REPECHAJE ; NOMIN

fourth step.

Ver a Jaemin se sintió mucho menos satisfactorio de lo que pensé. El estaba delgado, tenía los ojos hinchados, había estado llorando. Lucía increíblemente desdichado y frágil y yo queria abrazarlo y decirle que lo amaba, que no me olvidara, que estaba allí.

—¿En serio crees que el vaya a estar bien?— dijo, su voz sonaba gastada y rota. —Lo extraño tanto...— dijo y se puso a llorar. Jamás había visto a Jaemin así.

Renjun suspiró. Era una negativa contenida. O tal vez era la incertidumbre que siempre genera la espera.
Ahora lo entendía.

Renjun simplemente había visto a la pérdida de cerca, no le temía ni la ahuyentaba, pero si deseaba que no volviera a golpearlo en la cara.

—No lo sé... Supongo que así es como es en realidad, nunca lo sabes. Quieres que él despierte, pero no crees que lo haga. Otros días crees que despertará mañana, y que habrás recuperado la normalidad de tu vida. Otros días...son simplemente malos. Pero si me preguntas a mí, también quiero que el se ponga bien, y pienso que es joven y el personal médico está haciendo todo lo que puede...—

Renjun no había terminado de hablar cuando el teléfono de Jaemin sonó. Supe que era el suyo porque conocía ese ringtone. Yo lo elegí para él.

—Es mi madre, tengo que irme a casa. Gracias Renjun. Y... lo lamento, por todo. Yo... Jeno y yo...—el quiso continuar pero otra vez lloraba histéricamente. No poder reconfortarlo me causaba algo aún más insoportable que cualquier dolor físico.
Renjun negó con la cabeza y alzó las manos. Palmeó la espalda de Nana y lo acompañó escaleras abajo. Renjun no era el chico que conocí, bromista y cínico. Era un chico con el carácter endurecido y la mirada compasiva.

Me sentí impotente y quise seguir a Jaemin afuera, hasta su casa, quedarme con él. Pero era como si una barrera me confinara a los limites del hogar de Renjun. Comprendí pronto, que no pertenecía aún al mundo de los vivos y no tenía mi libre albedrío intacto. Tenía que disculparme con Renjun.

Y es cierto, tenía que disculparme con él por ser una terrible persona. Por ser inmaduro y desconsiderado y de nuevo, un terrible amigo.

Así que me adentré escaleras arriba. Pasé a través de la puerta de su habitación. El levantó la cabeza con un escalofrío. Comenzaba a cuestionarme si cada uno de esos en mis días de vida indicaban la presencia de una especie de "fantasma" o algo así.

¿Acaso era yo un fantasma? ¿Renjun podría verme?

El volvió a agachar la cabeza. Y comenzó a sollozar sentado en la cama. Siempre jugando a ser el fuerte.
Me senté a su lado y tomé un respiro. Todo esto, sería mucho mejor si él pudiera oírme.

—Sabes, Jaemin y yo... realmente... no sabíamos como ser tus amigos en ese entonces. Es una mala excusa, y no cambia el hecho de que me porté horrible. Pero...— El continuaba llorando, no podía oirme y aún así se sintió bien poder decirlo— creo que eres un gran tipo Renjun, y tal vez, si yo fuese mejor que esto, y no estuviera agonizante en una camilla de hospital, sería genial si alguna vez jugamos a ese videojuego extraño que te gustaba... no recuerdo el nombre.—tomé otra bocanada de aire preparándome para el dolor inminente y las ráfagas de luz que vendrían a continuación—Lo siento.—

Conocía éste proceso. Era como morir, pero un poco más atenuado. La piel siéndome extirpada y luces confusas y de pronto estoy en una habitación diferente.

Ésta nueva habitación era... de hospital. Me volteé rápido para observarla, esperanzado con la idea de que finalmente la lista de personas se haya acabado y pueda simplemente encontrarme conmigo mismo.
Honestamente se sentía un poco vacío, si moría o no, o lo que sea que fuese a pasar conmigo, no había podido hablar con Jaemin. Así que no era posible que éste fuese el final del camino.
Me fijé en cada detalle de la habitación, había dos camas en posición horizontal contra la pared. Paredes blancas, y nada más. Usualmente las habitaciones hospitalarias poseen un guardarropas, estanterías. Pero las mesas de luz no tenían cajones. Y las lámparas eran una pequeña lucecilla a presión.
Paredes de un blanco cegador y hostil. Esto no era un hospital, bueno, no un hospital como en el que yo estaba.

Tuve la impresión de un escalofrío. Me forcé a salir de la habitación a través de la pared y me encontré con un cártel frente a mí.

Pabellón...

No seguí leyendo.
Estaba en un Hospital Psiquiátrico.
Es mucho más deprimente y descontrolado de lo que parece en las películas.
Me moví a través del cuerpo médico y los internos, llegue hasta un pasillo un poco desierto con una ventana semi polarizada. El rostro demejorado, delgado y pálido, casi sin vida del chico sentado frente una mujer con mirada comprensiva me fue familiar de inmediato porque... ¿Cómo olvidas el rostro de alguien que viste antes de morir? Era el conductor del vehículo que me golpeó.

En mis recuerdos se veía mucho mejor. Lo pensé unos minutos antes de tomar fuerzas para pasar a través de la pared. La mujer y el muchacho se estremecieron, fue casi gracioso. La voz de ella sonaba suave, casi como la de una madre intentando sacar información de su hijo pequeño.

—Johnny ¿Quieres hablar de eso hoy?— la mirada hastiada del muchacho no tenía nada de similar a los ojos consternados del chico que pasó a través de mí la última noche que estuve  vivo.

—Maté a alguien. Debería estar en prisión, no en un loquero...—soltó el muchacho con la vista al frente. La terapeuta suspiró.

—Creí que el chico estaba recuperándose en un Hospital.— respondió ella con un tono comprensivo que sentí condescendiente.

El muchacho, Johnny, se pasó ambas manos por el rostro. Nervioso. Tenía vendajes en las muñecas.
Ni siquiera pude imaginar a cuánta culpa estaba sometiéndose esta persona. Y la verdad, es que sé que fui irresponsable. Caminaba ebrio y que no presté atención. Tal vez el conductor podría no haber ido tan distraído, pero no hacía falta ser un genio para saber que ese incidente le había arruinado la vida.

—Lo siento— dije. Y por primera vez, el traslado no me dolió.

🌌🌌🌌

Jen acá!

Bueno se acerca el final de la primer parte de la historia. Se que dije mil veces que termina bien akjdka. Es que en serio, es una historia con un final feliz que pensé después de leer H&H Roman Company y escuchar a NF todo un día.

Well, nos vemos por ahí la próxima actu♡

Como siempre va sin editar y con

— puppy kisses!
Jen.