojos aunque ya no los abras.
Brilla el metal desteñido, tu único legado.

Manos en tu regazo, siguen quietas,
pues no articulan cuando están teñidas.
Ya que pese a estar vacías, pesan.
Aunque solo duermen, no están muertas.

Aire estancado que ha perdido su brisa.
Que por perder, hemos perdido el juicio.
¿Qué más tenemos? Ni la piel lisa.
Solo nos quedan los ojos de vidrio.

Cabeza vacíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora